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lunes, 4 de marzo de 2013

“El Caso Mariano Ferreyra trae al centro del debate todo lo que todavía falta”

 JUSTICIA POR MARIANO FERREYRA

Entrevista con la investigadora, docente y Doctora en Historia, Victoria Basualdo. “Mariano se convirtió en un símbolo de un montón de movimientos de trabajadores que denunciaron la precarización y tercerización”.

APU: Estuviste en el comienzo de los alegatos del juicio por el crimen de Mariano Ferreyra y quisiéramos que nos cuentes tus impresiones.

Victoria Basualdo: Este es un juicio histórico. Por primera vez en la historia argentina se enjuicia a una patota sindical, y a una cúpula de un sindicato a la cual se la acusa de ser artífice de este asesinato. Hemos escuchado en los alegatos un conjunto de pruebas realmente muy impactantes sobre la organización interna del sindicato, y el disciplinamiento a los propios trabajadores y a los militantes que apoyaban su organización.

En ese sentido creo que estamos hablando de un juicio histórico que además incorpora, no sólo a los acusados de la Unión Ferroviaria, sino también a los policías. Lo cual está hablando de toda una trama que afecta profundamente la posibilidad de organización sindical, la posibilidad de militancia en los lugares de trabajo. Para mí fue un honor poder estar presente en los alegatos, que se trasmitieron por Internet, lo cual me parece una gran iniciativa para que todos aquellos que no pudieron estar en la sala pudieran escucharlo en vivo de todas formas.

Fue muy emocionante, por un lado, el trabajo que hizo el equipo de abogados del CELS, particularmente Maximiliano Medina y Alberto Bovino que llevaron adelante el equipo y fueron la cara visible de los alegatos. Fue impresionante escuchar el análisis profundo y brillante del conjunto de pruebas y evidencias que se fue sumando en estos meses del juicio y que se entrelazó de una manera muy contundente, no sólo respecto del asesinato de Mariano específicamente y de la agresión de la patota sindical, sino además de cómo se vincula esto con problemáticas muy significativas del movimiento sindical y el entramado de impunidad en torno al funcionamiento de algunas organizaciones sindicales.

APU: En ese marco estaría incluido tu trabajo porque justamente lo que se hizo referencia en los alegatos fue el trabajo de los tercerizados y quedó muy claro cómo Pedraza está implicado en esas empresas que tercerizaban.

VB: Tal cual, lo que decís es muy importante porque por un lado está la estructura del movimiento sindical y esta transformación que vimos en estas últimas décadas que terminó con algunos de los líderes sindicales convertidos en sindicalistas empresarios. Es una de las líneas principales que tiene que ver con algunas de las problemáticas más grandes en el mundo del trabajo y la tercerización es una de ellas. La tercerización es un problema muy actual que con mucho acierto enfatizaron el equipo del CELS, la familia y en particular el hermano de Mariano, Pablo Ferreyra, así como los compañeros de militancia de Mariano. Todos ellos estuvieron presentando y entendiendo algo tan terrible como el asesinato de Mariano que toca personalmente y políticamente, como parte de un entramado mucho más amplio que tiene que ver con el fenómeno de precarización de las relaciones laborales y en particular de la tercerización que hoy son temas centrales. Por eso me parece que este juicio sintetiza toda una serie de cuestiones.

APU: Son temas centrales justamente a partir del juicio, de la militancia de Mariano y también cómo recuperó la familia esa discusión militante de Mariano con respecto a la tercerización.

VB: Totalmente, creo que eso es algo que hay que reconocer muchísimo. Me parece que enormes tragedias como ésta, que tienen gran impacto personal, se pueden recuperar de una manera que permita verlas en el marco de cuestiones mucho más generales que las engloban. Eso, aunque no puede reparar la pérdida de ninguna forma, permite al menos comprender lo que pasó en forma más profunda, y promover cambios hacia adelante. En importante ver a este asesinato en el marco del proceso de precarización laboral, entendiendo la tercerización como parte de la precarización laboral que afectó y afecta a grandes sectores de la clase trabajadora. Esto implica tratar de ver más allá un gran avance que se logró en los últimos años que fue el descenso de la tasa de desocupación, que claramente había sido el gran dato central de los años 90. La desocupación en los años 90 generó en ese momento un disciplinamiento muy fuerte que condicionó muy negativamente las posibilidades de organización y lucha. Cuando en la última década bajó la tasa de desocupación de una manera muy acelerada hasta niveles en torno al 7 u 8 por ciento en los últimos años, se produjeron cambios enormes en el mercado de trabajo y en el papel e impacto de la acción sindical. Lo que este caso trae al centro del debate es todo lo que falta, es decir, hay más trabajo pero cuál es la calidad de ese trabajo, cuáles son las posibilidades de organización de los trabajadores, cuáles son las fracturas heredadas de décadas de neoliberalismo que aún no se han alterado ni modificado en forma significativa.

Creo que este caso es muy emblemático, porque por un lado sintetiza los legados en términos de organización sindical que son muy complejos, donde algunos de los sindicalistas, no sólo no están defendiendo a los trabajadores, sino que están directamente implicados como patronales a partir justamente de la intervención de la Unión Ferroviaria en la Cooperativa Unidos del MERCOSUR, de donde eran estos trabajadores que estaban pidiendo su pase a planta. Claramente vemos que algunas de estas organizaciones y dirigentes, en lugar de defender a los trabajadores tenían en cambio intereses patronales respecto a ellos y los disciplinaron muy fuertemente. Pero además, el caso grafica la enorme fragmentación que existe en la clase trabajadora y creo que esto nos instala una agenda, cuestiones urgentes que hay que trabajar.

APU: Me interesó en el alegato cómo presentaban por qué la dirección sindical no acompañaba el reclamo de los trabajadores y cómo la empresa estaba implicada. Cómo se beneficia la empresa, y la Secretaría de Transporte a partir de que pagaban los salarios por medio de los subsidios que se le daban a las empresas. Pero también la idea que a la patota sindical lo que no le convenía era que entren estos trabajadores, porque ponían en riesgo su hegemonía política. Eso también se suma a la discusión.

VB: Exactamente, creo que estos intentos de disciplinamiento tienen muchos objetivos. Por un lado, el papel de patronal de parte del sindicato lo que implica es que estos trabajadores están amenazando sus niveles de ganancias pero por otro lado, el ingreso a planta también discute el propio funcionamiento sindical dentro de la Unión Ferroviaria, a partir del pase a planta de gente que los dirigentes no tenían controlada. Una de las cuestiones que se hablaron muy fuertemente en los alegatos, es el control de los ingresos acordados con las sucesivas patronales, en el marco de la relación estrecha entre la UGOFE y la Unión Ferroviaria. Esto se ve en muchos períodos de la historia Argentina, la relación entre determinadas direcciones sindicales poco representativas y las patronales, que tienen un papel central en estos procesos que muchas veces se olvida. Y además, me parece muy importante ver los enormes desafíos pendientes en términos del funcionamiento del Estado en la actualidad. Cuando hablamos del legado del neoliberalismo, no es únicamente un legado en términos de las transformaciones del movimiento sindical. Tampoco es solamente un legado en términos de las asignaturas pendientes en el mercado de trabajo, que son muchas, y la precarización tiene que esta en el centro y la tercerización es una de esas formas que afecta a la clase trabajadora. Hay que pensar también en la herencia no suficientemente reformulada de las décadas neoliberales respecto de este estado. Creo que hoy, 22 de febrero del 2013 se vuelve especialmente visible a partir de la conexión enorme entre este caso que estamos viendo que involucra a trabajadores del ferrocarril con el primer aniversario de la tragedia de Once, un tema tremendo y lamentable que creo que es fundamental acompañar. En este hecho también existe una conexión con un funcionamiento muy deficiente de determinadas instancias estatales que no cumplen su función básica e indispensable en términos del control sobre determinados empresarios y sus prácticas nefastas. No podemos dejar de conectar las acusaciones sobre la Secretaría de Transporte y el comportamiento de los funcionarios respecto a la inversión y a las formas de prestación de un servicio tan esencial, con las cuestiones tremendas sobre las condiciones de trabajo en el caso de los tercerizados que terminaron en la muerte de Mariano.

APU: En el caso de los tercerizados ¿Te parece que en estos últimos años se ha trabajado para intentar evitar este tipo de contratación?

VB: Creo que hay iniciativas importantes desde distintos frentes. Este caso de algún modo visibiliza tendencias que estuvieron ahí. Realmente una de las cosas que muestra el caso Ferreyra, es que existieron muchas luchas contra la tercerización. De algún modo, Mariano se convirtió en un símbolo de un montón de movimientos de trabajadores de distintas actividades económicas que denunciaron la precarización y tercerización. Grandes sectores se vieron afectados por la tercerización que implica una subcontratación, es decir, la fragmentación del proceso productivo, la fragmentación del proceso de trabajo que hace que parte de las tareas que antes caían bajo la órbita de una sola empresa madre, ahora, sean responsabilidad de distintas empresas.

Por lo tanto los trabajadores en lugar de depender de una sola empresa que fija condiciones para todos ellos, empiezan a depender de una multiplicidad de empresas sin aparentes relaciones entre sí, cosa que en muchos de los casos es falsa. Lo que sucede es que los trabajadores pertenecen a distintos establecimientos laborales y las cuestiones del tipo de encuadramiento, la posibilidad de organización y las condiciones de trabajo y salariales son totalmente diversas. Es un fenómeno que se vino acentuando definitivamente en las últimas décadas en toda América Latina y es un tema por el cual distintos sectores de trabajadores han luchado en forma importante, aunque muchas veces de manera poco visible.

Se han hecho muchas denuncias por estas cuestiones, ha habido muchos conflictos por tercerización, por precarización laboral, pidiendo la incorporación a planta y el acceso a los derechos básicos, no sólo rechazando la subcontratación, sino también otras formas de precarización laboral, como los casos de contratación. El contrato es una figura muy presente, no sólo en el sector privado, sino también en el sector público, no sólo en empresas de servicios, sino también en empresas industriales, estamos hablando de una precarización laboral muy extendida. A pesar de que en la última década existió una preocupación muy centrada en la recuperación del empleo, distintos sectores de trabajadores en los últimos años plantearon y discutieron formas de lograr cambios en torno a la calidad de ese empleo.

Sin embargo, a pesar de que distintos trabajadores y sindicatos lo han planteado, a mi juicio falta mucho en términos de políticas estatales activas en este sentido, creo que es una pelea para incluir en la agenda. Me parece que aún se sigue pensando centralmente en sostener el empleo que no es para nada menor, porque permite todos estos procesos de organización de la que hablamos, pero que no es suficiente. En los 90 mantener el empleo era el gran objetivo de toda movilización, pensar en subas salariales o en las condiciones de trabajo era algo mucho más inalcanzable de lo que es ahora. Pienso que no hay que quedarse conforme con esto, sino que en un marco de ganancias empresarias que son muy altas en muchos de los rubros, es necesario avanzar aún más. Creo que la clase trabajadora tiene que retomar este ejemplo de muchos sectores que están discutiendo condiciones de trabajo y fortalecer esta línea para desde ahí apelar al Estado y que éste se haga cargo, más de lo que se está haciendo.

APU: Días pasados hablábamos con Roberto Pianneli sobre el tema de Mariano Ferreyra, que quizás una de las tareas más importante para los sindicatos es luchar por conseguir mejoras en las condiciones laborales ¿Cómo ves el trabajo que se hace desde los sindicatos sobre las cuestiones de precarización laboral?

VB: En términos globales creo que es insuficiente, aunque se está avanzando y hay varios sectores sindicales que se han movido mucho en este sentido, como es justamente el caso de Beto Pianneli y el sindicato del subte, muy claro y emblemático en este sentido. Ellos llevaron adelante una lucha contra la tercerización en el subte que fue muy exitosa pero creo que en términos globales y de las grandes organizaciones sindicales, es una asignatura que hay que retomar. Habrás visto que en términos de la agenda sindical, la cuestión es la pelea por el piso mínimo del impuesto a las ganancias o la pelea por los ajustes salariales de acuerdo a la inflación, mientras que las cuestiones de condiciones de trabajo, formas de contratación y precarización quedan muy atrás. En este sentido, creo que sería muy importante que las organizaciones sindicales avanzaran en una visión integral de los problemas que aquejan a la clase trabajadora, que no se restringieran a sectores específicos que están en determinada situación.

En los últimos años, las grandes fracturas sindicales como las de la CGT y la CTA, han dificultado enormemente la construcción de consenso de programas mínimos que permitan articular distintos sectores. Las diferencias en el seno del movimiento sindical no son necesariamente problemática. De hecho, siempre existieron distintas corrientes, y posicionamientos pero en todo caso es fundamental encontrar puntos en común y formas de articulación porque la cuestión que siempre está olvidada y siempre se deja de lado es qué sucede con los empresarios. Acá hay una relación capital trabajo que es central y que permanentemente queda desdibujada y olvidada.

Me parece que justamente para poder enfrentar a los sectores empresarios de una manera coherente y disputar frente a ellos la participación de los trabajadores en el ingreso nacional, y garantizar sus condiciones de trabajo y de vida, es imprescindible elaborar una agenda completa que no sólo tenga en cuenta las demandas para subir el mínimo no imponible para el impuesto a las ganancias, y los salarios de acuerdo a inflación, sino que además incluya las demandas de otros sectores que no están preocupados por ganancias sino que están preocupados por sus pobrísimas condiciones de trabajo, por sus condiciones precarias de contratación o directamente porque están trabajando en negro. Hay todavía un tercio de los trabajadores en negro o sea que no estamos hablando de precarización ni de formas contractuales, estamos hablando de trabajo en negro, trabajo no registrado, que implica no sólo niveles salariales significativamente más bajos, sino además una desprotección y una pérdida total de derechos tanto en términos de formas de trabajo como en lo que se refiere a posibilidades de organización. Creo que incluir dentro de la agenda principal a este conjunto de trabajadores en negro y los que aún en blanco están enfrentando condiciones de alta precarización es imprescindible.

Fuente : Agencia Paco Urondo

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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