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martes, 31 de marzo de 2009

Si no hacemos nada , los neoliberales volveran con su casino en poco tiempo

Confederación Europea de Sindicatos

8 de octubre de 2008

DECLARACIÓN DE LONDRES

Un llamamiento por la justicia y por la firmeza en la acción

Resolución de la CES sobre la crisis del Capitalismo de Casino

La crisis financiera mundial debe ser un punto de inflexión y producir un cambio completo en el modo de actuar del mundo financiero. El modelo dominante de capitalismo financiero está cerca del colapso.

Este capitalismo, liberado de regulaciones serias desde hace 25 años, especialmente en los EEUU, ha sido utilizado como modelo a seguir por el resto del mundo. Ha dominado a la mayoría mientras que la explotaba para beneficio de una minoría, después de años de exaltación de la privatización, la desregulación y los mercados sin control.

Ahora sus excesos lo han llevado cerca de la ruina, lo que amenaza la economía real. La economía europea vive a la espera de ser golpeada por el tsunami financiero que atraviesa el Atlántico a pesar de la relativa fortaleza de la zona euro. El Gobierno de los EEUU está gastando miles de millones de dólares para salvar a los principales bancos de su propia insensatez; el corte del crédito está estrangulando financieramente la industria al tiempo que los bancos acaparan dinero para protegerse ellos mismos. La recesión asoma amenazadoramente.

Tenemos que ser absolutamente claros. Esta crisis ha sido causada por la avaricia y la imprudencia de Wall Street, Londres y otros centros financieros importantes. Los altos ejecutivos promovieron una enorme especulación, mediante inversiones que ellos sabían que estaban contaminadas. Los perdedores son muchos e incluyen a trabajadores de la industria, empresas de inversión de capitales y todos como contribuyentes a la salvación de los bancos. Los costes del rescate norteamericano son enormes y el compromiso de los bancos centrales de todo el mundo ha sido ya muy importante. Costará años recuperar el dinero, incluso si gestionamos bien el modo de hacerlo, por lo que nuestra capacidad futura de construir y mantener servicios públicos de alta calidad está siendo amenazada.

Por esto debe haber ya un cambio de rumbo. Nunca más debe permitirse que la irresponsabilidad de los bancos, fondos de inversión de riesgo (hedge funds) y otras instituciones financieras puedan acercar a las naciones a la bancarrota. Nunca más debe ser usado el dinero de los contribuyentes para salvar instituciones que continúen pagando enormes salarios y bonus a sus altos ejecutivos. Nunca más puede permitirse que el único objetivo de las empresas sea aumentar el valor de sus acciones, con los bonos de sus directores ligados a dicho valor. No podemos arriesgarnos a la repetición de esta grave irresponsabilidad: el gobierno de la economía desde la avaricia y la negligencia.

La CES está trabajando con la CSI y otras organizaciones para dar una respuesta sindical a esta crisis pero ya está claro para nosotros que se necesita:

- que las inyecciones de dinero público en las instituciones financieras establezcan la influencia y el control público de las mismas para producir así un cambio fundamental en sus conductas;

- un más estrecho control de la capacidad de las instituciones financiera para apalancar sus operaciones, mediante el reforzamiento de las ratios de los activos sólidos con respecto a los pasivos;

- un nivel efectivo de regulación, internacional y europeo. Esto se necesita por tener el capitalismo financiero un ámbito global que ya trasciende a la mayoría de las naciones individuales. Es necesaria la creación de una Agencia Europea de Calificaciones;

- una acción del gobierno para asegurar que los fondos de inversión inviertan en la economía real, ayudando al desarrollo de tecnologías y empleos verdes y al desarrollo sostenible;

- proporcionar ayuda a los trabajadores afectados, a los propietarios de casas amenazados de desahucio, a los pensionistas amenazados con la pobreza en la “edad de oro”, a los empresarios que buscan inversiones de capital. No es justo que los principales beneficiarios pudieran ser quienes han causado el desastre;

- una respuesta de ámbito europeo a la desaceleración que se está produciendo en la economía real, tanto para prevenir una mayor intensificación de la tormenta financiera como para evitar la vuelta al enfoque de “empobrece a tu vecino”, de la ola de moderación salarial competitiva, como a las reducciones en la protección social de los trabajadores y sus familias;

- es necesario volver a priorizar cuanto antes la política pública hacia los temas del ingreso y la desigualdad salarial. Es la desigualdad y los bajos ingresos salariales de los trabajadores lo que está conduciendo a las familias a endeudarse más, por el uso de las técnicas arriesgadas de los mercados financieros.

La CES llama, por lo tanto, a luchar en Europa por los derechos de los trabajadores, por salarios decentes y justos, por empleos estables y por prácticas fuertes de negociación colectiva, independiente y no subordinadas a los tribunales de justicia y a los jueces.

PÚBLICO

8/10/2008

Capitalismo tóxico y corrupción

Endrius Eliseo Occiolo, profesor de Derecho Administrativo. Centre de Recerca en Governança del Risc (UAB-UOC)

¿Qué tienen en común Marbella y la crisis financiera internacional con epicentro en los EEUU? Para empezar, podríamos decir que ambas son manifestaciones de un capitalismo tóxico: la primera es el icono del urbanismo salvaje y del desgobierno local en beneficio privado, de la grandeur de la economía inmobiliaria luego degenerada; la segunda es la madre de todas las crisis, la peor desde la gran depresión de 1929, una crisis, la hodierna, que tiene su origen en un modelo de crecimiento descontrolado de las entidades financieras, basado en hipotecas de alto riesgo y sofisticados (o más bien, desconsiderados) productos de inversión. También pueden asociarse al estallido de una burbuja: la inmobiliaria y la crediticia. Sin embargo, es necesario entrar en consideraciones más atentas.
Acaba de publicarse el Índice de Percepción de la Corrupción 2008, por la prestigiosa ONG Transparencia Internacional. Se trata de una medición de la percepción de la corrupción pública procedente de expertos y empresarios, elaborada por instituciones independientes y acreditadas internacionalmente. El dato contenido en el índice es el siguiente: España ha perdido tres posiciones en el ranking de países menos corruptos, ahora está en el lugar 28 con una nota de 6,5 sobre 10. Se explica por los expertos que la razón de esta caída sería la emersión de los casos de corrupción urbanística, es decir, se habla más de corrupción; aunque la verdad es que han aumentado las sentencias condenatorias por delitos contra la ordenación del territorio y se han iniciado más juicios por abusos urbanísticos. En definitiva, son las Marbellas de España que ensucian la limpieza del país. Ahora bien, lo que es importante recordar es que las ilegalidades, abusos, fraudes, sobornos, conflictos de intereses, registrados en la mencionada ciudad de la Costa del Sol ocasionaron un suceso sin precedentes en la historia de la España constitucional: la disolución de la corporación local, en el supuesto contemplado por la Ley de “gestión gravemente dañosa para los intereses generales que suponga incumplimiento de obligaciones constitucionales”. Quedémonos con este apunte y vayamos a ver lo que concierne a la crisis norteamericana.
En EEUU, desde 1977, existe una ley llamada Community Reinvestment Act (Ley de Reinversión en la Comunidad) que exige que los bancos ofrezcan créditos e hipotecas para facilitar el acceso a la vivienda y el desarrollo de pequeños negocios, en función de criterios determinados a nivel federal. Esta ley fue reformada en 1995 por la Administración Clinton para intentar satisfacer aún más las necesidades crediticias de las comunidades. Si en la economía moderna los servicios crediticios y financieros se consideran servicios esenciales, esta ley tenía la finalidad de conciliar los negocios con los objetivos sociales. Además de esta regulación social federal, en EEUU la mitad de las hipotecas se otorgaban por entidades híbridas, denominadas GSE (Government Sponsored Enterprises) y patrocinadas por el Gobierno, que habían sido creadas inicialmente durante el New Deal de Roosevelt como agencias gubernamentales encargadas de proporcionar liquidez para los préstamos hipotecarios, para luego ser privatizadas en los años setenta. Ejemplos de estas firmas semipúblicas son Fannie Mae y Freddie Mac, nacionalizadas el pasado 7 de septiembre tras haber perdido 11.000 millones de dólares, más que el agujero de Enron en 2001.
El núcleo del problema reside en que la gran mayoría de los bancos se había opuesto a esta regulación social, así que después quisieron transformar las obligaciones sociales en ganancias; para ejecutar este plan necesitaban que las normas y las autoridades se lo permitieran y por eso fueron capturadas por las corporations. Las autoridades americanas permitieron el más espectacular crecimiento de la pirámide de las deudas de la historia económica, ignorando al mismo tiempo la dimensión de los riesgos con los que cargaban los intermediarios financieros. Finalmente las responsabilidades de control se fragmentaban y diluían; mientras, los bancos creaban bonds en los que se mezclaban turbiamente las hipotecas basura y luego contratos de seguros derivados de estos títulos tóxicos: el mercado se contaminaba pero las entidades experimentaban unos beneficios extraordinarios. En especial, Fannie y Freddie en la actualidad derogaban 5.400 millones en hipotecas, más de las que se conceden en toda Europa, sin disponer de un capital adecuado… pero con el patrocinio de la Administración. Vale la pena recordar también que estas agencias han financiado los partidos en los últimos diez años con más de 1.000 millones de dólares. También han caído el tercero y el cuarto (también el más antiguo) banco de negocios de EEUU, Merrill Lynch y Lehman Brothers. Pocos días después, el 17 de septiembre, la Federal Reserve y el Tesoro americano han salvado a la aseguradora AIG inyectándole 85.000 millones de dólares y sometiéndola al control del Gobierno. La Administración Bush ha preparado un plan especial para intentar frenar la crisis esterilizando el mercado financiero de la contaminación sufrida. El precio del medicamento es muy alto, 700.000 millones de dólares, el 5% del PNB de la nación.
Esta crisis es el ejemplo más aterrador del fallo conocido como “captura del regulador por el regulado”, es decir, cuando el primero se identifica con el segundo y favorece sus intereses. La captura del Estado es una manifestación sofisticada de la corrupción; ésta va mucho más allá del pago de un soborno. En la época actual los conflictos de intereses, la captura de los poderes públicos, representan importantes variantes de la degeneración del proceso decisorio, del acuerdo de una minoría con el fin de aprovecharse de los bienes de la mayoría de la población. Por esto, el candidato demócrata Obama, antes de reunirse con Bush para discutir de la crisis, con propiedad ha afirmado que “la corrupción es un desperdicio de dinero y arruina los derechos humanos”.
Esta crisis ha desvelado una “gestión pública (y privada) gravemente dañosa para los intereses generales”, que ha llevado casi al derrumbe del sistema financiero americano. Así, la corrupción es la línea roja que une EEUU con Marbella y se interrelaciona con el capitalismo financiero y urbanístico de “amiguetes”, parafraseando a Stiglitz. Los políticos, los reguladores, los empresarios, deberían aprender definitivamente que integridad y transparencia son las únicas estrategias compatibles con el desarrollo de la sociedad. Ya no vale la filosofía de Gordon Gekko, financiero de la película de Oliver Stone Wall Street, sobre la codicia (greed): “Greed is good, greed works”. No señores, la codicia no es buena ni funciona.

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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