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martes, 15 de mayo de 2012

El mundo se nos cae encima , dijo Cristina

Desaceleración Industrial. ¿Quien podrá ayudarnos?

Desaceleración Industrial. ¿Quien podrá ayudarnos?

Por Alejandro Brandel. Los últimos datos de la actividad manufacturera muestran que en marzo la actividad creció tan solo el 2,2 por ciento en comparación al 2011.

En el primer trimestre del 2012, el crecimiento acumulado fue del 2,6 por ciento interanual, lo cual denota una desaceleración comparado con 2011, cuando el crecimiento había sido del 7,1 por ciento.

Los datos, extraídos de un informe de la Unión Industrial Argentina (UIA), muestran movimientos dispares entre sectores industriales, con fuertes subas en minería y caídas pronunciadas en la industria automotriz.

Según indica el informe del Centro de Estudios de la UIA (CEU), la industria automotriz presentó una reducción interanual de 4%, debido a una fuerte caída en las exportaciones a Brasil.

En ese sentido, hace unos días se difundieron cifras sobre el comercio bilateral de la Argentina con el país verde-amarelho. El saldo arroja que la balanza está a favor de Brasil en solamente un millón de dólares, una diferencia despreciable. Sin embargo, implica una baja en el comercio entre ambos países, que se explica por dos motivos.

Por un lado cayeron las importaciones desde el país vecino un 23,2 por ciento, es decir que le vendimos 1.351 millones de dólares menos. Por otro lado, las exportaciones desde Brasil cayeron un 9,7 por ciento y su valor neto es de 1350 millones de dólares. Ambos valores comprados con igual mes del año 2011. Por lo tanto, debido a una doble baja, tanto de lo que vendemos a Brasil como lo que les compramos, la balanza comercial bilateral arrojó un saldo prácticamente neutro.

¿Cómo afecta esta situación a la Argentina?

El objetivo del gobierno en estos últimos meses ha sido compensar la caída en el superávit de la balanza de pagos. Para esto se han impulsado muchas políticas, entre las que se pueden destacar los impedimentos a la compra de dólares, las peticiones a las empresas para la reinversión de utilidades y hasta la estatización de YPF, en cierto punto. Entre todas las medidas, se adoptaron nuevas disposiciones a la importación, que han paralizado algunos productos que iban a ingresar en el país. El objetivo de esta política es no seguir perdiendo dólares en la fuga de capitales, ya que esto genera presiones sobre el tipo de cambio.

Por ende la política hacia mantener una balanza de pagos superavitaria apunta a dos objetivos: por un lado mantener bajas las presiones sobre el tipo de cambio y la acumulación de divisas, y por otro lado, permitir cierta protección a una industria nacional en clara desventaja ante la competencia internacional.

Para contrarrestar esto se generaron políticas hacia las pymes y las industrias nacionales, como la nueva partida de créditos Bicentenario anunciada la semana pasada o las rondas de negociaciones entre pymes y bancos, conducidas por la ministra de Industria, Débora Giorgi, buscando resolver un problema estructural del sector como es el financiamiento bancario. Si bien en los últimos años ha aumentado el número de PYMES industriales inversoras en busca de mayor productividad, según la Fundación Observatorio PYME sólo el 31% de las inversiones del sector en 2011 fueron financiadas con crédito bancario.

Es apresurado sacar conclusiones sobre las políticas tomadas hasta el momento, más teniendo en cuenta que el kirchnerismo ha sabido reinventarse en reiteradas ocasiones. Pero queda claro que sigue confiando que políticas destinadas a la industria nacional puede permitir sostener los índices económicos, en momentos de crisis internacional que ya comienzan a golpear los productos que comercializa la Argentina.

Los industriales argentinos se han destacado por remarcar precios más que aumentar la oferta en momentos de crecimiento de la demanda, por eso cuando el kirchnerismo mantiene esperanzas en que la industria se reactive protegiéndola o brindándole facilidades crediticias, está esperando peras del olmo. Esto lo demuestra la escasa reinversión de utilidades de las grandes empresas, el incumplimiento de los contratos de concesión en el caso de las empresas que fueron privatizadas en los ’90, y la insufienciente reinversión por parte de los empresarios del campo, que recientemente demostraron lo poco dispuestos que están a tocar sus altas rentabilidades.

¿No fue justamente un exponente de la burguesía nacional, Eskenazi, quien no sólo se vio favorecido por el gobierno nacional, sino que no reinvirtió un centavo de los que ganó? En momentos donde se espera que la crisis se agudice y complique más las cuentas del país, el gobierno sigue apostando a la burguesía nacional, pero estas medidas por sí solas no alcanzan para complacer los intereses del país, como lo ha demostrado históricamente.

Los créditos dirigidos a las pymes, un sector más dinámico en cuanto a la formación de empleo, pueden beneficiar los índices de esta materia a nivel nacional. Estos sectores, que no tienen la posibilidad de acceso al crédito como los grandes empresarios, generan empleo, contribuyen a la actividad económica, pero no solucionan el problema de la caída en la actividad industrial, ni la situación critica de la balanza de pagos.

Me habían comentado de un gran parate comercial en marzo - abril y supongo debne estar relacionado conque hay que aumentar el consumo interno porque el resto del mundo juega en contra de nuestro pais incluyendo la economía brasileña que desde 2008 viene reprimandoce a pasos agigantados y veremos cuandoGrecia salga del euro , o cual guerra mundial se desata en Europa y revolución posterior , por las dudas para los indignados españoles mejor preparen las molotov y consigan granadas .

Fuente :Marcha

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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