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lunes, 27 de febrero de 2012

La lógica del “accidente ferroviario”

El Ejecutivo destinó más de 1500 millones de dólares a subsidiar inversiones ferroviarias. Si la plata hubiera llegado a su destino el ‘accidente’ no se hubiera producido.
El mapa político acaba de sufrir una violenta torsión. Cincuenta y un bajas populares cambiaron la escena. El conflicto de clases no comenzó la semana pasada. Hagamos historia. Durante el primer gobierno de Cristina Fernández, a poco de asumida, la batalla campera azotó la sociedad argentina. Pequeños productores soliviantados por precios agrarios internacionales en alza, sostenidos por grandes terratenientes, cortaron la ruta y el abasto de víveres para los principales centros urbanos. Querían asegurarse que el precio, al menos el fragmento que las empresas acopiadoras estaban dispuestas a pagar, fuera a parar íntegro a sus bolsillos. Un programa de retenciones destinado a financiar el gasto público hería aspiraciones sin techo.
Una pancarta que vimos durante la batalla resultó paradigmática: “El campo y Dios”, la vieja patria del centenario contra los arrabales y el gobierno de la “yegua”. La cloaca bostiferante de los disvalores menemistas se abrió paso, y por primera vez la alicaída oposición, fogoneada por Elisa Carrió, logro fracturar el Frente para la Victoria. El trabajoso armado que Néstor Kirchner había pergeñado, en su enfrentamiento con Eduardo Duhalde, se partió en dos. De un lado de la tronera, Agustín Rossi intentaba poner coto a la hemorragia parlamentaria; del otro, Felipe Solá remaba (remaba? ) en dirección contraria. Pero si en algún territorio el oficialismo fue arrasado, con todos los números dados vuelta, fue en el Senado de la Nación. El balbuceante voto del Cleto Cobos sintetizó el más que tenso momento político. El representante del Poder Ejecutivo en la Cámara Alta, no sólo no respetó el programa que lo llevó a agitar la campanilla, además no renunció al cargo. Y los gobernadores de las provincias afectadas, más allá de la camiseta partidaria, respaldaron a la Mesa de Enlace.
El gobierno nacional atravesó su peor momento. Estaba solo, el bloque de clases dominantes le había soltado la mano. Las elecciones de 2009 espejaron esa derrota; y la oposición sobredemostró el rango de sus capacidades. Entonces el gobierno estaba a la izquierda de una sociedad menemizada

Obligada a luchar para restablecer los vínculos quebrados, con instrumentos que satisficieron necesidades populares básicas, la presidenta retuvo la iniciativa política. La sociedad argentina entendió, por eso la reelección presidencial arrojó en 2011 un número contundente. Un problema persistía y persiste: el programa de monocultivo sojero, con sus brutales consecuencias sobre la diversidad biológica, sigue siendo la palanca que garantiza el superávit de la balanza comercial.

Hoy la situación política viró. Aires huracanados recorren la escena pública. Evitar los exabruptos del justificado llanto, pensar. Cincuenta y un bajas fatales y 700 heridos, ese es el problema; en una sociedad políticamente alertada, hegemonizada por el dolor popular, la masacre de Once no constituye un “accidente ferroviario”.
Entonces: ¿Qué es?
Una inaceptable rémora del pasado. Del menemismo pasado, y de la complicidad funcional del gobierno de Fernando de la Rúa. Condiciones de transporte que no condicen con un país que creció a tasas chinas durante casi una década. Un infierno diario que en 2003 no podía evitarse y que después no debía permitirse. Basta comparar el ramal “siniestrado” con el que pasa por Olivos y San Isidro. Ahí se entiende. No sólo se viaja de otra manera, con el parque ferroviario en otras condiciones, sin constantes “errores humanos”, también los “consumidores” son otros. El viejo cuento de las clases sociales se evidencia. Los que viajan habitualmente en sus grandes automóviles, cuando no lo hacen, tienen otro mix de posibilidades. La respuesta al problema del transporte público es en cierto sentido obvia, si existe voluntad política.
El gobierno nacional puede pensar, y no faltan los funcionarios que así lo enfocan, que en un país desvastado, donde todo debía y todavía debe rehacerse, no se pueden tener exigencias suizas. Ni tanto ni tan poco. El Ejecutivo destinó más de 1500 millones de dólares a subsidiar inversiones ferroviarias. Si la plata hubiera llegado a su destino el “accidente” no se hubiera producido. De modo que contablemente, la posibilidad existió. Los mecanismos de control fueron desoídos, la Auditoría General de la Nación avisó con años de antelación. No sirvió de nada.
El asesinato aleve del joven militante del Partido Obrero es la contracara de este “estrago culposo”. Mariano Ferreyra muere en el intento de cambiar un orden basado en el desguase del ferrocarril, la privatización del servicio en condiciones inenarrables, la complicidad estructural de la dirección sindical encabezada por José Pedraza, y la vista gorda de las autoridades de control. Funcionarios corruptos, sindicalistas corruptos, empresarios corruptores, se aprovechan de consumidores que para expresar su impotencia política no tienen más recursos que la acción directa. Las veces en que las boleterías fueron asaltadas, los vagones quemados, y las estaciones arrolladas son los antecedentes de esta “tragedia”.

Una teoría poco adecuada.

En 2003, el gobierno se situó a la izquierda de la sociedad.
Una Corte de Justicia en serio, junto con el restablecimiento de la punición legal para los crímenes de lesa humanidad, reconstruyeron el Estado de Derecho. La política empezó a recuperar su aptitud transformadora. Los muy jóvenes, de a poco, se fueron sumando. Desde que la megaminería fue ubicada en una agenda pública, que no es la gubernamental, desde que la observación popular focalizó los métodos de las mineras, desde la aplicación de la Ley Antiterrorista para militantes ambientales, desde que se desoyó la ley que protegía los derechos de una violada de once años –ante la indignación unánime de las fuerzas progresistas– las cosas cambiaron: la sociedad está a la izquierda del gobierno.
Las exigencias son otras y las respuestas deberán acompañarlas, o el caudal político del gobierno pagará las consecuencias. Una cosa es la imagen positiva del Ejecutivo y otra su aptitud para conservar la iniciativa política. La “teoría del accidente” para explicar la masacre de Once contiene un grave error de cálculo, la sociedad argentina, las víctimas obreras, no la toleran. Es un insulto a su inteligencia. No importa cómo es este hecho puntual, no interesa si el motorman de 28 años hizo o no hizo todo lo que humanamente se podía hacer para evitar la catástrofe. Las condiciones que la posibilitaron tienen otro rango, y sobre todo, la percepción colectiva pone en foco la política de transporte público. Sin cambiar drásticamente esa política, que ya atrasa demasiado, el gobierno no remontará la crisis.
El tiempo no juega a su favor. Si algo caracterizó la respuesta oficial frente a la muerte de Ferreyra fue la celeridad que evidenció la voluntad política de que los culpables paguen. En este caso operan las mismas reglas. O la bandera de un transporte público que no asesine trabajadores se enarbola en la Casa Rosada, y se actúa en consecuencia haciendo tronar el escarmiento, o un nuevo actor colectivo que hasta ayer votaba K se verá obligado a buscar otro camino.

No es por cierto la oposición la que debe preocupar al gobierno. De ella no surge absolutamente nada. Repite más de lo mismo todo el tiempo. Reducir la política nacional a las posibilidades de esa oposición es minimizar el problema; para capturar las corrientes subterráneas de esta historia es preciso no despreciar a los humildes. En el ADN del gobierno late esa posibilidad, no está escrito en las estrellas cuál será en definitiva el rumbo. Mientras tanto, la sociedad vela la respuesta.

Fuente: Tiempo Argentino

Igualmente firmo al pie si tengo que opinar sobre lo que se veia con Abal Medina ayer en 678 , evidentemente Cristina debe estar muy por encima de este tipo de funcionarios si quiere conservar el apoyo mayoritario , aun cuando por ello deba terminar sociedades con sectores políticos y gremiales retardatarios (lease los cómplices de Pedraza en el asesinato de Mariano Ferreyra y de no denunciar a los Cirigliano) y grupos economicos heredados de la argentina neoliberal . Los trabajadores ferroviarios de la lista opositora de hecho hace años que vienen denunciando lo que pasa con los Cirigliano , Me parece que si se quiere realmente dejar de hacer la plancha y profundizar es hora de terminar con esa suciedad de negocios .

10 comentarios:

Anónimo dijo...

GRACIAS POR EL ARTIULO, LA LUCIDEZ DE HOROWITZ PLASMA LO QUE MUCHOS PENSAMOS

Moscón dijo...

Totalmente de acuerdo.

Maloperobueno dijo...

"El tiempo no juega a su favor. Si algo caracterizó la respuesta oficial frente a la muerte de Ferreyra fue la celeridad que evidenció la voluntad política de que los culpables paguen. En este caso operan las mismas reglas. O la bandera de un transporte público que no asesine trabajadores se enarbola en la Casa Rosada, y se actúa en consecuencia haciendo tronar el escarmiento, o un nuevo actor colectivo que hasta ayer votaba K se verá obligado a buscar otro camino. "

Mientras la patota de la UF asesinaba a Ferreyra,Schiavi daba una conferencia con Pedrazza en la Union Ferroviaria.
Una semana antes, Cristina señalaba a Pedrazza tambien en la UF, como el "sindicalismo que necesita el pais".
Apenas muerto Ferreira, iniciada la causa judicial, existen llamadas entre Pedrazza y Tomada, tratandose de "amigos" y Tomada diciendole" JOse, ud no se preocupe".

No se puede mentir tanto, escribir semejante articulo acusando al chancho y no a quien lo alimenta.
Nos toman el pelos a todos

Maloperobueno dijo...

Acabo de escuchar a Cristina , no dijo absolutamente nada.

No se si esperaban algo,pero yo me compro una sillita y me llevo la vianda.

Moscón dijo...

MPB:escuchaste poco.

Javier dijo...

Confieso que quiero escuchar nuevamente a Cristina pero mi impresión mas allá de sus grandes dotes de oradora es que estructuralmente haya ratificado que no va a tomar decisiones políticas sin las pericias judiciales . Le puso plazo de 15 días para hacerlo.
Lo mejor es que dijo que Argentina necesita reconstruir su red ferroviaria . En la barbarie decía MC que esto se solucionaba con plata y decisión politica . Lo que escuche es que plata no hay para hacer mas y la decisión politica en 15 días . Espero que Schiavi se vaya mañana mismo , para ese lastre el tiempo que se quede es negativo para el gobierno

Un abrazo y gracias por sus mensajes

Javier dijo...

Hasta pensé cuando dijo que por pagar los boden no se podía hacer que la SOF se de encargue de los trenes , que si faltan mas recursos no habría que ver de eliminar exenciones impositivas o aumentar algún impuesto

Maloperobueno dijo...

Los dotes de orador no tienen nada que ver con las decisiones politicas que tome.
Las decisiones estan tomadas, Bonadio el juez de la servilleta, el que absolvio a Corach , Alderete y hasta a los Kirchner en diversas causas es el juez que tiene 15 dias para expedirse, a pedido de la Reina.

Es mas que obvio que la resposabilidad politica es de Cristina, hay mucha guita repartida a nombre de TBA en bolsillo de empresarios y funcionarios.


PD:Hoy viaje en TBA, el Mitre, hora pico, 40 minutos de demora.

Javier dijo...

Lei en facebook que habian rechazada al estado como querellante alguien sabe? Yo creo que hay conflicto de intereses frente a las posibles responsabilidades pensales de la secretaria de transporte en las tragedia

Maloperobueno dijo...

No lei nada de eso y por lo poco que conozco de derecho,el Juez es el que acepta o no la posibilidad que el Estado sea querellante.
Pero en este caso, el Estado debe ser investigado por sus responsabilidad a traves de los organismos de control,como la Secretaria de Transporte, entre otros organismos.

La rapidez con que se decidio presentarse como querellante no es mas que una muestra de despegar y usar esto politicamente y dar una respuesta mediatica , a las respuestas politicas que no dio en 10 años.

Fijate, Cristina le pide a la Justicia que se expida en 15 dias y ella no cambio nada en lo que respecta a los ferrocarriles(y otras empresas) en su gestion, tampoco El.

Saludos

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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