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jueves, 5 de noviembre de 2009

Montenegro habla de inseguridad en los medios cuando ya debería haber renunciado hace rato a su cargo por las espías ilegales

Es increíble como este tipo se muestra en los medios hablando de la inseguridad siendo responsable de espías ilegales realizadas por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y que investiga la justicia
La verdad me da mucho asco


Las Misiones de Mauricio Macri y Ciro James

04-11-2009 /

Walter Goobar
El espía Ciro Gerardo James permanece detenido en el Pabellón 4 del penal de Marcos Paz, mientras el juez federal Norberto Oyarbide ha emplazado al Gobierno de porteño para que entregue la lista de todos los agentes de inteligencia de la Federal o de la SIDE que fueron contratados por cualquier dependencia del gobierno de Mauricio Macri.
En su accionar, el especialista en inteligencia Ciro James cometió un error muy elemental porque sabía que lo que estaba haciendo violaba la ley, porque él no podía hacer inteligencia interior, o sea, espiar a dirigentes sociales, gremiales o políticos. Y mucho menos ponerlo por escrito y enviárselo a un magistrado. A menos que ese magistrado y el fiscal estuviesen implicados en la maniobra.
Una de las hipótesis más sólidas indica que el ex gobernador Ramón Puerta, en un favor a su amigo personal Macri, utilizó su cercana relación con el juez Horacio Gallardo para conseguir la autorización a Ciro James y en forma paralela, el espía hizo morder el anzuelo a los policías misioneros para que realicen las escuchas y le envíen las casetes.
Es sabido que los jueces misioneros que autorizaron las escuchas telefónicas, fueron nombrados por el ex gobernador Ramón Puerta. La situación de esos magistrados está cada vez más comprometida, pero hay otro dato que varios investigadores pasaron por alto: la fiscal que consintió las escuchas a Sergio Burstein y Carlos Ávila es Amalia Spinatto, prima hermana del ex gobernador Ramón Puerta, un hombre que tiene ostensibles dificultades para explicar su relación con su ex compañero de estudios y actual jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.
Cuando la Legislatura porteña autorizó la creación de una policía para la Ciudad la definió como “una institución de aproximación a la comunidad”, pero en la cabeza de Macri y del Fino Palacios existía una visión absolutamente distinta en la que el ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro cumplía una función decorativa. Montenegro tenía y tiene con Macri y con Palacios una estrecha relación que tampoco ha sido debidamente subrayada en el contexto del Macrigate que ahora afronta: el ex juez era miembro del Comité de Seguridad del club xeneize cuando Palacios se desempeñaba como jefe de Seguridad y usaba los servicios del espía Ciro James que actuaba en el club como su hombre de confianza. Por eso, frente a las fotografías publicadas por el dominical Miradas al Sur, Montenegro no se ha atrevido a negar su autenticidad y se ha limitado a decir: “Bueno, pero tiene un chaleco de la Policía Federal Argentina”.
Macri trasladó el gerenciamiento del club a la Ciudad como lo demuestra el hecho que Andrés Ibarra, gerente de Boca Juniors, se desempeña actualmente como segundo de Mariano Narodowski en el ministerio que contrató al espía Ciro James por un salario de 6.000 mensuales.
Montenegro, por su parte, llegó al ministerio de Seguridad de la mano de la ex vicejefa de Gobierno, Gabriela Michetti, como una alternativa a Eugenio Burzaco, el candidato propuesto por el jefe de gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, cuyo nombramiento se abortó por su papel como asesor en seguridad del gobernador Sobisch cuando se produce el asesinato del maestro Carlos Fuentealba en Neuquén. Ahora Burzaco ha vuelto al ruedo para ocupar la jefatura de la cuestionada policía, con lo cual el trío compuesto por Burzaco, Miguel Ángel Toma y Cristian Ritondo ha estrechado el cerco contra su rival Montenegro que inmediatamente amenazó con una fallida renuncia.
En todo el proceso de gestación de la Policía Metropolitana, Montenegro se encontró con la cancha marcada y con un partido perdido por goleada frente al Fino Palacios que –como en el club–, actuaba directamente bajo las ordenes de Macri. Montenegro se opuso al nombramiento de Palacios, pero Macri lo colocó ante una difícil disyuntiva: o defendía al cuestionado Palacios o se iba.
Según el organigrama, Palacios dependía de Matías Molinero –que es el segundo en la jerarquía del ministerio–, Molinero dependía de Montenegro y éste de Macri. Pero en los hechos, las decisiones las tomaba Palacios directamente con el jefe de Gobierno.
Nadie ha conseguido explicar el llamado anónimo a la casa de Sergio Burstein denunciando que tenía el teléfono pinchado por Palacios. Evidentemente, se trata de alguien que tiene munición gruesa contra Palacios y Montenegro. Una alta fuente de la investigación indicó a este diario que existirían conversaciones entre el propio Palacios y el espía Ciro James en las que ambos hablan sobre las pinchaduras a Sergio Burstein. Esto también explica la admisión que hizo Palacios ante el diario La Nación indicando que él había reclutado a James. Según el propio Palacios, los únicos que conocían las actividades clandestinas de Ciro James eran él; el subjefe de la Metropolitana, comisario Osvaldo Chamorro, y el cada vez más comprometido ministro Montenegro.

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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