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domingo, 27 de noviembre de 2011

Indiglandia: La tierra donde los indignados logran triunfar

UNA SALIDA DEMOCRÁTICA Y PROPIA EN EL VIEJO CONTINENTE

Por Federico Bernal

Olafur Ragnar Grimsson, presidente de Islandia electo luego de los levantamientos populares, dijo: 'Atravesamos una encrucijada. En un camino están los intereses del capitalismo internacional. En el otro, los derechos del pueblo'.

Islandia es una nación europea de 103 mil kilómetros cuadrados de superficie (similar a la provincia de Catamarca), ubicada a medio camino entre Groenlandia y Gran Bretaña. La pesca es el principal producto de exportación aunque su economía se encuentra en pleno proceso de modernización industrial con eje en el software y la biotecnología. El PBI islandés ronda los 11.800 millones de dólares anuales y cuenta con una población aproximada de 318 mil habitantes.

Al igual que en otros países nórdicos, el Estado de Bienestar constituye para los islandeses un proyecto de vida irrenunciable, enraizado en su historia, tradición y cultura. Algunos de los pilares del sistema benefactor en Islandia: educación gratuita, cobertura de salud pública, universal y también gratuita (no existen hospitales privados), sumadas a uno de los más eficientes sistemas de jubilación y pensión de toda Europa (el islandés es mayoritariamente estatal). No obstante y de la misma manera que en la totalidad del Viejo Mundo, dicho sistema fue puesto en jaque por el terrorismo banquero multinacional. La crisis económica desembarcó en 2008 y amenazó con poner de rodillas a sus clases medias y trabajadoras. Pero a diferencia de lo acontecido en Grecia, Portugal, Irlanda, España, Gran Bretaña y ahora Italia, el movimiento de indignados islandés logró doblegar la contrarrevolución financiera y especuladora. Al menos por ahora…

LA GRAN TIMBA Y LA DEPENDENCIA BANQUERA FORÁNEA.

120 mil millones de dólares fue el monto total que los principales bancos islandeses –filiales de los bancos germanos, británicos y holandeses– pusieron a jugar en el país cual si se tratara de una gran ruleta. La burbuja creció y creció hasta llegar a ser diez veces la economía real islandesa.
A fines de 2009, la deuda de los tres grandes bancos domésticos, el Glitnir, Landsbanki y Kaupthing multiplicaba por seis el PBI nacional.
En realidad, el proceso de privatización y extranjerización de la banca islandesa databa de la apertura neoliberal de comienzos de siglo. Como consecuencia de ello, muchos de los bancos locales pasaron a depender de las bolsas de Londres y Amsterdam, bolsas que junto a sus entidades financieras locales prestaron indiscriminadamente la friolera de 3500 millones de dólares a ciudadanos (ahorristas) británicos y holandeses. ¿De dónde procedía ese dinero? De la burbuja especulativa islandesa.

19 y 20 DE DICIEMBRE A LA ISLANDESA.

A fines de 2008, el FMI aterrizaba en Reikiavik. Si bien la banca fue nacionalizada, siguió en manos privadas. Se aumentó la tasa de interés en un 18%, se activaron fuertes políticas de austeridad fiscal y ajuste social (según la Central de Trabajadores de Islandia, 25 mil empleos se perdieron desde el comienzo de la crisis). En paralelo a una drástica devaluación de su moneda (85%) y a una inflación cercana al 20% anual, se planificó una suerte de persecución a los ciudadanos "deudores" con procedimientos que rayaron lo delictual.

Era el costo de la crisis trasladado a las familias islandesas. ¿Pero cómo fue que sucedió el endeudamiento popular? Durante la bonanza neoliberal entre 2000 y 2008, los bancos islandeses otorgaron masivamente créditos en moneda extranjera atada a esas mismas divisas, e indexados a la inflación. De esta suerte, la deuda se recapitalizó a favor de las instituciones financieras: cerca del 70% de la población isleña se encuentren absolutamente imposibilitado de cancelar sus deudas.

Pero el tradicional "salvataje" del FMI siquiera apuntaba a ayudar a los ahorristas locales. Todo lo contrario: se trataba de una legislación que devolvería a los ahorristas británicos y holandeses la totalidad de los 3500 millones de dólares inhibidos en una suerte de corralón. ¿Cómo? El pueblo de Islandia debería pagar una cuota mensual de 130 dólares durante 15 años al 5,5% de interés. El enfrentamiento entre indignados por un lado y banqueros y gobierno títere del FMI por el otro no se hizo esperar. En enero de 2009, la explosión popular desembocó en la renuncia del gobierno ajustador.

Una semana más tarde, una nueva administración se hacía del poder. Entre sus primeras medidas estuvo la remoción del presidente del Banco Central islandés, Davíð Oddsson, operador de la gran banca internacional y responsable de la crisis financiera y monetaria del país. Al igual que en otra parte del mundo, Oddsson se negó a dejar el cargo, pero el flamante gobierno terminó por imponer su justa autoridad.

LA GRAN ENCRUCIJADA ISLANDESA.

En plena crisis internacional, la nueva administración nacía atada de pies y manos. La legislación que hipotecaba el presente y futuro del pueblo islandés debía ser puesta en marcha. Fue entonces cuando una nueva y masiva oleada de protestas sociales salió a las calles. Los manifestantes exigían a las autoridades que se plebiscitara la decisión de aplicar la nefasta medida. En enero de 2010, el nuevo gobierno comunicó oficialmente que no ratificaría la ley y que convocaría al pueblo a las urnas en un referendo a realizarse en marzo. Resultado: la posición favorable a la seguridad jurídica popular venció con el 93% de los sufragios. Al respecto, las palabras de Olafur Ragnar Grimsson, presidente de Islandia: "Atravesamos una encrucijada. En un camino están los intereses del capitalismo internacional. En el otro, los derechos del pueblo. Esa decisión [la de plebiscitar] llegó a mi escritorio. Yo me volqué por la democracia y la veté." Un año más tarde, llegó una nueva avanzada banquera, aunque con algunos retoques: 3% de interés y pago a 37 años. Grimsson decidió nuevamente llamar a un segundo referendo. Resultado: un 60% rechazó la propuesta.

SOBERANÍA ECONÓMICA Y POLÍTICA EN INDIGLANDIA./p>

Según el gobierno, el rol del FMI está terminado. Para Grimsson, "Islandia se ha recuperado de la crisis. Tener una moneda independiente gracias a un sistema de control de capitales para frenar su salida abrupta, hizo que las empresas de nuestro país se recuperaran notablemente en los últimos dos años". Luego de una caída del PBI de 6,9 puntos en 2009 y 3,5 en 2010, el 2011 cerrará con un 2,5%. Para el año entrante se espera un crecimiento del 3,1%. Mientras tanto, el desempleo cayó del 10% al 6,7% (a julio de 2011) y el tipo de cambio sigue siendo celosamente administrado por el Banco Central islandés.

"El FMI vino en 2008 para asegurar QUE fuéramos moralmente responsables de la propiedad privada. Eso implicaba detener el cumplimiento de otros derechos, los derechos que yo llamo Derechos Humanos. Vamos a pagarles a los banqueros británicos y holandeses pero con los bienes de la empresa bancaria que colapsó, sobre todo del Landsbanki. Los ahorristas recibirán su dinero pero no a costa de los ciudadanos islandeses." Así se expresó recientemente el ministro del Interior, Ogmundur Jónasson, ministro que junto al presidente de la Nación y más del 60% de la población se han plantado con firmeza y coraje al capitalismo financiero y especulador internacional. Del otro lado, la presión sigue siendo colosal. El parlamento islandés sigue sin poder detener el nivel de endeudamiento de la población. Las protestas sociales continúan y no pararán hasta que se abandone la indexación de los préstamos a la inflación.

El movimiento de indignados puso como plazo enero de 2012 para derogar este artículo de la legislación local en materia de préstamos. De lo contrario, elevarán su solicitud a nivel de petición de nuevo referendo nacional. En Indiglandia, los indignados han ganado las primeras batallas. Pero la lucha que evitará que sean condenados a una vida paupérrima, tanto ellos como las generaciones venideras, se encuentra lejos de haber concluido.<

Fuente: Tiempo Argentino

4 comentarios:

Ricardo dijo...

Casualmente la salida islandesa es la que están tratando de evitar los bancos europeos. Y es la que deberían tomar los estados europeos. O lo que quedan de ellos.

Unknown dijo...

Ciertamente la lucha de los islandeses es un ejemplo incómodo para los mandamases de Europa (algo así como el Paraguay de mediados del siglo XIX en América del Sur). Si bien no es un ejemplo que los países europeos puedan copiar al pie de la letra por una cuestión de escala y por estar atados al euro, supone una muestra de que hay otro camino aparte de salvar a los bancos y hundir a los pueblos.

Unknown dijo...

No sea pájaro de mal agüero, Javier, ¿no ve que así perjudica a los inversionistas que hacen grande al sistema de la Libre Empresa?
Y no entiendo como a esos Islandeses no se los llevó puestos el último volcanazo. Me parece que será necesaria una guerra preventiva, si hasta estoy seguro de que están incentinvando el terrorismo cambiario.
Con gente así, nunca saldremos a flote.
Cordialmente,
Yo.

Javier dijo...

La izquierda europea esta realmente preocupada porque no vislumbran salidas hoy. Es mas me parecía increíble ver filósofos soñando con una salida populista por allá pero deberían tomar el ejemplo de Islandia para plantear un cambio y evitar la profundización xenófoba racista y violenta que se vislumbra en el actual escenario neoliberal

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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