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viernes, 22 de enero de 2010

Obama lo hace tardíamente y nosotros vamos a seguir con las leyes de Marinez de Hoz y Cavallo ?

Pánico en bolsas por propuesta de limitar tamaño de bancos

La propuesta del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de limitar el tamaño de los grandes bancos generó un nuevo panico en las bolsas mundiales. El mandatario anunció sus propuesta con una frase que pasará a la posteridad:
“Nunca más seremos rehenes de los bancos demasiado grandes para caer pues esto complica a toda la economía”.

Si se aprueban las medidas que buscan limitar la voracidad de la banca, los bancos deberán abandonar las prácticas especulativas que son las que hundieron al sistema.

Este es un paso muy importante, pero llega con un año de retraso pues era la primera medida que Obama debió aplicar al iniciar su mandato el 20 de enero del año pasado. En su primer año de gobierno, Obama no logró torcer la dinámica de la crisis y mientras el desempleo siguió su avance devastador, las bolsas y los bancos se siguieron hinchando a costa de los esfuerzos fiscales. De ahí el descontento y la pérdida, esta semana, de un importante escaño en el senado con una histórica derrota vivida en Massachusetts, una plaza que pertenecía comodamente al Partido Democrata, al ser la tierra del clan Kennedy. Este hecho rompió la mayoría que el partido demócrata tenía en el Congreso.

En lo concreto, Obama al fin está haciendo caso a Paul Volcker, el ex-banquero de la Fed que lleva un año asegurando que el problema central que hay que resolver es el del sistema financiero, partiendo por los grandes bancos. Volcker fue el primero en señalar que estamos ante “la madre de todas las crisis financieras” y aseguró que las innovaciones financieras no aportaron nada a la economía. Volcker es quien más ha insistido en que “se requiere extirpar el problema de raíz”. Hasta ahora, Obama no había tomado en cuenta sus consejos.

El objetivo de la medida busca reducir las posibles pérdidas por inversiones de alto riesgo, así como evitar que los bancos pongan en peligro a la economía real debido a su gran tamaño. La medida apunta sobre todo al sector de la banca de inversión, que aportó primero ganancias astronómicas a las entidades con negocios de alto riesgo, para después reventar y ser una de los principales causantes de la crisis financiera.

Las nuevas medidas obligarían a los bancos a separar de forma más clara el sector de inversiones del resto de actividades financieras. Es un retorno a la derogada Ley Glass-Steagall, que separaba la banca comercial de la banca de inversion, y que implantó Franklin D. Rossevelt en 1933, dando estabilidad al sistema financiero durante medio siglo. A mediados de los 80 comenzó a ser derogada hasta desaparecer totalmente en 1999 por la acción directa del senador republicano Phil Gramm.

Después de un año de gobierno y de dar palos de ciego en diversas áreas, Obama parece escuchar las ideas más serias. La semana pasada propuso un impuesto extraordinario para los grandes bancos, que permitan cubrir los costos de los programas de rescate del gobierno durante la crisis financiera. Esta propuesta prevé la devolución de unos 117.000 millones de dólares por parte de las principales entidades financieras de Wall Street. Ese también fue otro dolor de cabeza para la banca y las bolsas del mundo.

Marco Antonio Moreno 22 de enero de 2010

Tomado del Blog Salmon


Y por casa como andamos ?

Por Tomás Lukin

Entidades financieras

El concentrado, extranjerizado y desregulado sistema actual privilegia la especulación por sobre la producción. La banca privada se enfoca en las actividades y zonas más rentables. El 85 por ciento de las sucursales de las diez entidades más grandes está concentrado en las cinco provincias más ricas, postergando las economías regionales y las pymes.

Mientras tanto, el 99 por ciento de los créditos otorgados no supera los 200 mil pesos. La mayoría de los préstamos están destinados a consumo y financiamiento de tarjetas de crédito. Desde la reforma neoliberal de Martínez de Hoz, el Estado perdió las herramientas para direccionar el crédito. El acceso al financiamiento quedó fuertemente condicionado por las altas tasas de interés.

En la actualidad, el principal impulsor de una reforma a la Ley de Entidades Financieras es el diputado y titular del Credicoop, Carlos Heller. “El funcionamiento del sistema financiero no puede quedar en manos del mercado, debe estar fuertemente regulado por el Estado. Pensamos en una ley que conciba a la banca como servicio esencial y público”, apuntó Heller a Página/12. La iniciativa, que cuenta con el visto bueno del diputado y ex presidente Néstor Kirchner, busca garantizar el financiamiento productivo a pymes y la extensión de los niveles de bancarización. Algunos especialistas advierten que para garantizar el financiamiento de mediano y largo plazo será determinante la creación de un Banco Nacional de Desarrollo. Esa entidad, sostienen, podría financiarse con fondos de Anses.

Carta Orgánica

En 1973, el objetivo del Banco Central era “regular el crédito y los medios de pago a fin de crear condiciones que permitan mantener un desarrollo económico ordenado y creciente, con sentido social, un alto grado de ocupación y el poder adquisitivo de la moneda”. Desde 1992 con la convertibilidad, la misión de la autoridad monetaria se reduce al último punto: “Preservar el valor de la moneda”. Esa medida limitó la posibilidad de hacer política monetaria. Para asegurarse el cumplimiento de la meta se consagró la antidemocrática “independencia” de la entidad, la misma perrogativa en la que se refugia el despedido Redrado.

Ante el fracaso de la receta conservadora, la heterodoxia económica postula la necesidad de bancos centrales dependientes del gobierno y comprometidos con el desarrollo económico. Advierten que una herramienta tan importante como la política monetaria no puede concentrarse solamente en el control de la inflación dejando de lado el empleo o la distribución del ingreso.

En ese sentido Heller propuso, retornar a los objetivos fijados en 1973 y a una estructura de gobierno de la entidad similar a la del Banco Central de Brasil. Allí, la política monetaria la decide un Consejo Monetario Nacional en sintonía con las directrices del presidente de la Nación. En ese comité el titular del Central comparte las decisiones con el ministro de Hacienda y otros ocho miembros.

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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