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martes, 9 de febrero de 2010

Bolivia invita a pueblos del mundo a Cumbre Social sobre el Cambio Climático

El Gobierno boliviano invitó a científicos y representantes de todo el mundo a la Cumbre de Cochabamba. Se espera que se ofrezca una posible solución al problema de las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, compromiso que no se pudo lograr en la Cumbre de Copenhague efectuada a finales de 2009.

El ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, convocó este martes a los representantes de todos los pueblos del mundo para que formen parte de la Cumbre sobre el Cambio Climático, que se efectuará en la Ciudad de Cochabamba (centro) del 20 al 22 de abril.

En compañía de representantes de diversas organizaciones sociales, el funcionario explicó que ante el fracaso de la Cumbre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Cambio Climático en Copenhague (Dinamarca), se invitaron a científicos de todo el planeta para que debatan sobre las medidas a tomar que contribuyan a la disminución de los gases de efecto invernadero.

Choquehuanca aseguró que los países industrializados tienen su postura de no firmar el Protocolo de Kioto que establece normas para la emisión de dióxido de carbono y con ello arremeten contra la Madre Tierra.

Para esta cita, se espera que 11 mil delegados de todo el mundo discutan sobre las causas estructurales y sistemáticas que provocan el cambio climático y propongan medidas efectivas para disminuir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.

Por su parte, la dirigente de la Confederación de Mujeres Campesinas y Originarias de Bolivia Bartolina Sisa, Leonilda Zutita, realizó un llamado a los pueblos de toda Latinoamérica para que se unan a este encuentro mundial y con esto defender los derechos del planeta.

Entre los temas a tratar en esta conferencia se encuentra, analizar las causas del cambio climático además de proponer medidas de fondo que posibiliten el bienestar de toda la humanidad. Discutirán y acordarán el proyecto de Declaración Universal de Derechos de la Tierra.

Discutirán un nuevo compromiso para el Protocolo de Kioto que contemple puntos como la deuda climática, la reducción de emisiones, adaptación, transferencia de tecnología, financiamiento, bosques y cambio climático, visión compartida, pueblos indígenas, entre otros.

Trabajarán en la organización de un Referendo Mundial de los Pueblos sobre el cambio climático, que había sido propuesto por el mandatario Evo Morales en la pasada cumbre de Dinamarca.

Finalmente, trazarán un plan de acción para avanzar en la constitución de un Tribunal de Justicia Climática y definirán las estrategias de acción y movilización en defensa de la vida frente al Cambio Climático.

La Cumbre de Copenhague contó con la presencia de 192 países, y su objetivo era llegar a acuerdo global que ayude a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, pero luego del intento de un grupo de países de imponer un texto inconsulto, que no implicaba ningún tipo de compromiso por parte de las naciones industrializadas, la cumbre concluyó sin ningún acuerdo.

Varios mandatarios, entre ellos el presidente de Brasil, Bolivia y Venezuela, consideraron que la cumbre fue un fracaso y responsabilizaron a los Estados Unidos de acabar con las esperanzas del mundo de conseguir un acuerdo.

teleSUR-EMOL-EFE/ dag-PR

1 comentario:

Luis Eduardo Siles dijo...

Hay demagogias de proporciones tan descomunales que pasan al ámbito del surrealismo, son imposturas al límite de lo diabólico, cinismos que necesitan algún superlativo.. Este es el caso de la la cruzada internacional a favor del medio ambiente y de la “madre tierra” que intenta presentar como su nueva identidad ideológica el señor Evo Morales, iniciativa que tiene una consistencia ética parecida a una convocatoria de Osama Bin Laden a la Paz mundial.

La producción de hoja de coca, sustento político, económico, y principal fuente de legitimidad presidencial, ha experimentado un crecimiento geométrico desde 2006, incluyendo el cultivo en casi todas las áreas protegidas, y es responsable de la mayor devastación de las tierras fértiles en Bolivia desde que los conquistadores españoles decidieron acabar a plan de incendios el manto vegetal altiplánico. A la esterilización producida por el arbusto, que imposibilita cultivos posteriores durante una década y cuya superficie aumento en nueve veces durante la presidencia de Morales hasta alcanzar hoy 50 000 hectáreas , se deben agregar la inmisericorde y descontrolada vertida de miles de litros de residuos altamente tóxicos de acido sulfúrico, cal viva y otros químicos, derivados de la masiva producción de cocaína que a migrado de sus lugares de producción en el oriente a zonas peri urbanas y rurales del occidente. Morales incluyó a la hoja de coca, sin la cual es obviamente imposible producir cocaína, en la constitución y el canciller Choquehuanca propuso que los niños de Bolivia debieran tomarla en el desayuno en vez de la leche.

Esta devastación es gravísima e ilustra la hipocresía de un gobierno que vocifera sobre el agua como un derecho humano, por ejemplo, pero que permite que la minería transnacional contamine como nunca los acuíferos del altiplano y como en el caso de San Cristóbal en pocos años habrá consumido por si sola tales cantidades que habrá convertido el sur de Bolivia en un desierto hasta debajo de la superficie.

El “sagrado” lago Titicaca se ha convertido en una cloaca producto del derrame de aguas servidas que ha crecido sin que se haya definido una política pública sobre esta problemática que ha confinado la presencia piscícola a las áreas de granja y a las especies que aun toleran esta contaminación. En el carnaval de Oruro, bajo la etiqueta de respeto a las “culturas ancestrales” miles bailaron haciendo sonar instrumentos musicales y exhibiendo vestuarios hechos con especies en extinción sacrificadas expresamente ignorando no solo las leyes sino los ruegos de organizaciones medioambientalistas y ciudadanos.

Ufano de su relativo apoyo electoral, el gobierno seguirá sembrando las canchas de futbol de todo el país de césped sintético para que armonice con alfombra de basura plástica que acompaña al viajero a lo largo de todas las carreteras y que es la cotidianeidad de la mayoría de los pueblos, e incluso de ciudades como Oruro y Cochabamba. En esas condiciones presentarse con una careta medioambientalista es una desfachatez descomunal, una indecencia cínica y grotesca.

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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