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jueves, 15 de marzo de 2012

Hacia el lanzamiento del Frente Nacional por la Soberanía Energética

El próximo 3 de junio se cumplirán 90 años de la creación de Yacimientos Petrolíferos del Estado; casi un siglo atravesado por el orgullo de los argentinos de contar con una empresa estatal que supo ser emblema de autodeterminación y soberanía nacional hasta que el menemato neoliberal lo entregó por monedas al capital extranjero.

El modelo de la privatización arrasó YPF y otras empresas estatales y, junto con ellas, toda y cualquier posibilidad de que el Estado, otrora inversor, productor y garante, interviniese frente a la voracidad de los mercados en todos los rubros de la economía que hacen a la salvaguarda del interés público y el bien común.

El modelo neoliberal, que importaba valor agregado y vendía materia prima, se instaló destruyendo fuentes de trabajo y redujo los conceptos de democracia y ciudadanía a palabras huecas. Por eso la resistencia tuvo expresión en casi todos los ámbitos donde esa política amenazaba con arrasar cualquier vestigio de dignidad. Y por eso también las históricas puebladas en las localidades de Gral. Mosconi, Tartagal, Cutral-Có y tantas otras, donde la extranjerización de la propiedad sobre el recurso energético abría caminos para la desocupación, la marginación y la miseria en escalas nunca antes vistas.

Mientras la Argentina fue un país en estado de recesión y ajuste permanente, con industrias paradas y millones de desocupados, el desguace energético del país hubiera pasado inadvertido si no fuera por las voces de alerta y la tenacidad resistente de organizaciones y movimientos populares.

Hoy, tras un sostenido ciclo de crecimiento económico, ese viejo modelo entró en crisis. Es la hora de discutir una salida a través de un debate público para superar el cuello de botella energético y devolverles a los argentinos un resorte estratégico para el desarrollo de un modelo productivo con base en la industrialización que no solamente remonte las lacras persistentes del neoliberalismo sino que, también, avance en términos de inclusión social, igualdad y soberanía.

Es que la dependencia energética ya se ha tornado antagónica con los logros y cambios operados en el país desde 2003 en adelante porque, lejos de asegurar su curso ascendente, conspira a diario para impedir que éste se concrete. No podrá haber igualdad, ni más distribución equitativa de las riquezas, ni posibilidad de concretar planes estratégicos, si la disponibilidad de energía continúa bajo el arbitrio del bloque de poder en el que se asocian, con diversos intereses, grandes capitales locales y extranjeros.

Tampoco se intensificará la integración con el resto de Suramérica y el Caribe si la cuestión energética y el libre acceso a los recursos naturales no se concreta mediante la asociación de los Estados y los gobiernos de la región. Y esto es tanto o más urgente por el telón de fondo que significa la crisis global de la valorización financiera del capital, expresada ahora con toda crudeza en los países centrales.

Hay una carrera contrarreloj para evitar que esa crisis arrastre a las economías y a las democracias nacionales y populares y las convierta en una suerte de plan B para la voracidad de los organismos financieros mundiales. De modo que la necesidad de instalar el debate público sobre la soberanía energética se ha acelerado.

En Argentina, la pelea por la nacionalización de YPF tiene ya una larga historia, pero las condiciones actuales de nuestro país no nos pueden atar a una formula estática. Es preciso analizar y debatir los distintos caminos posibles que lleven a la soberanía energética con el objetivo de recuperar en plenitud el manejo de los hidrocarburos y otros recursos naturales con el debido respaldo de normas constitucionales y, por lo mismo, avanzar en el diseño e implementación de un mapa productivo por regiones que posibilite el desarrollo de manufacturas, industria, empleos dignos y absoluto control de los posibles impactos ambientales.

Para esta perspectiva, el papel del Estado no es tan sólo estratégico: se trata de una responsabilidad indelegable frente a los mercados que adquiere su verdadera significación si la ejecuta en concomitancia con la abrumadora conciencia ciudadana que clama por la inmediata recuperación del patrimonio energético nacional.

Con estas razones, y en base a la experiencia unitaria compartida recientemente en oportunidad de celebrar el 6to. Aniversario de la Derrota del ALCA en Mar del Plata, las organizaciones firmantes constituyen, a partir de la presente Declaración, el Frente Nacional por la Soberanía Energética. Lo hacen todas ellas en un mismo plano de igualdad y con el objetivo de invitar a otras representaciones a sumarse a esta iniciativa, en base a estos principios, para promover, impulsar y elaborar democráticamente una propuesta de acción que, por fin, tendrá que ser refrendada con el concurso activo y protagónico de millares de ciudadanas y ciudadanos, con la determinación de traccionar desde la movilización y participación de los sectores populares el avance que permita recuperar la soberanía energética como política de Estado.-

En los últimos años nuestro país ha dejado de ser exportador de hidrocarburos para pasar a
ser importador
. La producción local ha ido en disminución fruto de la falta de inversión
en exploración de nuevos yacimientos. Los pozos que se explotan hoy en día son los
descubiertos cuando la empresa era del Estado.

El déficit en la balanza energética, producto de la privatización y extranjerización de YPF, representa
hoy una fuerte traba al crecimiento, ya que contribuye a la fuga de divisas a causa tanto de
la importación de combustible como por la posterior remisión de utilidades hacia la casa matriz.

Para poder continuar este proceso de desarrollo es indispensable contar con una matriz
energética adecuada
, que responda a las necesidades productivas y de los usuarios
y no a las políticas de expansión global y maximización de ganancias de una
multinacional de origen español.

La privatización de YPF es un símbolo de la estafa que el pueblo argentino sufrió durante
los años '90. Es vital entonces conocer su historia y comprender su importancia en el marco
de una nueva política energética nacional.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nuevo Encuentro debe explicar como apoya un Modelo basado en el mantenimiento de la privatización neoliberal de YPF y en la importación de combustibles.
Lo demás es verso.
Sabatella acompaña al kirchnerismo, cuyo impulso a la privatización petrolera fue clave para la estabilidad del menemato.
Un política que lleva más de dos décadas.
Son todos neoliberales, lo que pasa es que algunos se encubren con el pañuelo de las Madres.
No es un problema de medidas parciales.
Es la orientación política general capitalista y neoliberal que tienen, más allá de las banderitas y de la demagogia malvinera.

Javier dijo...

Anonimo espero que el gobioerno se decida a cambiar la matriz energetica luego del fracaso evidente del actual esquema privado del manejo de nuestros recursos

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Politica Obrera