Todos los cipayos juntos

Todos los años visitan la embajada del pais para el que trabajan para celebrar la independencia.

COCTEL EN LA EMBAJADA DE ESTADOS UNIDOS

El festejo del 4 de julio, entre la gripe y las elecciones

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EN FOCO. DE NARVAEZ FUE EL MAS REQUERIDO DE LA REUNION DEL VIERNES.

Como Mirtha Legrand, varios habitués al festejo del Día de la Independencia de Estados Unidos decidieron el viernes pegar el faltazo. Quizá fue por precaución ante la gripe A o porque aún no llegó la nueva embajadora, Vilma Martínez. Pero lo cierto es que se vio menos gente en el tradicional encuentro, considerado uno de los eventos sociales del año.

Así, con el encargado de Negocios Thomas Kelly como anfitrión, la principal figura fue Francisco de Narvaéz, que monopolizó todas las miradas, y los temas excluyentes -además de la gripe- fueron los resultados de las elecciones, el recambio de funcionarios y el mapa político que se viene. El gran ganador de los últimos comicios fue sin su socio político, Mauricio Macri.

Tampoco se vio a personajes del oficialismo, salvo a Marcela Losardo, secretaria de Justicia, o a José Scioli, hermano del gobernador. En cambio, del ámbito político dijeron presente Ricardo López Murphy; el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz; Miguel Angel Toma; y el ex recaudador Santiago Montoya, entre otros. El ex presidente Fernando de la Rúa pasó a saludar y partió raudo.

Empresarios, economistas y analistas políticos fueron mayoría. Entre los primeros, se acercaron Carlos de la Vega (Comercio), Hugo Biolcati (Sociedad Rural), José Ignacio de Mendiguren (UIA) y Julio Werthein. Tampoco se perdieron el convite Miguel Bein, Federico Sturzenegger, Daniel Artana y Bernardo Kosacoff, Sergio Berenstein, Rosendo Fraga y Graciela Rommer.

Siguen los nombres :

El debate electoral se trasladó a la embajada de EE.UU.

Fue el tema de discusión entre los dirigentes que asistieron al cóctel por el Día de la Independencia

Adrián Ventura
LA NACION

Alivio por la derrota electoral de Néstor Kirchner y preocupación por el deterioro político y la falta de una agenda económica para afrontar la crisis fueron las impresiones coincidentes entre dirigentes políticos, empresarios, economistas, encuestadores y diplomáticos que concurrieron anoche al festejo por el Día de la Independencia de los Estados Unidos, en la embajada de ese país en esta ciudad.

Con menos concurrencia que el año pasado, y con la expectativa por la llegada de la embajadora Vilma Martínez, designada por el presidente Barack Obama, que aguarda la aprobación del Congreso de su país para viajar a Buenos Aires, el anfitrión tuvo palabras de elogio al referirse a la relación bilateral.

"Todos nosotros, desde la Casa Blanca, pasando por el Departamento de Estado hasta la embajada en Buenos Aires, tenemos el compromiso de trabajar con el gobierno de la Argentina. Sabemos que la Argentina juega un papel vital en la política regional y esperamos trabajar juntos en toda clase de asociaciones en el futuro", aseguró el encargado de negocios, Thomas Kelly.

El más fotografiado y convocante del cóctel fue Francisco de Narváez, el hombre que venció a Kirchner en las urnas el domingo pasado, y que insiste en que en octubre de 2010 debería hacer una amplia elección interna abierta, que incluya a Mauricio Macri, para elegir al candidato presidencial del peronismo disidente.

Más preocupado por lograr un programa y un compromiso concreto que por definir quién será el nombre que aglutine al progresismo se mostró el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, socio del Acuerdo Cívico y Social, integrado por la Coalición Cívica, de Elisa Carrió, y la Unión Cívica Radical.

La evaluación de los resultados electorales recientes hacía ilusionar al ex presidente Fernando de la Rúa con la recuperación del radicalismo, que quedó diezmado con el abrupto fin de su gobierno en 2001 y que fue caminando hacia su resurgimiento en los últimos años.

La pandemia de gripe A no pudo ganarle a la preocupación por el deterioro político y el consecuente deterioro económico en la mayoría de las conversaciones que se pudieron escuchar en los salones de la embajada, situada en la Avenida del Libertador y Colombia, en el corazón de Palermo.

El Gobierno contó con la representación solitaria de la secretaria de Justicia, Marcela Losardo, que no hizo comentarios sobre los sucesos electorales del fin de semana ni sobre las especulaciones vinculadas con el eventual recambio de otros integrantes del gabinete de Cristina Kirchner.

El camarista Alberto Dalla Vía y el juez federal Rodolfo Canicoba Corral cruzaron diálogo con buena parte de la concurrencia, entre quienes se encontraban el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati; los empresarios Julio Werthein, José Ignacio de Mendiguren y Mario Montoto; el ex recaudador fiscal más mediático de la historia, Sergio Montoya, y el dirigente justicialista porteño Víctor Santa María.

Entre los encuestadores, sin duda, uno de los más saludados fue Sergio Berenzstein, director de Poliarquía Consultores, la firma que anticipó el triunfo de De Narváez sobre Néstor Kirchner contra todos los pronósticos de sus colegas. También se los vio entusiasmados en los análisis poselectorales a los analistas Graciela Römmer y Rosendo Fraga.

El líder de la Corriente Convergencia Federal, Ricardo López Murphy, al igual que sus colegas economistas Daniel Marx y Miguel Bein respondían a las consultas sobre el futuro económico del país a la luz de la desfavorable situación en la que quedó el gobierno de Cristina Kirchner tras la derrota electoral.

La conclusión más palmaria que se escuchó entre los expertos en economía y finanzas fue la sensación de que el escenario político se "deteriora muy rápidamente" y que los comicios del domingo pasado parecen haber sucedido "hace dos meses". ¿La clave para frenar la crisis económica? Una agenda económica fuerte para resolver los problemas presupuestarios.