The people united will never be defeated - ¡Proletarios del mundo, uníos!

domingo, 27 de marzo de 2011

El establishment y las anomalías




La preocupación del establishment es comprensible: un nuevo paradigma que haga posible un país para todos, sin exclusiones, atenta contra sus privilegios centenarios.

La estrategia elegida para salir de los efectos de la crisis recesiva de finales de 2009, y las correctas medidas adoptadas por el gobierno de Cristina Fernández para superar las turbulencias de la implosión de los mercados inmobiliarios y financieros en los EE UU y Europa, que aún perdura en los países centrales, con bajísimos niveles de crecimiento y millones de nuevos desocupados, han sido una nueva demostración de la factibilidad de negación por los hechos del mito noventista, que ubicaba a la política en un perpetuo rol subsidiario de los mandatos de la economía, y por ende, de la mano invisible de los mercados.

Este dato, que mostró la fortaleza del modelo argentino de crecimiento con inclusión social ideado hace ya ocho años, ha sido invisibilizado por las consultoras del establishment y las propaladoras del pensamiento hegemónico. Si bien en diversas oportunidades la valoración positiva realizada por personalidades internacionales como Hillary Clinton en su viaje a la Argentina, y otros funcionarios del acontecer económico, sobre el proceso de crecimiento sostenido conseguido por los gobiernos kirchneristas, demuestran la imposibilidad fáctica de tamaña negación. Lo cierto es que desde la matriz conceptual de los medios hegemónicos europeos, fieles representantes del pensamiento neoliberal, la ponderación por el fenómeno del renacer de la economía argentina ha sido eclipsado por noticias que habitualmente tienen su origen en la sesgada agenda mediática de la prensa conservadora de nuestro país. Es que con la debacle de diciembre de 2001, como consecuencia del experimento neoliberal de los ’90, la catástrofe económico-social de la Argentina fue pensada desde los países centrales como la antesala a una suerte de perpetuación del estancamiento por varias generaciones de argentinos. En analogía con la posguerra europea y sin Plan Marshall mediante, la anomalía argentina expresó la factibilidad de una alternativa contraria al pensamiento único del neoliberalismo, que hoy tiñe el discurso de la clase política en el mundo desarrollado. Esa anomalía, nacida de la insubordinación de masas de las jornadas del 19 y 20 de diciembre, y cuya onda expansiva llenó el vacío de poder con centenares de asambleas barriales y marchas de los diversos movimientos territoriales, con el objetivo de imponer a la clase política en su agenda las demandas más urgentes, fue el punto de inflexión de la Argentina contemporánea.

De alguna manera, ha definido con la contundencia de la movilización callejera el nunca más del decálogo neoliberal. Este dique de contención impidió la restauración de los históricos proyectos de la Argentina de la exclusión social y la desocupación estructural. El intento de criminalizar la protesta, que fue abortado con consecuencias impensadas por el gobierno de Duhalde ante las ejecuciones sumarias de la Bonaerense en la estación Avellaneda de los militantes piqueteros Kosteki y Santillán, derivaron en las elecciones anticipadas y la emergencia del gobierno kirchnerista, con su política de Derechos Humanos, y su apuesta a la producción y a la presencia estatal como antídoto a la pauperización generalizada, demostrando en los hechos que un modelo orientado al crecimiento con distribución era la única alternativa viable en el camino de la reconstrucción del lazo social y la morigeración de los índices de indigencia y pobreza.

Ese largo proceso de consolidación que evitó el naufragio como Nación, y la potencial desintegración social, hizo posible que el recetario noventista de los personeros políticos del establishment quedara fuera de juego y debiera, para retomar la iniciativa, intentar refugiarse en las demandas desmedidas de los propietarios agrarios, en el otoño del año 2008, en el conflicto de los llamados aranceles móviles de exportación. A pesar de la fuerte turbulencia de la crisis política derivada de la puja arancelaria, la gran virtud de dicha confrontación permitió poner blanco sobre negro en la profunda asimetría existente entre la hegemonía comunicacional del histórico bloque dominante, y el gobierno elegido con casi el 50% del electorado. La necesidad de remplazar la antigua Ley de Radiodifusión de la dictadura, por una ley de la democracia que transformara la distorsión construida por más de 30 años por las corporaciones de la comunicación, se convirtió más que nunca en una necesidad de la profundización democrática. Las corporaciones de medios, al amparo de la excluyente disposición dictatorial,( con la impresionante ayuda del menemismo de mierda que permitioo la nefasta creación de los multimedios hegemónicos ) fueron capaces de consolidar y desarrollar una posición dominante en el mercado mediático, que incidió de forma notoria en la construcción de la opinión pública. El grado de concentración, tanto de emisoras como de periódicos y radiodifusoras ligados a los intereses y el discurso de los grupos económicos guardianes del statu quo vigente desde hace décadas, es un hecho innegable que hoy ha dejado de ser naturalizado por el conjunto de la sociedad. Ante estos cambios aún en curso, la incidencia del establishment en la construcción de la realidad a través de la red mediática ha sufrido un duro golpe. La otra mirada del acontecer político, económico y social de la Argentina, rompe el cerco informativo y la idea impuesta del “todo negativo”, tan bien desarrollada en la crisis de la 125, y los meses subsiguientes, se ha modificado con acontecimientos impensados por el establishment y el histórico bloque de dominación. Los festejos del Bicentenario que mostraron a la multitud invisibilizada por la manipulación informativa, la batería de medidas de corte distributivo como la Asignación Universal, la reestatización de los fondos de pensiones, la institucionalización de la actualización de jubilaciones dos veces al año, y la incapacidad del conglomerado opositor para proponer un proyecto alternativo creíble y posible fueron las variables más destacadas del fortalecimiento del proyecto gubernamental y su incidencia en el ciudadano de a pie.

El velatorio del ex presidente Néstor Kirchner y la respuesta popular mostró el grado de identificación de la mayoría silenciosa de la sociedad, que se volcó a las calles a despedir al principal mentor del proceso de crecimiento e inclusión iniciado en mayo del 2003 y, a la vez, a dar su apoyo incondicional a la presidenta de los argentinos. De ahí en más, un nuevo actor incursionó en la escena nacional: la juventud nacida en las tres largas décadas de democracia, que en gran parte rompieron con la indiferencia y el lugar de consumidores pasivos determinado por los dispositivos de dominación del capitalismo contemporáneo. Una nueva anomalía emerge en el acontecer subjetivo de la multitud, en un lugar del subcontinente americano, que rompe con el decálogo de pasividad impuesto por la sociedad del espectáculo, donde el acontecer político se observa en el lugar de la impotencia del teleespectador funcional a la globalización de las coorporaciones. La preocupación del establishment es comprensible: un nuevo paradigma que haga posible un país para todos sin exclusiones atenta contra sus privilegios centenarios. Hoy está en marcha con las contradicciones propias de una transición en curso, un proceso impensado por los dueños del poder. Amerita para su concreción de la comprensión de los actores históricos, sin mezquindades, que se sumen a la impronta de los nuevos tiempos de democratización de todas las instituciones de la República, para no abortar ese largo camino de emancipación que permita, de una vez por todas, honrar como sociedad a los miles de compañeros que supieron dar la vida hace más de 30 años por una Argentina distinta.

Fuente :Tiempo Argentino

No hay comentarios:

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Politica Obrera