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domingo, 15 de mayo de 2011

El discurso

Por Horacio González


La honda reflexión de la presidenta anima a tomar su tono estremecido como una invitación a pensar esta coyuntura esperanzada y única. Es preciso extraer de la experiencia pasada un tipo de acuerdismo social en términos de empleo y de salarios.

Un discurso público varía si queda tomado por la emoción o se rige por las suaves reglas del orador en su argumentación reposada. Para muchos, un discurso agrega poco a las decisiones previas que se van madurando entre conciliábulos, pactos, acuerdos. Las fuerzas efectivas de la realidad social, creen, no pueden ser influenciadas por el campo magnético de la oralidad pública, por más que se exprese por dúctiles liderazgos. No es así. El discurso de José C. Paz de la presidenta, estuvo tomado por la emotividad propia de un sereno dramatismo, se situó en el momento presente como un utensilio con gran poder tensional y mostró que siempre hay –y con mayor razón en las coyunturas de notable espesura histórica–, una suerte de “gobierno de la discursividad” que en momentos especiales se derrama sobre la expectativa social reclamando interpretaciones y compromisos.

La presidenta ha tomado de lleno un debate que se alarga sordamente por la historia nacional desde hace más de medio siglo. ¿Qué sostiene las grandes transformaciones, que les permite cimentarse, o como se dice, institucionalizarse, sin perder a la vez su condición movilizante? Se trata de indagar en las características constantemente mentadas de un Pacto Social o de un Frente de Transformación. En principio, jugando elementos de fuerte conmoción, como los que ocurren cuando un líder político reflexiona sobre su lugar en una historia, es decir, sobre su destino –siempre frágil, pero se hace fuerte al reconocerlo–, la presidenta pasó revista a los dilemas de un Pacto Social. Es evidente que ya está asentado el principio de que cualquiera sea su forma, son los trabajadores los que deben ser sus primigenios protagonistas, y factor último de decisión cuando aparecen formas de equilibrio abstracto. En otro discurso, la presidenta ha afirmado que no son indicadas las “uniones abstractas”. Su contenido es el de la justicia social, la autonomía de los sujetos, la democracia en todas las esferas sociales y la concepción de los trabajadores como “sujeto de la historia".

En 1973, ese Pacto Social recibió las embestidas y condicionamientos de su planteo un tanto ligero, por lo que se debía forzar los acatamientos en medio de una sociedad movilizada e intranquila, con instituciones insurreccionales por momentos superiores a las institucionales consensuales. Sonaba a imposición. Al mismo tiempo, tan antigua como la tradición del Pacto Social (que no apela ni a la “voluntad general” ni debe ser “corporativo”) es la tradición frentista. No hay nadie que no sepa de qué se trata. El kirchnerismo la viene anunciando desde sus orígenes, dando distintas menciones de sus protagonistas. Trabajadores, empresarios, clase media. Así se ha dicho. Pero otras veces se mencionó a intelectuales, pequeños empresarios, empresarios nacionales, refinando los conceptos y la búsqueda. ( Pero la pregunta es si un pacto social seria positovo en nuestro pais o dificultaria mejorar la distribucion del ingreso , como la mierda del pacto de la Moncloa quepostula la derecha cipaya argentina para estatificar la puja distributiva e impedir la el avance de los mas postergados en la distribuciòn de la riqueza nacional , ha resultado ser algo nefasto en tambén España con indices de desocupacion siempre en niveles record de dos dìgitos . Por obviamente sin conflicto no hay avance social y eso es lo basico en la historia la necesidad del conflicto ebtre el trabajo y el capital para lograr el avance de la clase trabajadora ) Desde luego, esto supone indagar de una manera más atenta en las formas de representación social en el país, y al escucharse la palabra “corporaciones” en el discurso de la presidenta, ya se esboza una nota especial de análisis y autoexamen, que se refiere de lleno a la calidad de las representaciones sindicales, empresariales y sociales en general. Superar la visión del Estado como constructor de “privilegios sectoriales” es un paso adelantado para seguir confiándole más tareas de creación de una economía democrática distributiva.

La historia nunca se detiene y esa es su condición específica: la fugacidad situada, lúcida. La presidenta ha hecho numerosas menciones de este tema, crucial en cualquier ontología política, pues en verdad nunca es fácilmente resoluble. Ni un llamado a una segura institucionalidad futura conjura las grietas siempre abiertas del presente, ni nunca hay que descartar la referencia a tiempos seguros, necesariamente utópicos, pues estos también son llamados que se hacen desde la figura de la que es la máxima dirigente de un país, que postula su transitoriedad y simultáneamente obtiene la certeza real de que entiende los caprichosos sobresaltos de la historia. En la Argentina, se probaron pactos sociales (fracasados en su momento, más allá de su condición autorregulada, lo que casi siempre fue un utopismo conservador), y los frentes sociales y políticos. El discurso de la presidenta, inclusive porque hizo la ardua observación sobre su figura a modo de una meditación sobre el difícil destino de las vidas dedicadas a dialogar con las pasiones colectivas y las propias, de carácter íntimo, fue un discurso de alta significación crítico-teórica. Se refiere a que los tramos venideros de la política nacional deberán pensar los grandes temarios nacionalesreparto de ganancias, núcleos de gestión de las empresas públicas, modelos abarcativos de partidarias, ciudades con regímenes de convivencia emancipatorias y no reproductores de una estratificación social injusta, nuevas políticas energéticas (agua, minería, suelos, naturaleza en general)–, con nuevos institutos sociales organizativos, movilizadores y discursivos. Porque todo transcurre doblemente: en el plano de las infraestructuras de acción colectiva y de las creencias cuyos tenues simbolismos guían nuestros compromisos y conductas. Así, deben convivir las formas de un pacto social en cuyo interior queden estipuladas, escritas y legisladas las necesidades primigenias de la clase obrera, los sectores asalariados y las nuevas modalidades de trabajo inmaterial, con las formas de un Frente social y político que dé cuenta de la emergencia de nuevos sectores culturales y profesionales, nuevos asociacionismos, nuevas actitudes frente a tecnologías de vasto impacto real, y nuevas éticas interpersonales.

Mi conclusión es que ir a un pacto con el poder económico solo es beneficioso si la correlación de fuerzas hace que este sector vaya a la mesa de negociacición en inferoridad de condiciones que la clae trabajadora , de lo contrario siempre debe forzasrse esa sitiación antes de sentarse a negociar y tomando todas las acciones que sean necearias incluyendo las acciones directas , cortes, bloqueos, paros, protestas, marchas, y lo que resulte útil antes de negociar, que tanto puedan molestar a terceros afectados pero que yo reivindico totalmente. (por ejemplo cuando los subtes paran defendiendo sus derechos aunque yo me vea perhudicado para viajar porque si los trabajadores del subtre logran un triunfo de la clase trrabajadora es un triunfo de todos los trabajadores y no solo de los que estan en conflicto en un momento determinado. )

La honda reflexión de la presidenta frente a la fragilidad de la vida y de la historia (reflexión sin la cual nunca seremos vigorosos en lo real de las cosas), anima a tomar su tono estremecido como una invitación a pensar con templada valentía esta coyuntura esperanzada y única. Es preciso extraer de la experiencia pasada del país un tipo de acuerdismo social en términos de empleo y salarios que tengan el sustento de un sentido de la historia que no hace falta explicar a nadie: la capacidad de trabajadores y pueblo para ser recipiendarios eminentes del sentido de las reformas sociales. Y junto a eso, un frentismo social que en diálogo con lo anterior, contribuya a quitarle sus aspectos corporativos.

Creemos que la emotividad de la presidenta –que brota de una conciencia imaginativa en el seno de la tempestad–, está relacionada con las hondonadas que hay que atravesar en la sociedad argentina para que imperen las instituciones de la justicia y libertad profunda. Estas instituciones no fijan la historia sino que surgen de su carácter conmocionante. De ahí el discurso de José C. Paz. En su entretela recóndita habitan los problemas irresueltos, vive la necesidad de elevar la condición de vida de miles y miles, la ansiedad por emancipar el trabajo y recrear el medio ambiente, el reclamo ineluctable de justicia ante el asesinato de Mariano Ferreyra, la utopía realista de una ciencia y técnica de raíces humanísticas y de rigurosa investigación de la relación sociedad-naturaleza. En la voz desgarrada de la presidenta está su intimidad, la nuestra y la del país, cuya suma exige las necesarias acciones públicas de creación y resarcimiento.


Creo que claramente podemos demostrar que muchas veces lo unico que destraba un conflicto que parece no importarle a los que tienen que dar solución al mismo es con la acción que le jode las bolas a la clas emierda con la que habitualmente convivimos y fue cortando la 9 de julio porque antes los QOM estuvieron acampando durante 5 meses pero el gobierno incríblemente e impresentablemente no les daba bola . Y vemos que como el que no llora no mama , los que acampan desde hace años en plaza de mayo han profundizado la protesta para que alguien se ponga a negociar de una vez como se soluciona el tema . Entonces yo no criticaria a Pablo Moyano tan alegramente sin conocer bien porque debia llevar el conflicto hasta bloquear con los camiones . Todo conflicto cuando se va escalando implica que todas las medidas a tomar tambien vayan escalando y eso es lo natural .

Para pero lo escucho a Orlando Barone en 678 diciendo que como los derechos ya estaban ahora venian los deberes , un discurso reaccionario y conservador típico de clase emierda

Yo no digo que Cristina dijera eso digo de las interpretaciones que se hacen de las palabras de Cristina aún desde lo ques e supone e sparte del campo nacional y popular . La realidad es que estamos lejos de lograr todos los derechos .

Fuente : Tiempo Argentino

2 comentarios:

gem dijo...

El Secretario de UPSA y sus compañeros jamás estuvieron para apoyar a los empleados de aerolineas ni austral, ellos fueron los rompehuelgas cuando se trataba de Pescarmona o Matas, ahora que es del estado quieren reorganizar la grilla, vendepatrias ! Cipallos!! no tienen derecho, son reaccionarios utilizados por la extrema derecha, así tambien los que solo aspiran a un cargo en el Gobierno y presionan, no se dan cuenta que no estan a la altura de la Presi para llegar, que se den por conformes con lo que tienen no sirven pa otra cosa pssssss

Javier dijo...

Y como se cambiua esa realidad Gem ? Yo entiendo las palabras de Cristina pero si vos no das lugar a que se termine con el unicato y les das personeria a otros gremios en igualdad d econdiciones como eliminas a los buricratas traidores que aun estan dentro de la CGT ?

Yo con las palabras de cristina lo primero que siento es que debo defender a Moyano a muerte sabiendo que el y Piumato con los mejor que hay dentro de la CGT actual

Un abrazo

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Politica Obrera