Tela para cortar

Por Fernando Bercovich. El viernes pasado la presidenta inauguró las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. Un repaso por los puntos centrales del discurso de cara al décimo año de gobierno kirchnerista y las elecciones legislativas de octubre.

La inauguración de las sesiones ordinarias del Congreso por parte de Cristina Fernández el pasado viernes dejó mucha tela para cortar. Sus discursos ante la Asamblea Legislativa, desde que asumió la presidencia en 2007, nunca fueron superfluos ni se acotaron a un simple formalismo institucional. Lo distintivo en este caso es la certeza de que dentro de un año la jefa de Estado se sentará frente a otro Congreso resultante de las elecciones legislativas de octubre.

Un juego de expectativas fue lo que sirvió como preámbulo de las casi cuatro horas de discurso de la presidenta. Lo mismo había sucedido el año pasado. La re-estatización de YPF era el anuncio que muchos adelantaban como desenlace del conflicto que se venía dando con Repsol en los meses previos. Finalmente la medida no fue anunciada sino hasta abril y de manera parcial ya que el proyecto ordenaba que solamente el 51% de la empresa petrolera volviera a manos del Estado.

Esta vez la expectativa estaba puesta en la reforma judicial o, en palabras kirchneristas -porque el kirchnerismo hace tiempo que elabora sus propias categorías- en la democratización de la justicia. La premonición esta vez no fue del todo errónea, aunque quizás inexacta, ya que el pago del impuesto a las ganancias por parte de los miembros del Poder Judicial no será incluido en los proyectos de Ley anunciados. La revisión de este punto quedará a cargo de la Corte Suprema, la cual congeló el proyecto hace más de una década, recordó CFK.  ( los juecs no van a pagar nunca ganancias y hasta Zaffaroni hablo en contra diciendo que paguen los juecves nuevos solamente ya que a los nuevos no se les afecta el salario previo )

Así como los cruces entre gobernadores y Repsol sirvieron para crear las expectativas el año pasado, esta vez las sucesivas medidas cautelares otorgadas al grupo Clarín y la no aplicación plena de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) parecen haber allanado el camino para poner en marcha la reforma de ese poder. Muchos se preguntan si esta iniciativa se hubiese concretado de no ser otorgadas aquellas cautelares. Son los mismos que se preguntan si la LSCA hubiese existido de no romperse la alianza entre el gobierno y Clarín allá por 2008.  

Lo cierto es que días antes, en un encuentro del colectivo Justicia Legítima encabezado por la Procuradora General de la Nación Alejandra Gils Carbó, hubo profundos debates acerca del funcionamiento de la justicia. “Después de esto, creo que ningún juez puede tomar un empleado sin hacer un concurso”, había concluido la defensora general de la Nación, Stella Maris Martínez, en sus palabras de cierre del encuentro. El espíritu de los proyectos elaborados por el Ejecutivo seguramente será ese. Y la conformación “por voto popular” del Consejo de la Magistratura seguramente será lo más discutido dentro y fuera del recinto en los próximos días.

Más allá del anuncio de la reforma judicial que, con criterio cinematográfico, ocupó la última parte del discurso, puede decirse que a grandes rasgos, se trató de una exposición de los logros alcanzados por el gobierno durante los casi diez años de gestión. Sin embargo, no hubo un balance ni un planteo de metas como reclamaron varios referentes de la oposición. La palabra inflación no fue pronunciada y los logros económicos fueron expresados sin tenerla en cuenta. De esta manera la presidenta sostuvo que el Salario Mínimo Vital y Móvil aumentó 1338% (más de 13 veces) pero no hubo mención al salario real ni al porcentaje de trabajo no registrado que no se ve afectado por la fijación del salario mínimo. La seriedad en el rostro de Facundo Moyano a lo largo de todo el discurso quizás se deba a este hecho, o a la incomodidad de no saber bien adonde uno está parado.

Guiños y retos

No faltaron en el Congreso Nacional guiños y retos de distinta clase por parte de la oradora. Pero, al contrario de lo esperable, los guiños no fueron para propios y los retos no fueron para ajenos.

Daniel Scioli fue interpelado por la presidenta al momento que mencionó los sucesivos pagos de la deuda realizados durante su gestión. Mencionó, en ese contexto, que también había sido política del gobierno nacional la quita y reestructuración de las deudas provinciales: “De los 10 mil millones de quita a todas las provincias, 4.134 millones fueron para la provincia de Buenos Aires. Doy este ejemplo para desmitificar algunas cuestiones que uno por allí escucha”.

Por su parte el intendente de Tigre, Sergio Massa, también fue mencionado durante la exposición del viernes. La presidenta se encargó de criticar su gestión en seguridad, mascarón de proa del ex jefe de gabinete, a raíz del enfrentamiento entre dos bandos de la barra brava de Tigre que dejó como saldo un fallecido. Las cámaras, recordó CFK, estaban dañadas al momento del enfrentamiento. Esto fue rápidamente vinculado al hecho de que una de las fracciones de la barra responde al intendente. Los guiños, en cambio, fueron para dos congresistas radicales no kirchneristas: Ernesto Sanz (senador por la provincia de Mendoza) y Ricardo Gil Lavedra (diputado por la ciudad de Buenos Aires). Al mendocino lo interpeló al mencionar la necesidad de que los jueces comiencen a tributar ganancias, tópico que según apuntó la presidenta, no divide a oficialistas y opositores. A Gil Lavedra también lo mencionó mientras anunciaba la reforma judicial pero en torno a las medidas cautelares. Lo calificó como un excelente abogado que está al tanto de que las medidas de ese tipo se han utilizado como estrategia para trabar iniciativas de los gobernantes. Ambas menciones están orientadas, sin dudas, a buscar el apoyo de una parte de la oposición para que los proyectos enviados sean aprobados lo más rápido posible.

Cabe agregar que la creacion de tribunales de casación en todos los fueros , ademas de sacarle laburo a la Corte lo que termina es buroicratizando mas la justicia y extendiendo los tiempos judiciales de todas las causas . Por otro lado no hay mención alguna a como abrie el acceso de justicia a los sectores populares , el acceso a la justoicvia sigue siendo solo de los sectores medios y altos . Una cosa es Badaro que logro una sentencia y otra los millones de jubilados que cobran la minima y jamas hicieron juicio porque ni siquiera se dan cuenta que los recagò el estado argentino.

Fuente: Marcha