The people united will never be defeated - ¡Proletarios del mundo, uníos!

miércoles, 31 de octubre de 2012

El Discurso y la Acción

Escrito por Enrique Mario Martinez 

En todo tiempo histórico ha habido tensión social por la distribución de los frutos de la labor productiva de una comunidad.
Hace un siglo, sin embargo, el poder para pocos y la exclusión para muchos, era un dato irrefutable y entendido como condición natural. El discurso conservador, que marcaba un orden natural para las cosas, solo era confrontado por otro resistente, más que renovador o transformador. En esa sociedad estática, cuando mi padre era un adolescente, por allá por 1930, su imagen de ascenso social era llegar a ser maestro de escuela o empleado de banco.
No había otra cosa.


La industrialización y la aparición masiva de clases medias fueron el punto inicial de construcción de una dinámica distinta. Aparecieron fracciones sociales que dispusieron de horizontes de mayor prosperidad, pero a la vez esos mismos sectores acumularon la percepción nueva de que también podían retroceder, cosa que ninguno de los dos extremos de la sociedad conservadora consideraba posible. Unos, porque no había donde bajar y otros porque eran los dueños de la sociedad.
Este germen de controversias más fuertes, evolucionó en nuestro país desde el final del gobierno justicialista de los ´50 y a medida que la globalización se consolidaba. Un menú que mezcló sindicatos fuertes; con clases medias vacilando entre el optimismo y el temor; las revoluciones en las comunicaciones; la hegemonía del capital financiero, como elementos centrales, marcó un espacio donde el discurso conservador se hizo insuficiente y los conflictos permanentes señalaron la impronta de la incertidumbre.
Primero, el discurso dominante se escondió detrás de los golpes militares, como restauradores del orden. Fracaso. Al costo de miles de muertos y desaparecidos, el método terminó siendo repudiado por las mayorías.

Vino en auxilio el Consenso de Washington, que intentó establecer un discurso conservador único en toda Latinoamérica. La especialización exportadora; la libre circulación de mercancías y capitales; las privatizaciones; la reducción del aparato público; constituyeron los componentes de un catecismo con el cual no se podía discrepar desde la academia a riesgo de ser considerado un simple ignorante.

Otra vez fueron las clases medias quienes desde su subjetividad marcaron la medida del fracaso de este camino. “Pobres hubo siempre” dijo con precisión algún imbécil, pero los sectores medios, luego de volver 20 veces de Miami pagando exceso de equipaje, se encontraron con el límite de la imposibilidad de consumir sin producir y con el riesgo suicida de poner sus ahorros en manos de quienes creían que el dinero produce dinero. El Consenso fracasó. Y con el, se disolvió el discurso, el último discurso conservador posible. Porque ya no se podía defender como escenario común uno en que una gran proporción de la población perdía calidad de vida. No es que no ganaba o se movía con lentitud, perdía. Y esa situación no hay discurso que la pueda defender.
En toda América Latina quedó el espacio abierto para quienes explícitamente repudiaran el Consenso y sostuvieran en el discurso la vocación de transformar esa realidad. Con la historia de cada país a cuestas y correlativamente, con sus conflictos sociales expresados en variada dimensión y forma, el rechazo al Consenso y una propuesta de mayor equidad, esta vez también interesó y abarcó a los sectores medios, que se consideraron damnificados de la etapa anterior.
El discurso transformador se instaló en el centro de la escena.
Una escena donde los conservadores se han hecho reaccionarios, porque el ámbito social que conocen y desean es el que fracasó para las mayorías, aunque no para ellos, situación que obviamente no pueden expresar. Por eso es que son reaccionarios, sin discurso o con uno totalmente disperso.
El desafío argentino y del resto de Latinoamérica es actuar en base al discurso transformador genérico y construir otra realidad económica y productiva, donde los humildes y los sectores medios tengan un horizonte de mejor calidad de vida personal y familiar, que además sea perdurable.

De tener éxito, se habrá logrado tener la contracara del Consenso, que era un discurso práctico, con un menú de ejes de acción. En eso consistía su riesgo justamente: que no eran valores abstractos solamente, sino un conjunto de medidas, cuyo fracaso las auto excluye a futuro.
El conjunto de medidas que sustenten una sociedad transformada para bien, todavía no existe en ningún país de la región. Está la búsqueda. Hay acciones parcialmente exitosas. Falta recorrer aún un camino práctico y luego teórico, que muestre y fundamente como se puede vivir mejor gobernando al mercado y no a la inversa.

Mientras eso sucede tenemos un discurso genérico y buenas intenciones. Situación que seguramente invita a los conservadores devenidos reaccionarios a tratar de apropiarse del discurso transformador y darle otras connotaciones prácticas, que reconstruyan una sociedad conservadora con otro ropaje. Ese fue el intento que hizo Henrique Capriles en Venezuela y que lo acercó a 11 puntos de Hugo Chávez. Eso sucederá en cada país de esta parte del mundo. Aquí también. Ya se intentó, solo que con personajes casi caricaturescos, pero volverá a suceder.
El discurso del Consenso no puede volver. Pero las condiciones materiales del capitalismo concentrado, generadoras de desigualdad y de inequidad sin límites, están allí, en muchos casos casi sin modificaciones.

Las llaves las tenemos nosotros. Si nos enamoramos del discurso y forzamos la realidad para que entre en él, habremos fallado. Si en cambio, buscamos obsesivamente como lograr una correspondencia entre el discurso y la realidad, teniendo como medida aquella consigna simple pero efectiva, de la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación, a lo mejor este tiempo se instala con firmeza en la historia.

Emm/24.10.12

ART mutuas: gordo, ármate una

ART mutuas: gordo, ármate unaPor Ezequiel Arauz

Más allá de los alineamientos políticos, el decreto previo a la reforma de la ley de Riesgos del Trabajo, que habilitó la creación de las “ART mutuas” explica particularmente el rol de la CGT oficial que conducen Antonio Caló, los Gordos y Gerardo Martínez frente al proyecto.

La famosa CGT Balcarce llena de gordos traidores de la peor burocracia sindical existente en nuestro país siempre dispuestos a hacer negocios a cargo de la supuesta representación de los trabajadores . O vamos a pensar que solo Pedraza  , Lescano o Cavallieri son los impresentables , el otro Gerardo Martinez de la UOCRA un buche del batallon 601 , la verdad es que esa CGT a mi me da asco y vergüenza ajena .

“Los trabajadores pasarán de ser proletarios a propietarios” sintetizaba Carlos Menem al momento de impulsar la privatización del sistema ferroviario. La década de 1990, la profundización del neoliberalismo en el país y la región marchaba a toda velocidad.
“En ellas tanto el obrero y la dirección patronal forman parte de la comisión directiva” y son “los responsables del desarrollo de esa ART” dice dos décadas más tarde, Juan González Gaviola, titular de Riesgos del Trabajo al explicar la creación de las ART Mutuales. Las mismas son parte del paquete de reformas “cortas” de esa norma, aprobada en diputados a instancias de los bloques oficialistas y el PRO y denominada como “paso atrás” y “mamarracho” o “guiño a la UIA” desde sectores del propio kirchnerismo.
Mi interpretación es que hubo que tranzar con la UIA para contar con el apoyo de un sector del empresariado en un año de crisis mundial a priori un año dificil para la econnomía ,  para contar con el apoyo de la UIA , de  Mendicurren  y del HDP de Funes de Rioja , digamos decidieron tranzar con esa corpo porque hay que tener algún aliado mientras enfrentas a la corpo mediática , porque no podes enfrentar a todas las corpo , así como también decidieron no subir el minimo no imponible de ganancias para que cierren las cuentas publicas a costa del salario de los trabajadores ( según Cristina privilegiados ) 
Mutuas en España
Las “mutuas”, tal como se las conoce en España y Chile, países en la que funcionan sin fines de lucro y solo por asociación de empresas y representación muy acotada de los trabajadores. En ese país europeo, y pese a estar imposibilidades por la ley, las llamadas “Mutuas Patronales”  han logrado obtener grandes ganancias, mediante artilugios legales en la subcontratación de servicios. En 2010 el superávit de firmas “sin fines de lucro” llegó a los 5.000 millones de euros.
Desde 1995, año de la última modificación de la norma que las regula, la cantidad de muertes por enfermedades adquiridas en el trabajo ha mermado hasta lo ridículo. De 2000 a 2005 no hubo ninguna constatada. Desde entonces ese número ascendió a tres. Otro tanto ocurre con las enfermedades. La mutua subregistra los casos, para ahorrar dinero. De allí surge el grueso de la ganancia empresarial.          
En el caso argentino, según puede revisarse en el decreto 1720/12, las nuevas entidades podrán ser constituidas por "las asociaciones profesionales de empleadores o grupos de empleadores y las asociaciones sindicales de trabajadores con personería gremial que celebren negociaciones colectivas". 
A las obras sociales
En la presentación del decreto Cristina Fernández hizo explicita mención al sector metalúrgico y la construcción. “Son sectores de alto impacto de los riesgos de trabajo por la propia actividad", dijo la mandataria. Esos serían justamente los primeros en avanzar con la creación de mutuas. Lo que busca el ejecutivo a instancia de las cámaras patronales es la reducción de los costos laborales, en un porcentaje que calcula en el 10%, influyendo así sobre el mercado de las aseguradoras.
En ese punto entran el juego los gremios grandes que se agrupan en la CGT Alsina (o Balcarce u oficialista). En el décimo artículo, el decreto establece que para los trabajadores accidentados, en el lugar de trabajo o camino a él, las nuevas ART mutuales deberán “utilizar, de manera prioritaria y siempre que sea técnicamente posible, los servicios de obras sociales y efectores públicos de salud para proveer las prestaciones en especie previstas en el Régimen de Riesgos del Trabajo”.
UOM y UOCRA pican en punta
Miembros de la cámara empresaria del sector metalúrgico (ADIMRA) y los respectivos sindicatos UOM, del actual secretario general de la CGT Alsina, Antonio Caló y ASIMRA que agrupa a los Supervisores, dejaron trascender que ya tienen en punta la creación de una de las nuevas aseguradoras, para competir en el mercado de las aseguradoras y llevar los actuales precios hacia abajo. El sector tiene uno de los costos más elevados con las actuales ART.
Otro sector, cuyo índice de siniestralidad es el más alto es el de la construcción, con el ex agente de inteligencia de la dictadura Gerardo Martínez a la cabeza y en representación de la UOCRA. "La formalización de las aseguradoras mutuas y sin fines de lucro abrirá la instancia importante para la equidad y los controles necesarios" expresó el hombre que pese a su pasado, recientemente consiguió fotografiarse muy cerca de la presidenta. Martínez manifestó su acuerdo con la creación de las mutuas y elogio el sistema español.        
Nadie por ningún motivo puede suponer que los objetivos del mismo grupo de dirigentes que defendió y se enriqueció personalmente con las políticas aplicadas en la década de 1990, se alteraron. No ocurrió desde 2003, no ocurrirá ahora.   

Fuente : Marcha 

Muchos más que el 7-D

Por Ernesto Lamas * 

Hace tres años fue aprobada la Ley 26.522. Los primeros nueve meses estuvo frenada por dos medidas cautelares. Hasta hoy no se pudo aplicar el ya célebre artículo 161 de adecuación. Se acerca el 7 de diciembre y la discusión gira en torno de lo que sucederá el día después. Sin embargo, la ley de servicios de comunicación audiovisual es mucho más que el 7-D.
Cuando en ámbitos académicos y eventos de medios comunitarios se denunciaba la ley de radiodifusión de la dictadura, en pocas ocasiones esa discusión logró traspasar el microclima. Luego del envío por parte del Ejecutivo del proyecto de ley al Congreso, el proceso de discusión en foros de todo el país, las movilizaciones convocadas por organizaciones vinculadas al campo de la comunicación y la acumulación de años en los que el tema fue prioritario en la agenda de los medios alternativos, la cuestión del derecho humano a la comunicación tuvo aire y tinta en los medios tradicionales y luego en los debates cotidianos. Ya no es posible volver atrás, existe una nueva conciencia acerca de la producción de sentidos, las empresas de medios, el rol del periodismo y el derecho a recibir, buscar y difundir información. Constituye un logro simbólico de suma importancia, pero hay otros logros que no son tenidos en cuenta por buena parte de las empresas de medios comerciales y opinadores que en estos días repiten que “no se hizo nada” con la ley de medios. Información concreta –que puede ser verificada por cualquiera que la solicite a la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual– es importante para el balance que permita reconocer que en la inclusión de nuevas voces (uno de los principales objetivos de la ley) se han dado pasos importantes.
Se encuentran en curso los concursos para 687 frecuencias de FM baja potencia (con y sin fines de lucro), en diez provincias. Estos concursos sientan un precedente, ya que fueron los primeros convocados con la reserva del 33 por ciento para el sector sin fines de lucro. Se realizaron talleres de capacitación para la confección de los pliegos, para minimizar errores y ampliar las posibilidades de los potenciales licenciatarios que no pueden recurrir a abogados o gestores.
En marzo de este año se reglamentó el artículo 49, que permite la adjudicación directa para radios de baja potencia ubicadas en zonas de alta vulnerabilidad social. La reglamentación se hizo en diálogo con las principales redes de radios comunitarias (Farco y Amarc). En este momento hay más de 250 actuaciones de solicitud de licencia en trámite enmarcadas en este artículo.
La Afsca está tramitando más de cien expedientes de cooperativas de servicios públicos que solicitan prestar servicio de cable. Existen alrededor de 50 solicitudes que cuentan con alguna oposición y esos trámites se encuentran en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia. Los otros 50 se están tramitando en el organismo. Ya se adjudicaron 16 licencias y se espera duplicar el número a fines del año.
Según está previsto en el artículo 151, las comunidades originarias pueden solicitar licencias para crear radios. Actualmente hay 45 solicitudes en trámite, que están siendo analizadas por una comisión integrada por la Afsca y el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas. Asimismo, se está analizando otorgar una autorización para gestionar una señal de TV abierta a una comunidad mapuche en la zona de Bariloche.
En el marco del artículo 149, ya hay 134 escuelas primarias autorizadas para contar con su radio. Existen otros 80 expedientes en trámite, de los cuales más de 50 ya tienen la frecuencia reservada. A fin de 2012 habrá 200 escuelas con radios operativas.
También hay temas pendientes. Son prioritarios la convocatoria a concursos para licencias de televisión con condiciones razonables para los canales comunitarios, actualización de un plan técnico que transparente el estado del espacio radioeléctrico, la puesta en marcha del fondo de fomento previsto en el artículo 97 por medio del cual se prevé apoyar proyectos especiales de comunicación audiovisual, medios comunitarios, de frontera, y de los pueblos originarios, con especial atención a la colaboración en los proyectos de digitalización, la creación de un espacio de capacitación para los medios de comunicación emergentes, un debate con participación del Estado, el Parlamento y las redes de medios sin fines de lucro acerca de la sostenibilidad económica de radios y canales comunitarios que requieren condiciones especiales.
Los medios comunitarios junto con otros sectores de la sociedad civil vieron materializarse un reclamo histórico y tienen sus propios desafíos. Poder “aprovechar” la legalidad para desarrollar una comunicación de nuevo tipo convocante, interesante, que además de abrir los micrófonos y las cámaras a quienes no tenían voz pública, también puedan demostrar que lo comunitario no está reñido con producciones de excelente nivel, investigación periodística rigurosa, uso de las tecnologías creativo y eficaz.
* Fundador de FM La Tribu, Coordinador Amarc (2003-2011), representante de los medios comunitarios en el Consejo Federal de SCA (2010-2012).

Fuente: Página 12

martes, 30 de octubre de 2012

Feliz cumpleaños al autor del mejor gol de la historia, a un Dios detrás de Dios

Yo diría Feliz cumple al mejor jugador de futbol  de la historia que hizo el mejor gol de la historia.

Este periodista cierra los ojos y piensa en Diego Maradona. Piensa que está lejos y que hoy cumple 52. Y lo primero que le viene a la mente es aquel gol. El único. El mejor de la historia... Para homenajearlo, el mejor texto que alguna vez escribí, hace un tiempo, sobre su magia.

Por: Víctor Hugo Morales

Hay una especie de trinchera vista desde lo alto del estadio. Un surco en la tierra por el que avanza una potente luz a la velocidad de un cometa. Allá abajo, en el fondo de la olla del Azteca, en la penumbra, Maradona imita lo que a veces puede apreciarse en el cielo. La herida que abre en el azul misterioso un astro incandescente, ahora sucede en la Tierra. Allí va Diego con la bravura del que lleva el estandarte de su ejército en un ataque definitivo. Diego corre entre las laderas de colores ingleses, saltando trampas de piernas que buscan lo imposible. Y planta, como los escaladores en la cima, su bandera.
Valdano, que lo acompañaba desde muy cerca, contaría alguna vez que Diego atinó a pedirle disculpas por no haberle pasado la pelota. Le dijo que no pudo encontrar la forma. Valdano y los futboleros se preguntan aún cómo pudo advertir el detalle durante esa corrida memorable. En uno de los pupitres del palco de prensa, este cronista de los estadios subrayó la hazaña. “En la jugada de todos los tiempos”, dijo, y luego lanzó las pocas palabras, aquellas del barrilete cósmico, con las que viene remando hace ya más de 25 años arropada su carrera por el invento insuperado de Diego.
¿Cuántas jugadas pueden concebirse en la inmediatez de la acción? ¿Qué veía el artista? El número de errores que se arriesgaba a cometer, desde el inicio hasta el portero inglés, es infinito. Las variantes que el relator imaginaba, entre cientos de colegas apretujados, ofrecían un sumario tan amplio que fue abandonando la narración convencional.
“Genio, genio, genio” eran las modestas palabras que acompañaban al intrépido que se iba a lo más alto del mundo, por la cicatriz que abría en el césped. A los pocos metros de iniciar su patriada –era contra Inglaterra el asunto– la electricidad fue creciendo y como se aprecia en el espacio un plato volador, el extraterrestre con su emblema, convocó al pasmo más profundo que el fútbol hubiera provocado jamás. ¿En qué momento decidió Maradona enfilar hacia el arco? El jugador avanza mirando la pelota, pero ¿cuántas piernas, cuántos metros cuadrados de terreno, abarca su visión periférica? Pudo enganchar, frenar, ir hacia el costado, rematar desde lejos. De mil formas la jugada pudo ser una entre billones.
El coraje, la intuición, un Dios detrás del Dios, afirmaría Borges, la hicieron única, definitiva y eterna. Maradona dejó la pelota en el fondo del arco de los ingleses cuando ya la foto era la de la impotencia y la incredulidad.
“Quiero llorar”, decía con el puño apretado quien firma esta nota, lanzado sobre el pupitre, envuelto en cables y auriculares, mientras Maradona se desplazaba hacia un costado de la cancha para celebrar la conquista. El cuerpo lanzado al placer del grito. El desvarío de una mente que se queda en blanco como si una nube estallara dentro de los párpados cerrados. No fue sólo la jugada. Las emociones de varios años entraron por el pequeño embudo de la razón. Era la hazaña de Diego, del amado Diego de los futboleros. Era el pase a las semifinales del Mundial y el relator lo había pronosticado y los hombres aprecian sobremanera el hecho de tener razón. Era contra los ingleses y cientos de pibes que lo hubieran gritado no podían hacerlo, apagadas sus voces cuatro años antes en las heladas tierras de Las Malvinas. Ocurría en un escenario adverso. Y era la más bella, osada, corajuda e inventiva de las películas que el fútbol había producido en toda su historia.
Más de cinco lustros después, el hombre no consigue empobrecer aquella marca. Salta más, corre más rápido, es más resistente, el universo mismo se expande hacia más infinito. Pero con Maradona, no se puede. El asunto es bien complejo: hay que tomar la pelota en el campo propio, esquivar a cuanto rival se le oponga, enfrentar al arquero y dejarla atrapada en la red. Tiene que ser en un Mundial.
Quien lo relató, hoy lo atrapa como el mejor recuerdo de su carrera. Una sinfonía barroca en su decorado, clásica por su perfección, de la que sólo hay unos pocos pentagramas que se salvaron del incendio de los años. Al autor, un muy feliz compleaños. 



Fuente: Infonews

A tres décadas del triunfo de Raúl Alfonsín

La Recuperación de la Democracia

Cuando Alfonsín se lanzaba a competir electoralmente con el peronismo, sabía que la historia le jugaba en contra.
 
Por:   Eduardo Anguita


En Chile seguía firme la dictadura de Augusto Pinochet. De hecho, recién llamaba a un referéndum en 1988, en el cual un 44% de los chilenos apoyaba la continuidad del régimen. Las elecciones presidenciales se concretaron recién en diciembre de 1989 y Patricio Aylwin se imponía al frente de una coalición de partidos con el 55% de los votos. Eso sí, mediaba una reforma constitucional que dejaba una democracia tutelada por el dictador que, hasta el día de su muerte, conservaba completa impunidad sobre los crímenes cometidos.

En Uruguay, que tenía una dictadura que también había comenzado en 1973 al igual que en Chile, en noviembre de 1980 se había concretado un plebiscito destinado a legitimar el régimen cívico-militar. Fue rechazado, pero el 43% de los uruguayos votaron a favor del sistema autoritario. En agosto de 1984 se concretó un encuentro entre los usurpadores del poder y los representantes de los partidos Blanco, Colorado y la coalición del Frente Amplio. Tras once años de régimen anticonstitucional, se concretaban elecciones en noviembre de ese 1984. Pero eso sí, con una serie de proscripciones. Entre ellas, que no pudieran participar los candidatos que los dictadores consideraban irritativos. Así, ni Líber Seregni (FA), ni Wilson Ferreira (Blanco) ni Jorge Batlle (Colorado) estaban habilitados para representar a sus fuerzas políticas. Se imponía en los comicios el continuista Julio María Sanguinetti (Colorado).

Brasil vivía un régimen militar que había comenzado en 1964. A partir de 1979 comienza una transición política controlada por el dictador João Baptista Figueiredo, un general que asumía el rol de encausar un cambio bajo el control de quienes habían desconocido la Constitución 15 años atrás. La dictadura sancionó una nueva ley de partidos políticos, y en noviembre de 1982 se concretaron elecciones estaduales (provinciales) y parlamentarias, pero el régimen presidencial seguía siendo de facto. Recién en 1985, esa transición vigilada permitió la llegada de un presidente civil en Brasil. Se impuso la fórmula Tancredo Neves - José Sarney. La muerte de Neves hizo que asumiera Sarney. Ambos eran integrantes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), una fuerza política cobijada por la dictadura y creada en 1979, precisamente con la llamada apertura brasileña.

Alfredo Stroessner era el dictador que más años llevaba. Había encabezado un golpe en Paraguay en mayo de 1954. En febrero de 1989 fue desalojado por otro golpe de Estado: uno de sus más estrechos colaboradores, el general Andrés Rodríguez, cuya hermana estaba casada con el hijo mayor de Stroessner, llegaba a la Presidencia. Una reforma constitucional de 1992 permitió cierta democratización institucional en Paraguay.

En Perú, el general Juan Velazco Alvarado encabezaba un golpe de Estado en 1968 contra el presidente constitucional, el conservador Fernando Belaúnde Terry. Pese a haber encabezado un levantamiento contra las instituciones constitucionales, era el único régimen militar que tenía una clara tendencia nacionalista y que llevó a cabo una reforma agraria. Su gobierno duró hasta 1975. Luego asumió otro general, Francisco Morales Bermúdez, quien ante el descontento popular accedió a una apertura democrática que permitió la vuelta del depuesto Belaúnde Terry.

En Bolivia, en agosto de 1964, el general José Barrientos encabezaba un golpe militar que desalojó al presidente Víctor Paz Estenssoro, líder del Movimiento Nacionalista Revolucionario, la fuerza popular mayoritaria, que había concretado, entre otras cosas, una reforma agraria. Hubo sucesivos gobiernos de dictadores que remplazaban a otros dictadores hasta 1982. Hubo una excepción, el general Juan José Torres, que llegó al frente de un levantamiento de obreros y campesinos y se mantuvo sólo diez meses (octubre de 1970 – agosto de 1971) en el poder. A Torres lo derrocó el general Hugo Banzer. En octubre de 1982 llegó al gobierno, por vía electoral, Hernán Siles Suazo, al frente de una coalición de partidos llamada Unión Democrática y Popular. Cabe consignar que Siles Suazo había participado, en cinco años precedentes, de tres elecciones nacionales convocadas por dictadores, que de inmediato eran desconocidas por otros facciosos que daban golpes de Estado.
Es imposible analizar las interrupciones constitucionales en los países del Sur latinoamericano durante esos años sin reparar en los niveles de dependencia de esos países de los planes del Departamento de Estado norteamericano para quienes estaban a cargo del Poder Ejecutivo, fueran dictadores desembozados o presidentes electos que aceptaban el tutelaje de Estados Unidos.

Tampoco pueden dejarse de lado las otras dos formas de sujeción neocolonial. En primer lugar, la aceptación lisa y llana de los planes del Fondo Monetario Internacional y el andamiaje de bancos privados asociados a los planes de entrega de soberanía de esas naciones. El otro refiere a la aplicación de planes de exterminio de todos los opositores dispuestos a enfrentar a los sectores privilegiados, tanto en lo económico como en lo político. Para eso, el Pentágono norteamericano tenía la Escuela de las Américas, una academia militar creada apenas terminada la Segunda Guerra Mundial, y que funcionaba en Panamá. Su misión era capacitar a oficiales y jefes militares del continente en métodos de exterminio y en la concepción entreguista de la soberanía de cada una de las naciones de la que esos militares decían defender.

AHORA ALFONSÍN. 

Leopoldo Galtieri, al igual que Banzer o los militares brasileños, paraguayos o uruguayos que encabezaban golpes de Estado, se sentía orgulloso de haber cursado en la Escuela de las Américas. De su entrenamiento dio cuenta al frente del exterminio de civiles en campos de concentración en la provincia de Santa Fe, al frente del llamado Segundo Cuerpo de Ejército. Llegaba al gobierno a fines de 1981 por vía de un golpe militar que desalojaba a otro dictador. Pese a su determinación de ser un satélite de Estados Unidos, Galtieri tenía un inglés muy defectuoso. El 1º de abril de 1982, después de haber preparado el desembarco argentino en Malvinas, es avisado de una comunicación buscada por el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan. Al rato, se produce la llamada y en la Casa Rosada buscaron a un joven diplomático que hablara fluidamente el idioma del actor devenido inquilino de la Casa Blanca. Así, Roberto García Moritán, quedó al lado de Galtieri para oficiar de traductor. La comunicación debía ser grabada para quedar como documento de Estado. Así, un coronel de Inteligencia llevó un aparato, lo dejó prendido y se retiró. Reagan le dijo a Galtieri que tenía información sobre movimientos militares argentinos en Malvinas. Al rato, dado que Galtieri daba vueltas, Reagan le advirtió que Margaret Thatcher era amiga suya y Gran Bretaña un aliado clave de Estados Unidos. Galtieri, en un momento, le dijo a García Moritán que no podía ser cierto eso, que su traducción debía ser defectuosa. Terminado el diálogo, el dictador hizo llamar al coronel de Inteligencia para conocer directamente los dichos de Reagan. Pero el coronel sorprendió a Galtieri cuando quiso poner el audio. El grabador no había funcionado y el dictador sacó al coronel a saltos de rana por castigo por su tremenda ineptitud. Esta anécdota da prueba de la gran improvisación de la dictadura, pero no remplaza el contexto real de resquebrajamiento del régimen, producto de una persistente resistencia popular y del severo aislamiento internacional que sufría el régimen, básicamente por la crueldad del método de desaparición forzada de personas. A fines de 1981, las agrupaciones políticas que la dictadura aceptaba como legales se conformaron en la Multipartidaria. A este espacio político, se sumaba la alianza de dirigentes gremiales que crearon la Comisión de Gestión y Trabajo, cuyo acrónimo era CGT, la Confederación General del Trabajo, prohibida por entonces. Cabe consignar que el día anterior a la conversación mencionada, se producía una concentración popular sin precedentes en la Plaza de Mayo, convocada por la CGT y apoyada por la Multipartidaria, con la participación de miles de militantes populares y de las organizaciones de Derechos Humanos.

Tras el desembarco y la improvisada ocupación de Galtieri, en la Multipartidaria se abrieron grietas. El entonces presidente del radicalismo, Carlos Contín, sostenía que ese espacio debía congelar los reclamos democráticos y, en cambio, era preciso apoyar a la dictadura, al menos mientras durara el conflicto. Los representantes de las otras fuerzas políticas decían que sí, que había que apoyar, pero hacían la salvedad de que no bajaban las banderas de la democracia. Eso sí, se subieron a un avión militar con destino a Malvinas. Entre ellos estaban el justicialista Torcuato Fino, el desarrollista Arturo Frondizi, el intransigente Oscar Alende y el demócrata cristiano Carlos Auyero. En abierta discrepancia con todos, incluso del representante de su partido en la Multipartidaria, Raúl Alfonsín ratificó la lucha por la democracia y se negó enfáticamente a dar ningún tipo de apoyo diplomático a la toma de Malvinas por parte de una dictadura.
Cuando unos meses después Alfonsín se lanzaba a competir electoralmente con el peronismo, sabía que la historia le jugaba en contra. Tanto en 1946, como en 1952 como en 1973 habían perdido. Arturo Illia había llegado al gobierno con la proscripción del peronismo. Muchos factores se conjugaron para que Alfonsín obtuviera el 51,75% de los votos y que Ítalo Luder, el candidato justicialista, llegara apenas al 40,16%. Desde ya, un país que salía de la entrega económica y de una represión genocida sin precedentes, podía tener una sociedad cuyo comportamiento tuviera sorpresas. Alfonsín tenía confianza en que ganaba, lo dicen todos quienes lo acompañaron en la campaña. Pero, además, tenía certeza de que la democracia y el Estado de Derecho se convertían en valores de mucha más pujanza que en años anteriores. Así como en 1973, Héctor Cámpora primero y Juan Perón después llegaban con la fuerza de la lucha por la justicia social, la soberanía política y la independencia económica, tras los años vividos en Argentina y Latinoamérica, la democracia basada en la Constitución se convertían en pilares de una sociedad que había vivido en el terror. Una sociedad que, si bien dio muestras de resistencia a través de la pelea de las Madres y las Abuelas y de muchas organizaciones de Derechos Humanos, así como de luchas obreras, salía de las catacumbas. Muchos de los que habían encabezado y organizado luchas populares estaban muertos, desaparecidos, exiliados, presos. Alfonsín se alejó de cualquier especulación y diálogo con los dictadores y jugó ahí un rol de audacia que no tenía precedentes en el radicalismo desde la mística de Hipólito Yrigoyen.
Todo el empuje de Alfonsín, todo el apoyo popular no fueron suficientes para que esos primeros años encontraran un terreno fértil. Los dictadores retrocedían, es cierto, y no sólo por la hecatombe económica, el fracaso de Malvinas y por la resistencia creciente. Pero dejaban un terreno minado.
Y si bien las políticas de Estados Unidos fueron de simpatía al candidato triunfante y al proceso democrático que se abría en Argentina, la situación distaba mucho de poder encaminarse sin conflicto con los poderes que realmente limitaban la justicia social, la soberanía política y la independencia económica.

El mismo Alfonsín se lo planteó al mismo Ronald Reagan que había dialogado con Galtieri. Fue en oportunidad de visitar la Casa Blanca, el 19 de marzo de 1985 y que el presidente norteamericano le dejara dar un discurso. En esa oportunidad, Alfonsín dijo: "Que las democracias han heredado cargas muy pesadas en el orden económico. Una deuda que en mi país llega a los 50 milmillones de dólares y en América Latina en su conjunto está en alrededor de 400 mil millones de dólares, y esto conspira contra la posibilidad de desarrollo, crecimiento y justicia. Esta es sin duda, una de las grandes diferencias entre nuestros dos países; nosotros apoyamos la filosofía que usted ha señalado, la filosofía de la democracia, la libertad y el Estado de Derecho que nos iguala. Pero el hombre, señor presidente, para ser respetado cabalmente en su dignidad de hombre,no solamente tiene que tener la posibilidad de ejercer sus derechos y prerrogativas individuales, sino que debe tener la posibilidad de vivir una vida decorosa y digna."

Muchos de los radicales que hoy recuerdan a Alfonsín como un protagonista clave de la historia presente, deberían tener presente esas palabras. Tanto la Argentina como la mayoría de los países de la región no sólo salieron de los regímenes autoritarios sino que están recorriendo caminos de independencia económica con liderazgos políticos democráticos. Es hora, para muchos, de pensar en el tamaño de los desafíos y, en consecuencia, de la grandeza de las alianzas y puntos de encuentro.

Fuente : Tiempo Argentino

lunes, 29 de octubre de 2012

Una reforma para terminar con la timba

Por Gabriel Bencivengo

“Lo que está en juego es el rol del estado”, señala Wierzba. (TELAM).
    Hoy entró al Congreso el proyecto oficial para avanzar con una profunda reforma del mercado de capitales. Las claves de la iniciativa.
    Los cambios que se vienen son importantes. Lo central es que la Comisión Nacional de Valores pasará a ser lo que siempre debió ser: el ente de supervisión, regulación y control. Con la legislación vigente esas facultades están muy delegadas en actores que se autorregulan”, explica Guillermo Wierzba, director del Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina. La observación hace referencia al proyecto anunciado por el Gobierno nacional para reformar la Ley 17.811 de 1968, norma que regula el funcionamiento de los mercados de capitales y las atribuciones de la Comisión Nacional de Valores (CNV). La iniciativa, que hoy ingresó en el Congreso, implica fortalecer la capacidad de regulación y supervisión del Estado. En el organismo que conduce Alejandro Vanoli agregan que facilitará la apertura del mercado, aumentará la competitividad entre sus actores y permitirá orientará ahorros hacia la producción.
    “Lo que está en juego es la concepción sobre el rol del Estado. Los mercados no deben autorregularse. En un mercado cerrado como el actual lo que se estimula es la colusión. No la competencia”, afirma Wierzba.

    En la Argentina, como en la mayoría de los países en desarrollo, en la década del ’90 se introdujeron reformas en el sistema bancario y en el mercado de capitales enmarcadas en procesos de liberalización. Una consecuencia fue la modificación de las regulaciones prudenciales y el progresivo debilitamiento de las normas que separaban los mercados. Fue así que aparecieron conglomerados financieros y empresarios.
    Reducción de costos y menor riesgo por la diversificación de las operaciones fueron los argumentos justificaron el proceso. Sin embargo, la situación no sólo disparó riesgos morales –el famoso “too big to fail”–, sino también conflictos de intereses. Los conflictos entre los objetivos dentro de los conglomerados se expandieron con la multiplicación de los instrumentos financieros. Un caso clásico: la recomendación de adquirir acciones de empresas deudoras de la entidad financiera, o la compra por parte de una firma de títulos a valores artificialmente altos.

    “Otra operación típica, que se registró con las AFJP, fue la asignación de pérdidas por operaciones con acciones a los fondos de pensión, mientras que las ganancias se derivaban a otras empresas del grupo”, dice Wierzba.
    Su visión, coincidente con la reforma, pondera la posibilidad que tendrán los organismos de supervisión (Banco Central, Superintendencia de Seguros y la Unidad de Información Financiera) de cruzar información. Se trata, en definitiva, de avanzar en la resolución de los problemas que en materia de control y supervisión impiden darles mayor transparencia a los mercados.
    En el contexto de la liberalización, las calificadoras de riesgo –Moody’s y Standar & Poor’s, entre otras– ganaron espacio y, en muchas ocasiones, terminaron agudizando las condiciones en que se desenvolvieron las sucesivas crisis. “Son la cara más dura del neoliberalismo. Surgieron cuando el paradigma neoliberal estaba en pleno auge. Son firmas con patentes de corso. Los Estados cedieron en forma paulatina su capacidad de supervisión y evaluación sobre empresas y títulos. La cuestión llegó a tal punto que lo único importante terminó siendo lo que la calificadora decía”, recuerda Wierzba.

    En este punto, la iniciativa propone la creación de la categoría de Agentes de Calificación de Riesgo. “Un giro copernicano”, dice Wierzba. Su sanción rompería con la exclusividad que detentan las actuales calificadoras. “Que no deban ser necesariamente sociedades anónimas abre el juego para que instituciones, como las universidades nacionales, participen de la actividad”, agrega Wierzba.
    En el organismo que conduce Vanoli afirman que las modificaciones aplican estándares internacionales y promueven una mejora de las prácticas de regulación, como las promovidas por la Organización Internacional de Comisiones de Valores, el G-20 y el GAFI. No es extraño, en este contexto, que se establezca que el único organismo de control de la oferta pública pase a ser la CNV, en detrimento de las facultades de autorregulación que tienen hoy, por ejemplo, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y el Mercado de Valores.
    “Seguramente, veremos una Comisión Nacional de Valores mucho más activa, con más herramientas. Es el final de una oligarquía de agentes. Que cualquiera con la solvencia técnica pueda actuar como agente del mercado bursátil es otro giro copernicano. Hoy, se requieren cinco millones de pesos de inversión para poder entrar”, puntualiza Wierzba.

    Argentina, como el resto de la región, no quedo a salvo de las tendencias que se verificaron en los mercados internacionales. En este marco, la creciente similitud de los instrumentos financieros ofertados y el peso creciente de los conglomerados financieros y empresarios alentó la desintermediación financiera. Dicho de otra forma: los bancos perdieron la centralidad que históricamente tuvieron en la canalización del ahorro hacia las actividades productivas. “No es simplemente buscar mecanismos que resuelvan las fallas del mercado. Las medidas están pensadas para mejorar el vínculo entre el ahorro y las empresas”, finaliza Wierzba.

    Texto del proyecto ingresado al congreso 

    Fuente : Miradas al Sur 

    El 7D y la imagen positiva de Cristina

    Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual

    La victoria electoral de Hugo Chávez, quién lo ignora, tonificó políticamente al oficialismo argentino.  

    Por:    Alejandro Horowicz

    ¿Si se produjera la derrota de Barak Obama, como parte del viraje electoral a derecha del Viejo Continente, cómo afectaría a la política nacional? No faltarán por cierto los que sostengan que las diferencias entre demócratas y republicanos no definen per se orientaciones "ideológicas". 
    Después de todo, un republicano como Richard Nixon se retiró de Vietnam y dio los primeros pasos para reincorporar a la China de Mao al comité de seguridad de Naciones Unidas, corriendo definitivamente a los descendientes del Kuomitang del centro de la escena internacional. Y un demócrata como Obama no dejó nunca de ejecutar la política de la bancocracia globalizada. Pero incluso admitiendo que las diferencias no son "decisivas", que nadie imagina una vuelta de campana en la política demócrata de los EE UU, en el bosque de los signos una cosa dista de ser igual a la otra.
    Es decir, la derrota de Obama afectará no sólo a los norteamericanos, además entorpecerá las relaciones con los gobiernos al sur del Rio Grande.
    A modo de ilustración. Es cierto que la derrota del PSOE en las elecciones gallegas muestra que el electorado no se aleja de las recetas más conservadoras, y que, si bien los que marchan por las calles intentan resistir, a la hora de las urnas no exhiben mucho más que su profundo desasosiego.  
    Tampoco deja de ser cierto que la hegemonía del segmento dinámico, en términos electorales, facilitaría la aparición de nuevos jugadores a la izquierda del sistema político, y que su ausencia traba incluso esta posibilidad potencial. Dicho con sencillez: nunca una cosa es igual a la otra, y una mirada tan desencantada delata, desnuda, anuncia una visión de trazos muy gruesos, una colosal inepcia para el matiz. 
    Mientras tanto, Mitt Romney se aproxima peligrosamente al habitante transitorio de la Oficina Oval, y los diez puntos que Obama exhibió a su favor meses atrás fueron borrados por el debate televisivo. Quedó claro que en el imaginario del ciudadano medio de USA un experto en crisis, en capearlas exitosamente, es quien ya lo ha hecho. Y que Obama no lo hizo antes de ser presidente y tampoco siéndolo. Esa es la carta de Romeo, y no es imposible que alcance para llegar a Washington.
    En cambio, en la Argentina pasa otra cosa. Si la política nacional se midiera en términos de imagen positiva, Cristina Fernández en lo inmediato puede sentirse tranquila. No es para menos, dos mediciones distintas arrojan prácticamente idénticos resultados. 
     "Hay una matriz de fidelidad que explica la intención de voto de CFK –señala Roberto Bacman, titular del CEOP–. Un 66% de quienes la votaron el año pasado lo harían otra vez hoy mismo. Eso la hace partir del 35,5 por ciento. Pero proyectando el 25% de indecisos o de votos negativos, que después en la elección no se dan, la presidenta llega al 47 por ciento. Por otra parte, sus pérdidas no van a otros candidatos, sino que engrosan esas columnas de indecisos y votos en blanco."
    Bacman explica que la idea es reproducir la elección del año pasado, con los mismos candidatos, porque todavía no están claros los postulantes para el 2015. "Hoy Cristina no es candidata, Macri da la impresión que lo será, Binner también, Ricardo Alfonsín tendrá que recorrer un camino, Eduardo Duhalde casi seguro que no se postulará y nada sabemos de Rodríguez Saá. Los que más ganaron son Binner, que recoge votos del radicalismo, y Rodríguez Saá, que reúne distintas vertientes." Para el estudio del CEOP la oposición ha avanzado entre abril y octubre. Cuando a la gente se le pregunta si se siente más cerca de la oposición o del oficialismo, este último se estabilizó en el 40% y la oposición en el 30 por ciento.
    El otro sondeo de opinión señala que si los comicios se hicieran hoy, con los mismos postulantes, CFK cosecharía el 47,9% de los votos. La encuesta de Ibarómetro ubica en segundo lugar con el 22% de intención de voto al socialista Hermes Binner, seguido de Alberto Rodríguez Saá, con el 10,8%, Ricardo Alfonsín con el 6,6%, Elisa Carrió con el 6,1%, Eduardo Duhalde con el 4,7% y Jorge Altamira cierra el pelotón con el 1,9 % de las voluntades. La medición de Ibarómetro arroja una imagen buena o muy buena para la presidenta Cristina Fernández del orden del 53,7%, un nivel de aceptación muy similar a la cosecha de votos que obtuvo en los comicios de 2011.
    Binner es el otro político entre los dirigentes sondeados que muestra una imagen positiva superior a la negativa, con el 47,3% de resultados favorables. Sin embargo, el ex gobernador santafesino tiene un alto grado de desconocimiento entre los consultados. El 30,1% de quienes participaron del sondeo dijeron no conocer al ex candidato presidencial del Frente Amplio Progresista. Claro que ese desconocimiento no juega exactamente en contra de Binner, más bien permite establecer que su techo de crecimiento, no sólo no está cerrado, sino que puede ser el próximo aglutinante de la oposición. Pero la política nacional marcha por otra cancha, en la que Binner también se terminará definiendo. A saber, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, o si se prefiere el 7D, constituye el escenario privilegiado.
     La cláusula de desinversión, esto es, los grupos cuyo cupo de licencias los obliga por lo menos a reestructurarse, será puesta en práctica. En rigor de verdad, 4500 licencias no tienen ninguna clase de problemas y unas 250, propiedad de Clarín, deberán comunicar cómo enfrentan la nueva situación. 
    A juzgar por el modo en que el Grupo encabezado por Héctor Magnetto viene jugando sus cartas, es posible que intente desconocer la norma. (Creo que ya pidió en la justicia una extención de la cautelar que dicen no tienen chance de progresar ) En todo caso, esta posibilidad no puede ser descartada. Los abogados entenderán, y de hecho así lo hicieron saber, que el 7 de diciembre deberán "iniciar" su programa de desinversión, con lo cual intentan patear la pelota para adelante. La respuesta del gobierno, dentro del margen que le otorga la ley, es simple: aplicar de oficio la cláusula y determinar sin más de cuáles licencias deberán desprenderse con el sencillo trámite de hacerlas caducar. Por cierto, ese comportamiento no puede evitar la intervención judicial, pero como la Suprema Corte de Justicia implícitamente hizo saber con qué instrumentos se ajustará a derecho, la posibilidad de la zona gris queda jurídicamente descartada.  Para que se entienda, desde el momento en que le impuso a la Cámara el mecanismo para designar jueces en la causa, dejó establecido que la "arbitrariedad" tiene un límite intraspasable.  
    Como esa lectura no puede no haber sido hecha por los responsables legales del Grupo Clarín otra posibilidad emerge en el horizonte: la reestructuración. Los mismos accionistas en otras proporciones patrimoniales pueden "dividirse" el patrimonio en términos que no violen la ley. En tal caso, la sangre no llegaría al río.
    Para el gobierno hacer acatar la ley, que tanta resistencia produjo, será una inequívoca constatación de su propio poder de fuego. Es cierto que no es lo mismo una confederación de empresas "amigas" que un grupo monopólico, sobre todo en término de costos operativos. No podrán usar ni los mismos movileros, ni los mismos periodistas, ni el mismo capital de trabajo. En no pocos casos estarán obligados a "invertir" y duplicar costos, ya que esas son las exigencias de la "autonomía"  empresaria. Pero más allá de esos detalles, la unidad del mensaje político no tiene por qué verse afectada. No estoy diciendo que esto suceda obligatoriamente, sino que de la división del grupo en empresas independientes no surgen visiones opuestas de la realidad nacional. Entonces, a mi ver es poco probable que Clarín facilite la intervención del Estado en la reconfiguración de su estructura operativa, es más probable que intente adecuarse admitiendo que la ley también rige por primera vez y desde hace muchísimo tiempo para sus empresas. Y esa no es precisamente una novedad pequeña.

    Mi impresión es que van a elegir las areas que mas le convienen para el cable que es por donde pasa el negocio , digamos AMBA , Cordoba , Rosario , Mar Del Plata , Neuquen , Mendoza , Tucuman , etc , igual que el acceso a internet y pensando dar tambien en el futuro telefonía como Telecentro  , tambien para mi se van a quedar con Radio Mitre y FM 100 y van a transferir Canal 13 para quedarse con TN . Ahora seguiran hinchando las bolas con el diario Clarin que no tiene nada que ver con la ley ? 
    Aparte d eClarin leí que el grupo Hicks de Santiago del Estero ya presennto una propuesta , pero no lo hicieron todavia ni Cadena 3 , ni Telefonica , ni Vila Manzano , De Narvaez .

    Fuente : Tiempo Argentino

    domingo, 28 de octubre de 2012

    Dos años después

    Por Eduardo Blaustein

    La historia es más que conocida. El propio Néstor Kirchner la describía con su estilo llano, resumido: llegó a la presidencia de carambola, antes de lo que pretendía, “con más desocupados que votos”. Sin siquiera ponerse a valorar la calidad de su gobierno, lo excepcional de su ciclo fue constituirse casi desde la nada, a contracorriente del poder de presión de sectores retrógrados, hasta finalizar su mandato bien por arriba de increíbles 60 puntos de imagen positiva (como Cristina a poco de ganar en octubre pasado). Lo excepcional en el caso de Cristina tiene matices distintos, aun en la continuidad. Primero: porque esa misma continuidad implicaba desgaste. Lo que antes había sido novedad ahora sería comparación.
    Si con tal de volver a la normalidad antes se habían tolerado ciertas impertinencias del kirchnerismo, un segundo ciclo era demasiado, entre otros para el Grupo Clarín, con quien Néstor había apostado a convivir.

    Lo excepcional en Cristina fue superar la debacle del 2008-2009, remontar una crisis económica seria, reinventarse casi desde abajo con algunos atributos distintos a los de Néstor, enfrentar con coraje el desgarro por el fallecimiento de su compañero, ganar las elecciones con el 54% de los votos, cuando pocos meses antes se sostenía que el kirchnerismo jamás pasaría de un tercio de los sufragios.
    La buena noticia actual es que a dos años de la muerte del ex presidente el kirchnerismo tiene tela para cortar, sigue siendo por afano la fuerza política más potente y extendida del país. Pero el cuadro de situación es otra vez distinto, acumula fatigas. Ni la pura épica ni retroceder a la legitimidad electoral congelada del 54% (los consensos mutan) son elementos útiles para saber dónde está parado hoy el kirchnerismo. La actual no es la etapa agitada e intensísima de reconstrucción del primer ciclo ni esa otra fase “blanca” de la presidencia de Cristina: la de reformas incluso más novedosas que las que se habían planteado antes, estatizaciones, ley de medios y de matrimonio igualitario, ampliación de derechos, AUH, Ministerio de Ciencia y Tecnología, el clima del Bicentenario. En un contexto económico mundial más embromado que el de 2009 (al que se suman desde el problema inflacionario a la caída de la actividad industrial y la escasez de divisas), el tiempo actual es más gris, más árido, más amesetado, de ritmos y acciones más esforzadas.
    Los gobiernos kirchneristas necesitan desesperadamente, ante el embate a menudo brutal de los sectores conservadores, sostenerse en legitimidad de ejercicio, iniciativa permanente, anclar en resultados de gestión medibles y concretos. Para el kirchnerismo quedarse y no poder avanzar en nuevas realizaciones es riesgoso. Otras administraciones no están condenadas a subir la roca a la montaña todos los días. Aunque más no sea porque no tocan intereses, no suscitan conflictos, no pisan callos. Sostenerse en hiperactividad permanente no es nada fácil y en estos meses algunas de las mejores iniciativas oficiales demoran en tener efectos virtuosos sobre la economía y la vida cotidiana de las mayorías (recuperación de YPF para paliar la sangría de divisas por la importación de combustibles, plan ProcreAr de construcción de viviendas, obligación para bancos y aseguradoras de destinar recursos a la producción, el empleo, las obras de infraestructura).

    Ante ese desafío, y siempre para mostrarse activo, afilado, atento a los estados cambiantes del ánimo colectivo, el Gobierno, además de gestión, necesita de más política, de más interpelación, más apertura, otro tipo de sintonía fina, la referida a la percepción de lo que ocurre con la sociedad. A contramano de esa necesidad, hay en cierto kirchnerismo una tendencia a engolosinarse en las propias virtudes reales o imaginarias, a hablarle no a la sociedad sino a la tropa propia, desde códigos propios. En términos institucionales, sucesorios y políticos, el kirchnerismo corre el riesgo de desgastarse también por vía de la enorme dependencia que tiene de la figura presidencial y de su sobreexposición.
    Hubo algunas señales de alerta que se dieron sobre algunos problemas antes los cuales el kirchnerismo no actuó a tiempo. Como venían “de la derecha” no pareció del todo verosímil hace tiempo que se perdieran apoyos sindicales, que el problema energético fuera tan grave como para condicionar la economía, que los recursos del Estado no eran infinitos. Si se sabía que la inflación del Indec no es la real o que el sistema ferroviario sobrevivía en estado de desastre. Que costaba seguir peleando contra los núcleos duros de pobreza.
    Se sabe que la oposición mediática encontró virtudes en Néstor que antes había negado, aquellas relacionadas, por ejemplo, con la atención constante al armado propio. La discusión sigue siendo posible. ¿Néstor fue más “pejotista” que Cristina? ¿Más realista o muchachero a la hora de juntarse y arreglar y pelearse y volverse a juntar con algunos? A la vez, sin embargo, Cristina seguramente logró una mejor empatía con ciertos sectores, valores y temáticas de las complejas clases medias.

    El desafío kirchnerista a la hora de hacer y abrir política no es sólo avanzar en la consolidación de Unidos y Organizados, una tarea imperiosa pero referida a la interna kirchnerista/peronista “amplia”. El desafío, otra vez, es evitar la tentación del encierro. Esa sensación es la que parece transmitir por momentos la batalla del 7/D (aun así es admirable la fortaleza con la que se pelea). No se trata de quitarle trascendencia a esa batalla sino entender y hacer percibir que hay otras muchas batallas que dar a la hora de invertir energía política en mejorarle la vida a la gente. Sobre todo teniendo en cuenta dos cosas. La primera, que hace un año Cristina ganó una elección por simple arte de buen gobierno y contra la corporación mediática, que no es omnipotente. La segunda: porque ya sea por el eventual surgimiento de nuevas dilaciones judiciales o por lo complejos que serán los procesos de desinversión, es muy posible que el 7/D no vaya a funcionar según los cánones de los viejos manuales, como aquel sonoro trompetazo que dividió la Edad Media de la Moderna. La historia se construye más humilde y complejamente, todos los días, desde múltiples tonos y espacios de acción. Un poco como lo sugería Néstor cuando hablaba de la recuperación económica, “pesito a pesito”.

    Fuente : Miradas al Sur 

    El precio de la libertad

    Por Eduardo Anguita

    El impresionante velero que lleva a los cadetes del último año de la Escuela Naval a navegar por los siete mares fue pensado a fines de 1952 durante el gobierno de Juan Domingo Perón. Dado que hacía muy pocos meses había muerto Eva Duarte de Perón, las autoridades pensaron que el buque escuela llevara su nombre. En diciembre de 1953 se formalizó el proyecto y, además de ratificar el nombre, se decidió que el mascarón de proa llevara la imagen de la Abanderada de los Humildes.

    En septiembre de 1955, cuando todavía no había sido botado ese buque, fabricado en la Argentina, se produjo la usurpación del poder por parte de facciosos que utilizaron el pomposo nombre de “Revolución Libertadora”. Ellos decidieron falsear la identidad del barco y llamarlo “Fragata Libertad”. También tuvieron la precaución de no dejar a Evita en el mascarón de proa y colocar en cambio una imagen inspirada en la iconografía libertaria basada en el cuadro de Eugène Delacroix llamado La libertad guiando al pueblo. Esa pintura se inspiró en las barricadas parisinas de julio de 1830, cuando el pueblo francés se levantó contra el rey Carlos X, quien había suprimido el Parlamento. La perversión de los golpistas del ’55 llevó a que ellos se valían de una imagen que en su esencia tiene mucho que ver con Evita pero querían malversar el sentido de la Historia: los militares y civiles que consumaron el golpe y suprimieron el Parlamento se valieron de una imagen que expresa a una mujer que lideró las luchas contra la supresión del Parlamento. De fondo, y más grave que eso, ese golpe de Estado secuestró el cuerpo de Evita y lo mantuvo escondido hasta 1971 cuando lo llevaron a Puerta de Hierro para entregárselo a Perón, quien confirmó, con espanto, que el cadáver había sido mutilado. Puede decirse, volviendo a la Fragata, que fue botada (1956) con su identidad suprimida. Vale la pena subrayar que el golpe de 1955 tenía el propósito explícito de colocar a la Argentina en la órbita de los intereses de Estados Unidos y de allí que, sin necesidad de tomar créditos, los golpistas alinearon al país con el Fondo Monetario Internacional y la poderosa comunidad financiera privada internacional. En aquella oportunidad, el entramado de intereses de golpistas y financistas logró secuestrar el alma de la fragata. Esta vez, 57 años después, un grupo de financistas con algún apoyo logístico, logró quedarse con el cuerpo de la fragata.

    El segundo secuestro del buque escuela de la Armada es obra y gracia de los fondos especulativos y las normas internacionales que defienden, a rajatabla, los negocios de las transnacionales.
    De no haber existido el Plan Brady (1992) y el compromiso de la dupla Menem-Cavallo de respaldar los bonos del Estado con todos los activos nacionales excepto “los bienes públicos de servicios esenciales”, cualquier barco o avión de bandera, entre otras tantas cosas, puede ser incautado si existe la orden de un juez que acepte la legislación internacional hecha a medida de corporaciones de corte neocolonial. Lo explicó con detalle Alejandro Olmos Gaona (Miradas al Sur 21/10/12): el tribunal arbitral al que se sujetó el gobierno (constitucional) de la Argentina cuando decidió emitir una deuda impagable y sus acreedores aceptaban compromisos incobrables. 


    Tal es el Ciadi (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones), creado para ser “una herramienta capaz de promover y brindar seguridad jurídica a los flujos de inversión internacionales”, tal como lo dice el Banco Mundial, el organismo madre del ente. Así, el mundo vive en la curiosa situación de que los criminales de guerra que usan uniforme de Estados Unidos se amparan en la legislación territorial de esa potencia y evitan ser juzgados por tribunales de otras naciones (incluso donde cometen los delitos), mientras que los fondos financieros especulativos se amparan en la justicia global.

    En diez días más, Estados Unidos renueva autoridades de gobierno. A nadie puede escapar que Mitt Romney, el candidato republicano, hizo una pequeña fortuna con fondos especulativos radicados en paraísos fiscales. Por ello, el impuesto a las ganancias lo alcanzó en una alícuota de apenas el 14,1% sobre sus beneficios de 2011. El promedio de ese impuesto para quienes invierten dentro del territorio estadounidense es de 41,7%; es decir, el candidato con serias posibilidades de triunfar paga tres veces menos que los millones que lo votan. En el caso concreto del secuestro del buque escuela de la Armada argentina, la esposa de Romney, Ann Davies, fue mencionada por una investigación de la revista norteamericana The Nation por haber depositado al menos un millón de dólares en el fondo especulativo Elliot Managment, cuyo presidente y accionista mayoritario es el millonario Paul Singer, aportante de la campaña de Romney y responsable directo que se presentó en los tribunales de Acra, la capital de –la ex colonia británica y miembro del Commonwealth– Ghana, y logró la incautación de la fragata en demanda de que las autoridades argentinas le paguen los bonos (en default) que adquirió en los llamados mercados secundarios de capitales.

    Éstas son algunas pinceladas de un escenario internacional complejo. En estos días se gastaron demasiadas páginas en mostrar las incomodidades sufridas por los pasajeros de la Fragata, como si ellos no fueran argentinos vulnerados por el garrotazo de un fondo especulativo y que, además, están comprometidos a defender los intereses de la Nación. Ellos, en todo caso, no fueron víctimas de las incomodidades, sino de las maniobras arteras de intereses de grupos privilegiados que atacan a la Argentina. También se escribieron algunas páginas destinadas a defender el nombre de algunos funcionarios y buscar chivos expiatorios en otros. Típicas notas periodísticas creadas en internas políticas que caen en un mezquino esquema que pierde de vista el escenario principal.

    En este encadenamiento de presiones, el viernes se conoció una sentencia de un tribunal de apelaciones de Nueva York a favor del mencionado fondo Elliot. El tribunal ratificó un fallo del juez Thomas Griesa, quien en febrero último consideró que los tenedores de títulos que no entraron voluntariamente en los dos canjes de deuda (2004 y 2010) merecen un trato igualitario. La decisión de Griesa fue apelada por la Argentina en julio pasado. Hay todavía un tribunal de alzada, que es la Corte Suprema de esa ciudad norteamericana, al que recurrirá el Gobierno Nacional. Respecto de las acciones legales de los fondos especulativos contra la Argentina, el canciller Héctor Timerman recordó el jueves pasado que hasta la fecha no prosperó ninguno de los 28 embargos pedidos por los fondos especulativos.

    La Armada en la mira. Volviendo a la fragata y pese a algunas turbulencias, da la impresión de que el ministro de Defensa Arturo Puricelli logró sobrepasar la andanada de críticas por el error cometido al dejar que la fragata hiciera puerto en Ghana y cayera en la emboscada del fondo Elliot. El jueves pasado, el mismo Puricelli habló por Radio 10, cuyos comunicadores se despacharon con toda clase de ataques arteros, como si todo el problema se remitiera a la impresión del Gobierno y desconociendo de modo olímpico la responsabilidad de los fondos especulativos. Pues bien, por Radio 10, Puricelli reconoció que le cabe la responsabilidad final de los puntos de desembarco del buque escuela. Aclaró que fue “a partir de una propuesta de la Armada”. Por estas horas hay muchos rumores sobre cuáles son los propósitos posibles de algunos mandos –en actividad y retirados– de la Marina. Sobre todo, porque tomó estado público que el fondo Elliot contrató un estudio de abogados en Sudáfrica a partir de que la corbeta Espora quedó varada “por desperfectos técnicos” en Ciudad del Cabo.

    Para no caer en voces intoxicadas, acostumbradas a desinformar, conviene reparar en lo publicado en Nuestro Mar, vocero oficioso de los retirados navales. En la edición digital, y con el título “Reducen los recursos mientras sigue la tensión diplomática”, la publicación dispara: “Con los 289 tripulantes de la Fragata Libertad retenidos en Ghana y 105 marinos de la corbeta Espora varados cerca del puerto de Ciudad del Cabo, el Gobierno piensa reducir las prácticas de entrenamientos y los movimientos de oficiales y suboficiales en las Fuerzas Armadas”. Es decir, ni una palabra de cómo defender los intereses argentinos –los barcos de la Armada– sino un ataque al Presupuesto Nacional, que es la llamada ley de leyes.

    “Así lo prevé el proyecto de Presupuesto 2013 –sigue Nuestro Mar– que está tratando el Senado y que recorta los días de navegación y las horas de vuelo previstos para la Armada y la Fuerza Aérea; según lo publicó La Nación”. De paso, se cuelga del diario de los Mitre, que tantos servicios hizo a la Armada en tiempos dictatoriales. Consigna la publicación naval: “Los pilotos tendrán 13.641 horas de vuelo frente a las 28.769 previstas para este año. Es una reducción del 47%, que preocupa a los oficiales de la Fuerza Aérea. Los barcos de la Armada tendrán 161 días para navegar y controlar los espacios marítimos y la hidrovía, cuando en 2012 se previeron 174 jornadas. Muy lejos de los 329 días con que contaban en 2011”. Es decir, la queja no es por haber cambiado la idea de que las Fuerzas Armadas estaban concebidas para reprimir al pueblo y estar preparadas para pelear contra países vecinos y ahora están pensadas para estar encuadradas en el pleno respeto a la democracia y pensar en fortalecer el Consejo de Defensa de la Unión de Naciones Suramericanas. No, Nuestro Mar pretende hacer creer que se trata de un legítimo reclamo gremial y enfatiza que “las actividades previstas para el Ejército se mantienen, en cambio, en los mismos niveles”. Como remate advierte que por “la crisis de la Fragata Libertad, que provocó la renuncia del titular de la fuerza, almirante Carlos Alberto Paz, y el pase a disponibilidad de dos jefes navales, la Armada también contará con menos recursos para el control aéreo del mar y de los ríos. La principal consecuencia es el desánimo que produce entre los oficiales y los suboficiales”.

    Más allá de las intrigas y sospechas sobre si hubo algún grupo de civiles y militares inducidos por el fondo especulativo Elliot, hubo un error en la decisión de que el buque escuela atracara en Ghana. Cualquier investigación seria al respecto debe contar con información que, al menos para este cronista, es altamente confidencial. Pero hay dos enseñanzas que deben quedar marcadas.
    La primera es que nadie debe estar relajado, porque los tenedores de títulos argentinos en default no son una patrulla perdida, sino uno más de los tentáculos de un capitalismo financiero que hace estragos en cuanto lugar del mundo puede. No se trata de una organización criminal secreta y peligrosa, sino de algo más delicado y complejo al que el economista norteamericano Joseph Stiglitz define como “una mezcla de ideología y de intereses que en Estados Unidos condujo a la liberalización y desregulación de los mercados financieros y a otras políticas ‘fundamentalistas de mercado’. Unas políticas que contribuyeron al elevado nivel de desigualdad e inestabilidad de Estados Unidos y que han dado lugar a unas tasas de crecimiento (económico) mucho menor que en décadas anteriores”. Esta frase está tomada de El precio de la desigualdad, donde Stiglitz desarrolla cómo el 1% de la población norteamericana tiene lo que el 99% necesita. Es más, hilando fino, el autor señala que cuando Estados Unidos recuperó la economía en 2010 respecto a la crisis de 2009, ese 1% se quedó con ¡el 93%! de la renta adicional. Es decir, no hubo recuperación de la economía sino beneficios extraordinarios de una pequeñísima minoría. El neoliberalismo ampara, cobija y patrocina a fondos como Elliot.
    La segunda enseñanza es que parece percibirse, una vez más, al menos en la superficie de la sociedad, de la vida política y de la circulación mediática, que la oposición está más preocupada por tomarse de cualquier dato para castigar al Gobierno. De allí que para el relato de los medios opositores, todo esto se remite a “un error”. Es decir, si alguien pisa una mina antipersonal no importa el terreno minado sino la falta de pericia para no sortear el explosivo. Es difícil saber cuánto impacta de modo negativo esta historia en el Gobierno Nacional. En primer lugar, porque la función del Poder Ejecutivo no es jugar a la batalla naval y cantar “tocado” o “hundido”, sino dar cuenta de sus actos administrativos y del proceso de toma de decisiones. En ese sentido, es posible que esto se haya saldado con la aparición pública del ministro Puricelli donde cargó con la responsabilidad. No obstante, hubo una sucesión de asuntos que pusieron en la superficie asuntos que no sucedían desde hace mucho tiempo o que fueron nuevos. Hubo, durante años, una presión por parte de ciertos sectores en actividad o de familiares de retirados para intentar frenar o desprestigiar los juicios contra responsables de delitos de lesa humanidad. Hoy, todo indica que esos movimientos no tienen ninguna fuerza. En cambio, la aparición de protestas de suboficiales de fuerzas de seguridad y también en grado menor de marinos es un llamado de atención. Las movidas de los uniformados nunca fueron ajenas a las movidas civiles. Entonces, no puede desligarse lo que pueda pasar en algunos cuarteles o mandos navales con las medidas promovidas por sectores adversos al Gobierno, que alientan desde cacerolazos de sectores con tradición antiperonista hasta paros de gremialistas de variadísimos orígenes pero que tienen en común plantarse de la vereda de enfrente del kirchnerismo. El estilo del Gobierno, al menos en esta etapa, es no promover debates, no prestarse a las explicaciones que surjan de prestar atención a miradas diferentes. El empeño del kirchnerismo está en señalar la manipulación mediática del Grupo Clarín a raíz de su negativa a adecuarse a la ley de medios. Una visión que sugiere de modo explícito la necesidad de alinearse con la Presidenta como paso imprescindible para evitar el avance de los intereses de sectores opositores. Si bien esto responde a una tradición del peronismo y al estilo kirchnerista, a juicio de este cronista presenta varias aristas negativas. La primera es que los procesos políticos no pueden basarse de manera sostenida en la incondicionalidad, sino que deben apoyarse en la diversidad, la negociación, el consenso y la ampliación de la base de sustentación con sectores que son aliados tácticos o temporales.

    La segunda es que contribuye a la idea de una línea divisoria entre propios y ajenos. La realidad argentina muestra que hay infinidad de asuntos públicos que no están todavía contenidos en eficaces políticas de Estado. Parte de ello se debe precisamente a la eficacia de los sectores financieros concentrados. Unos sectores que exceden por mucho a los fondos especulativos y que hacen a la debilidad del sistema financiero privado acostumbrado a altísimas tasas de intermediación y a no fondear los proyectos de largo plazo. Esos sectores financieros fueron los que ahogaron a los ahorristas en 2001. Muchos de ellos salieron con las cacerolas durante 2002. Diez años después no debería buscarse la confrontación con los caceroleros o los mal informados o los enojados. Más bien, puede hacerse un ejercicio de debate que permita a muchos de ellos no sentirse en la vereda de enfrente sino, al menos, en la duda de buscar representación en el kirchnerismo o en sectores aliados. Es, en definitiva, el precio de la libertad de elección en un sistema democrático asentado en una sociedad que exhibe altísimos niveles de desigualdad.



    Fuente : Miradas al Sur 

    Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

    Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

    Politica Obrera