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miércoles, 20 de julio de 2011

Por qué debe ser legalizado el aborto

Salud reproductiva



Se hace imprescindible la legalización del aborto para impedir 100 muertes de mujeres al año que son evitables, como todas las vinculadas a la mortalidad de mujeres gestantes.


La necesidad de legalizar el aborto cae de madura si observamos el tema desde el ámbito de la salud, de la justicia social y de los Derechos Humanos. El debate, en cambio, se vuelve menos claro si se da en el terreno de las creencias.

Cerca de 100 mujeres mueren en la Argentina cada año debido a las infecciones y hemorragias que les generan los abortos realizados en condiciones clandestinas. Al estar prohibido el aborto en la Argentina salvo en casos excepcionales (violación, riesgo de salud de las mujeres y abusos sexuales de mujeres con discapacidad mental), quienes no pueden pagar los –aproximadamente- 800 dólares que cuesta la interrupción del embarazo en un espacio seguro (aunque también clandestino), acuden a lugares donde las intervienen con métodos extremadamente precarios como agujas de tejer o similares y en los que no se les hace un seguimiento posterior para evitar los problemas que podrían presentárseles.

Estas 100 muertes quedan registradas dentro de los índices de mortalidad de mujeres gestantes (conocida como mortalidad materna) que cada año elabora el Ministerio de Salud de la Nación. Es muy probable que las muertes reales por esta causa sean aun más, ya que muchas mujeres no delatan que se hicieron abortos clandestinos cuando llegan a los hospitales para que les atiendan las hemorragias o las infecciones, y muchas otras mueren en sus casas sin llegar a las instituciones de salud, con lo cual las muertes quedan registradas de otra manera. Según un estudio realizado en el año 2010 por la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Buenos Aires en el ámbito de la CABA, el subregistro de muerte de mujeres gestantes en este distrito es del 200%.

Pero aun sin contar este subregistro, la causal del aborto encabeza los índices de mortalidad de mujeres gestantes en la Argentina desde hace 20 años y el índice general de mortalidad materna es de los más altos del continente, sólo comparable a Jamaica y Trinidad y Tobago y muy lejos de países con índices similares de desarrollo humano como Chile o Uruguay.
Por todas estas razones es que, desde el punto de vista de la salud, se hace imprescindible la legalización del aborto: para impedir estas 100 muertes de mujeres al año que, según señala la Organización Mundial de la Salud, son muertes evitables, como todas las vinculadas a la mortalidad de mujeres gestantes.
La segunda razón que amerita la legalización es la necesidad de medir con la vara de la justicia social a las mujeres, ya que las principales víctimas de estas muertes –tanto por abortos como por otras razones– son las mujeres de sectores populares y en las regiones más empobrecidas del país: Formosa, Jujuy y Chaco tienen índices de mortalidad de mujeres gestantes 10 veces más altos que los de las mujeres que habitan la Ciudad de Buenos Aires. Con la Asignación Universal por Embarazo, el gobierno nacional intentará disminuir los índices de mortalidad materna vinculados a los problemas que se presentan durante el embarazo y el parto en las mujeres que quieren tener hijos. La legalización del aborto operaría en la misma línea, pero ocupándose de aquellas mujeres y parejas que deciden interrumpir un embarazo. Muchas de estas mujeres ya son madres de otros hijos e hijas y optan por un aborto ante las dificultades de seguir agrandando una familia y frente a la falla de algún método anticonceptivo o a la inexistencia del mismo por falta de educación sexual.
El derecho a la interrupción del embarazo fue garantizado por la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo de El Cairo, en 1994, y aprobado por la mayoría de los países, incluida la Argentina. Si bien el texto de la Conferencia no es explícito en relación al tema, señala que “la salud reproductiva entraña la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos y de procrear, y la libertad para decidir hacerlo o no, cuándo y con qué frecuencia”. Se trató de una definición lo suficientemente amplia como para que recibiera también el apoyo de la alianza conservadora entre países católicos y musulmanes que se estableció durante el evento. Y se trata de un derecho que debe ser respetado fronteras adentro de la Argentina en la medida en que los tratados internacionales tienen, desde la reforma constitucional de 1994, el mismo valor que la Constitución Nacional.
La libertad de procrear, y de decidir cuándo hacerlo y con qué frecuencia, debe incluir, para efectivizarse como derecho pleno, el acceso a la educación sexual –que permita elegir tiempos, formas y métodos–, a la anticoncepción –que garantice a mujeres y parejas disfrutar de la sexualidad sin el riesgo del embarazo cuando así lo desean– y al aborto seguro, cuando los métodos anticonceptivos fallaron y el objetivo es evitar la muerte de las mujeres.

Estos argumentos decantan inevitablemente en la necesidad de legalizar el aborto para evitar que sigan muriendo mujeres innecesariamente. Los sectores conservadores, en cambio, proponen la discusión sobre este tema en el ámbito de las creencias, apelando al compromiso de las y los fieles con un ideario católico restrictivo en cuanto a la interrupción del embarazo que no es fundacional en el catolicismo. De esta forma, la Iglesia católica oscurece el debate –en lugar de iluminarlo con argumentos racionales de libre acceso para todas las personas– y a la vez propone una doble moral a la feligresía en la medida en que se saltea algunos elementos centrales en el análisis: las mujeres siempre abortaron en todos los países, más allá de que el aborto estuviera legalizado o no; muchas de estas mujeres fueron y siguen siendo católicas; y una buena parte interrumpe el embarazo con acuerdo de sus parejas masculinas.

Y se legalice o no el aborto el número actual de abortos se mantendrá inalterable , teniendo en cuenta que hay en Argentina según estimaciones 500000 abortos por año , la diferencia que hay es que las mujeres que pueden pagarlos en la red de clínicas que se dedican a realizarlos lo hacen en condiciones médicas adecuadas mientras las mujeres pobres que no pueden pagar esa tarifas lo hacen en condiciones inaceptables y muchas se mueren . Solo las mujeres que abortan en esas condiciones que luego llegan a atenderese a centros médicos con hemorragias e infecciones posteriores son las que se contabilizan en las estadísticas de muertes .

Esto pasa hoy mas allá de los debatan y digan quienes se oponen a la legalización
Enlace
Fuente :Tiempo Argentino

5 comentarios:

Daniel dijo...

Sabes la lucha que nos espera con los medievales. Los afiches de fetos ensangrentados que van a poner en las calles. El mismo medioevo que estuvo firme al lado de los milicos del Proceso, claro.

roberto dijo...

Lo triste del caso, es que los que estan en contra son aborteros, desde los que se razgan las vestiduras hasta los curas que gritan desde sus
sermones para esconder sus bajezas.
Que vida defienden si se esconden de
los que se mueren de hambre detrás de falsas campañas.

Javier dijo...

Es terrible el negocio que hay detras de la red ilegal de abortos que funciona hoya todo trapo , con muchas clinicas y medicois que lucran con este servicio y obtienen cuantiosoas ganancias solo para gente como uno vio ?

Daniel y roberto , habra que dar toda esa lucha , cuando estaba eel matrimonio igualitario parecia tan dificil y salio asi que habra que plear poara cambiar el status quo

media veronica dijo...

http://abortoconpastillas.info

aborto legal y popular =)

Lucía dijo...

Además de todo lo que expresan, el lucro, los negociados, intereses particulares, etc., la hipocresía nos está tapando!!!
Un abrazo.

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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