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martes, 26 de mayo de 2009

La política actual está tratando de mantener el sistema funcionando con la menor cantidad de cambios posibles.

“Hay que redefinir el sistema financiero”

El economista Jan Kregel es uno de los mayores especialistas en mercados financieros. En diálogo con Página/12, este profesor del Instituto Levy de Nueva York aseguró que lo que se buscó con los planes de salvataje no fue reactivar el crédito para estimular la demanda sino salvar a las principales entidades y preservar el modelo que llevó a la crisis. En contraposición, propone debatir qué sistema bancario requiere la economía y recién entonces avanzar con un nuevo marco regulatorio que permita amortiguar el impacto de la inestabilidad financiera.

–¿Qué falló en los salvatajes?

–La idea general es que fracasaron porque los bancos no le están prestando a nadie. Pero los bancos están haciendo precisamente lo que les dijo el gobierno: “No tomar riesgos excesivos”, y al no hacerlo no están prestando. El rescate funcionó en el punto en que los bancos permanecieron solventes. La idea básica fue dejar el sistema más o menos intacto.

–¿Cómo se amortigua la inestabilidad financiera? ¿Cree que es necesario un nuevo marco regulatorio?

–No se trata de regular el sistema financiero, sino de re-regularlo. En la década del ’30, la administración Roosevelt tenía una idea muy clara de cómo querían que fuera el sistema financiero una vez que se establecieran las nuevas reglas. Creían que la dificultad estaba creada porque los bancos comerciales operaban en los mercados de capital y decidieron acabar con esto. La idea fue crear un sistema segmentado por función: bancos comerciales que toman depósitos y proveen préstamos, y por el otro lado los bancos de inversión.

–¿Qué características básicas del sistema financiero debería tener en cuenta el gobierno de Obama a la hora de re-regularlo?

–En primer lugar hay que tener una idea sobre el tamaño que queremos que tengan las instituciones. Debe ser regulable para las autoridades y controlable para los ejecutivos. De lo contrario, no importa cuán buenas sean las regulaciones, pues el sistema continuará siendo inestable. Podemos escribir las mejores regulaciones del mundo pero si no se las puede aplicar no tiene mucho sentido. En segundo lugar hay que definir qué es lo que debería estar haciendo el sistema financiero, su función.

–¿Las autoridades de Estados Unidos están actuando en ese sentido?

–La forma en la que se está resolviendo el problema está conduciendo a la concentración masiva de las entidades. Puede ser que ésa sea la estructura que querés: 2 o 3 bancos grandes. Pero ya sabemos que las autoridades no pudieron regular de manera eficiente a los bancos antes de que fueran gigantes.

–¿Por qué cree que es tan difícil cambiar las reglas?

–La política actual está tratando de mantener el sistema funcionando con la menor cantidad de cambios posibles. Las instituciones financieras realizan las mayores contribuciones sustanciales a los políticos. El sector más activo es el inmobiliario, que es uno de los mayores aportantes a las campañas de los políticos demócratas, porque están a favor de incrementar la cantidad de propietarios. Virtualmente, casi todos los políticos del Congreso responsables por las regulaciones financieras están relacionados con estas instituciones a través de sus contribuciones de campaña.

–Hasta ahora usted se refirió a Estados Unidos, ¿cuál debería ser el papel de los países periféricos en la re-regulación del sistema financiero?

–Los requerimientos de Basilea y las buenas prácticas recomendadas por el FMI están basados en el sistema bancario norteamericano, que ha demostrado ser insostenible. El Fondo tiene que cambiar las recomendaciones que brinda a los países. La idea de que un modelo en particular es el mejor para todos es errónea. Los países en desarrollo se tienen que dar cuenta de que no es un requerimiento adaptar sus mercados domésticos a los estándares internacionales para pertenecer al sistema comercial y financiero global. Importar regulaciones financieras no es una muy buena idea.

–¿Qué tipo de banca necesitan las economías periféricas?

–Todos los países avanzados tuvieron en alguna parte de su existencia el equivalente a un banco estatal que direccionó el financiamiento hacia el área que querían desarrollar. En Brasil, el Bndes presta de acuerdo a una estrategia de desarrollo. La entidad no corre el riesgo de default porque no tiene deudas. En cambio, en Argentina la ausencia de una estrategia nacional de desarrollo es uno de los problemas más grandes. Pueden ser los productores de soja más importantes del mundo, pero ese es un modelo muy peculiar de crecimiento. No se puede dejar que el mercado decida por sí solo dónde invertir. Tampoco alcanza con un tipo de cambio alto y competitivo, hace falta un plan estratégico de desarrollo.

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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