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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Homenaje a Néstor Kirchner en la Cámara de Diputados de la Nación

Palabras de Martín Sabbatella

Gracias, Señor Presidente.

Quisiera reflejar a través de estas palabras el inmenso dolor que nos produjo la muerte de Néstor Kirchner, a quienes pertenecemos a este bloque y también a los muchos y muchas que representamos desde esta función legislativa. No es fácil. ¿Cómo dar cuenta, sin que la escasez de tiempo y de palabras sea injusta con el merecido recuerdo, de un sentimiento tan intenso y extendido? Mucho más elocuentes han sido y serán los rostros de los miles y miles que caminaron durante horas para darle el último adiós al ex presidente; las banderas de centenares de agrupaciones mezcladas con el luto y los colores de la patria en las calles y las plazas de todo el país. Mucho más expresivos han sido los ríos de ciudadanos y ciudadanas que escoltaron el paso del cortejo hasta su destino final en San que se imprimieron, que se pintaron, en un estallido democrático y plural del abrazo de un pueblo conmovido.

Señor Presidente: Más que forzar frases de ocasión entre esas maravillosas muestras de conmoción y de congoja popular, prefiero dedicar estos minutos a reconocer la huella que Néstor Kirchner ha dejado en este presente, a partir de sus principales acciones desde 2003 hasta la fecha. Tal vez algunos prefieran detenerse en otros momentos de su devenir público. Yo quiero hacerlo sobre esta etapa, porque creo que fue en estos siete años en los que su aporte a la vida política nacional fue determinante para millones de argentinos y sudamericanos. Hemos tenido una relación de respeto mutuo con Kirchner, aún perteneciendo a otro espacio político, y es desde ese lugar que nos referimos a él en este homenaje.

Sin pretender abarcar todas las características de esta etapa, y soslayando a propósito hoy las observaciones que hicimos en varias ocasiones desde nuestro espacio político, no tengo dudas -Señor Presidente- que Kirchner entra en las páginas importantes de nuestra historia, entre otros aspectos, por la política de derechos humanos, por la recuperación de la Memoria colectiva y por el respaldo al juicio y castigo a los responsables del terrorismo de Estado. Entra en el relato grande de América del Sur por el impulso a la integración regional desde una perspectiva latinoamericana y popular, poniendo el acento tanto en las posibilidades de crecimiento equitativo de las naciones como en los valores de solidaridad, de afianzamiento cultural, de justicia social y de defensa de la soberanía de los pueblos.

Kirchner se gana un lugar destacado en la memoria de millones por la integración de la Corte Suprema con jueces de reconocida trayectoria, capacidad e independencia; se gana un lugar por el cierre de una era de intervención promiscua y perjudicial de los organismos financieros internacionales sobre las políticas económicas de la Nación, a partir de la generación de equilibrio fiscal sin ajuste y de medidas de desendeudamiento, que contrastaron con la sumisión neoliberal a los mandatos externos.

Se abre paso entre quienes más hicieron desde el Gobierno por la dignidad de los trabajadores, a partir de la estatización y extensión de las jubilaciones, que permitió insertar en el sistema a casi dos millones y medio de personas más; se abre paso por el establecimiento de un mecanismo de actualización semestral de esas jubilaciones; por la puesta en marcha nuevamente del Consejo del Salario y la apertura de paritarias para fijar los haberes de los trabajadores y trabajadoras; se abre paso por la implementación de la asignación que incorpora a tres millones y medio más de niños y niñas como sujetos de un derecho que sólo alcanzaba a los hijos e hijas de quienes estaban en blanco.

Señor Presidente, Kirchner va a ser recordado también por el desarrollo de la obra pública en salud, en educación, en caminos, en la infraestructura de servicios en territorios históricamente postergados, incluyendo una política de urbanización de villas y barrios de familias de escasos ingresos. Será recordado por el apoyo al desarrollo del pequeño y mediano empresariado, que es el sector de mayor ocupación de la producción nacional; por la preocupación por empezar a revertir una matriz tributaria que todavía es injusta y regresiva.

Y también, sin dudas, no pasará al olvido su voluntad de democratizar la palabra, a través del impulso de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que vino a saldar una deuda histórica arrastrada desde principios de la dictadura militar, que derivó en concentración de medios y cercenamiento de la libertad de expresión de miles de voces.

Estas y muchas otras medidas que se impulsaron desde 2003 dan cuenta del inicio de una etapa histórica cuyas contradicciones o claroscuros no opacan la evidente voluntad de Néstor Kirchner por orientar el país en un nuevo camino, enfrentando las políticas neoliberales que durante décadas hundieron a Argentina y la región en la más profunda desigualdad.

No soy yo, Señor Presidente, ni el bloque que presido, el que va a poner hoy el acento en esas contradicciones ni matices. Y no porque las neguemos, sino porque el hombre al que nos referimos pasa definitivamente a la memoria del pueblo y de las futuras generaciones por sus aciertos y no por sus errores, por más esfuerzos que hagan quienes a lo largo de estos siete años resultaron afectados en sus mezquinos intereses por los aciertos de Kirchner. Los hombres pasan a ocupar las páginas de la historia cuando su transitar deja huellas que marca la vida de otros hombres.

Mucho se ha hablado y se habla en estos días del legado del ex presidente. Y sin dudas, los aspectos mencionados por mí están lejos de ser una síntesis cabal de la herencia política y social que ha dejado el ex presidente.

A mi humilde entender, Señor Presidente, Kirchner fue más que un gestor eficiente de la cosa pública, aunque eso no sea poca cosa y merezca ser reconocido.

Si se ha ganado el reconocimiento que pudimos percibir en estos días es porque Kirchner fue un militante en todas sus funciones. Ejerció sus responsabilidades con pasión, defendió sus principios, expresó sus ideales, los tradujo en proyectos y en medidas de Gobierno con la potencia y el fervor de un militante político. Fue un dirigente que rompió el molde, que desafió al status quo, que buscó correr los límites de lo posible, ir más allá. Un representante del pueblo que aceptó pagar un inmenso costo por ello y que obtuvo la enemistad de actores muy poderosos de la vida nacional.

En un país como el nuestro, Señor Presidente, que atravesó fuertes crisis de representatividad y de descrédito, no puede menos que reconfortarnos, a los hombres y las mujeres de la política, que ésta haya recuperado su rol y su importancia como herramienta de transformación de la sociedad.

En esta etapa, Señor Presidente, con un protagonismo indudable de Néstor Kirchner que es reconocido por todos los sectores, se ha vuelto a poner la política en el centro de la escena, se ha vuelto a recuperar el valor de lo público, el rol del Estado, la importancia de los debates democráticos como los que tenemos habitualmente en este ámbito institucional y en muchos otros. El fervor popular que se expresó durante estos días en las calles, en las plazas, en los hogares, es hijo, sin dudas, de esta recuperación de la política; y eso, Señor Presidente, a nosotros, hombres y mujeres que luchamos por una Democracia más amplia y más profunda, no puede menos que llenarnos de orgullo y de esperanza.

Va a ser desde esta potencia democrática, desde esta intensidad en el debate, con esta participación y este volumen popular, y no desde el reposo sacrosanto de consensos conservadores que dejan todo como está, que vamos a recorrer el camino que conduce a una Patria de derechos para todos y para todas.

Es posible que el relato de este tiempo no logre ser consensuado, Señor Presidente. Es probable que no nos pongamos de acuerdo respecto a cómo merezca ser recordado Néstor Kirchner. Es natural que eso ocurra en relación a una figura que puso en tensión el debate público con la política en el centro de la escena interpelando al poder. Y que no lo hizo por capricho, sino porque afectó determinados intereses, no todos, pero sí muchos que parecían intocables.

No nos vamos a poner de acuerdo sobre eso, Señor Presidente. Pero posiblemente tampoco haga falta. Mucho más contundente que el disenso en nuestro balance es el relato que quedará en la memoria colectiva de los miles y millones de argentinos y argentinas a los que les cambió un poco o mucho la vida el gobierno de Kirchner. Quienes cobran una jubilación y no la cobraban, quienes tienen un salario y no lo tenían, quienes pueden invertir y antes temían, quienes se habían ido del país y volvieron, quienes buscaban a sus nietos y hoy los abrazan, quienes tienen un poco más de ingresos aunque todavía sufran la injusticia de cobrar en negro, quienes vivían en una casilla y hoy viven en una casa, quienes pueden opinar y antes callaban. Ellos y ellas, por encima de cualquier interpretación o cálculo electoral, son quienes escribirán el nombre de Néstor Kirchner en la historia de este país.

Por todo esto, Señor Presidente, desde el reconocimiento sincero y el homenaje generoso, pero también desde la convicción de lo mucho que aún está pendiente, es que queremos ratificar nuestro compromiso de seguir trabajando para que esa Patria que soñamos y merecemos se haga realidad.

Desde la autonomía de nuestra fuerza política pero también desde la convicción de que recorremos la misma avenida hacia el mismo horizonte que transitó Néstor Kirchner, es que abrazamos a la presidenta Cristina en estas horas de emoción y de pesar. Y con la certeza de su fortaleza y decisión de profundizar este camino, volvemos a transmitirle que cuenta con nosotros. La defensa y profundización de este rumbo es por lo que se hizo y por lo que aún está pendiente. Porque sabemos que se puede y se debe avanzar; por acá, por esta avenida, sosteniendo lo que se hizo, profundizándolo, ganando terreno sobre las injusticias que todavía nos distancian de la sociedad en la que deseamos y merecemos vivir. La certeza de que se puede también es parte del legado de Néstor Kirchner.

Muchas gracias.


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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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