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lunes, 15 de abril de 2013

Socialismo por seis años más


Por Federico Larsen desde Caracas.

Nicolás Maduro fue ratificado al frente de la República Bolivariana de Venezuela, tras ser indicado por Chávez como su sucesor. Un periodo de grandes cambios y consolidaciones.

“La historia continúa”, fue la frase con la que Nicolás Maduro cerró la conferencia de prensa que brindó tras votar, cerca de las 14 de ayer en Caracas. Una premonición que terminó de cumplirse cerca de las 23 horas, cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE) dio su primer y definitivo parte de los resultados de los comicios en Venezuela.



Maduro se impuso por unos 300.000 votos sobre el candidato opositor Enrique Capriles, y se consideró el legítimo ganador de estas elecciones presidenciales. ¡Misión cumplida comandante Chávez!”, gritó el presidente venezolano ante la multitud concentrada en el Palacio de Miraflores, un lugar tradicional para los actos post electorales de la revolución bolivariana. Desde allí, Hugo Chávez lanzó todos los discursos luego de los 18 comicios que el socialismo venezolano enfrentó en 14 años de gobierno. Pero, como recordó el mismo Maduro, ésta fue la primera ocasión en que el líder bolivariano estuvo ausente. Algo por lo cual el oficialismo decidió no utilizar el tradicional balcón del pueblo, y montar un escenario en un costado de del palacio.

“Aquí estoy en Miraflores, voy a cuidar esta casa para que siga siendo la casa del pueblo”, expresó Maduro durante su discurso, teñido sin duda por el reconocimiento de una fuerte disminución de las distancias con el partido opositor. El 'Candidato de la Patria', como su propio comando de campaña lo definió, logró el 50,7% de los votos, contra un 49,1 de Capriles, con un 78% de afluencia. “Que no nos agarren apuros por los análisis”, advirtió Maduro, previendo la catarata de impresiones derrotistas de propios y ajenos surgidas de la comparación con la diferencia obtenida por Chávez en octubre pasado respecto al mismo adversario. “Tenemos un triunfo electoral justo, legal y constitucional”, agregó.

Durante su discurso, también advirtió la oposición. “Sepan administrar el resultado que han obtenido, con humildad, sin prepotencia. No queremos violencia, llamamos a la paz. Al respeto a las instituciones; al respeto a los resultados”, uno de los temas candentes por estas horas.



El candidato opositor se negó a reconocer la derrota “hasta que no se haya auditado el 100% de los votos”, un requisito que Maduro aceptó de inmediato. Pero mientras tanto, será él quien continuará la conducción del país, y llamó al pueblo a movilizarse hasta el 19 de abril, día de su asunción. Un eje, el de la movilización y empoderamiento popular, que recorrió su discurso de principio a fin.

“Sólo con poder popular podremos construir patria”, aseguró, dejando entrever que ante la avanzada majunche -sobrenombre que los chavistas utilizan para indicar a los conservadores y que significa inútil-, la estrategia se basará en fortalecer la construcción de las amplias redes político sociales que el socialismo venezolano ha logrado tejer en los estratos populares del país. Un empoderamiento popular que ha dado enormes resultados en la lucha contra la pobreza en Venezuela pero que lejos está de someterse a las lógicas electorales que el chavismo ha siempre decidido aceptar.

Luego de una maratónica campaña, que en sólo 9 días lo llevó a celebrar 25 actos en todos los rincones del país, Maduro anunció la formación de un 'gobierno itinerante', que recorrerá el país encontrando directamente a las poblaciones de los distintos Estados venezolanos para “resolver con el pueblo” los obstáculos que impiden el avance de la revolución bolivariana. Asimismo dejó entrever la intención de profundizar el trabajo de las misiones de vivienda, salud y trabajo barrial, así como el trabajo de las comunas. “Seguimos en el rumbo de un socialismo cristiano y bolivariano”, aseguró parafraseando al mismo Chávez.

El nuevo presidente no escondió cierta preocupación con respecto a la tensión desatada por la oposición ante el resultado electoral. Una crispación construida previamente, según denunció el mismo Maduro en su discurso.

Buena parte de la actualidad venezolana estuvo en estos días vinculada al proyecto de normalización de Corpoelec, empresa proveedora de energía eléctrica militarizada desde la semana pasada tras el descubrimiento de una serie de sabotajes llevados adelante por algunos de sus empleados y directivos. 14 personas han sido detenidas “con las manos en la masa”, y en su cierre de campaña Maduro prometió “dar vuelta como una media” la empresa desde el mismo lunes 15, para evitar “el sabotaje interno” contra la ciudadanía.

Casos como el de Corpoelec han tenido banca durante toda la previa a las elecciones de ayer. Los 120 paramilitares colombianos arrestados en territorio venezolano con uniforme del ejército bolivariano mientras se dirigían hacia Caracas; las denuncias acerca de la presencia de mercenarios salvadoreños en el país descubiertos tras las escuchas de conversaciones entre legisladores opositores y coroneles retirados del país sudamericano; la negativa del centroderecha a firmar el entendimiento propuesto por el CNE sobre el reconocimiento del resultado electoral por parte de todos los partidos; y los cuestionamientos del mismo sector hacia el propio CNE y hasta la UNASUR, han sido sólo parte de los episodios que hacían del día de ayer una jornada sin duda 'picante'.

Ahora se espera que el gobierno comience a trazar la ruta de su nueva gestión. Que sobre la base del Programa de la Patria escrito por el mismo Chávez el año pasado y ratificado por el voto de ayer, ya tiene los temas en los que el oficialismo ha decidido poner el foco.

La inseguridad aparece como prioridad en el trabajo que el ejecutivo comienza a partir de hoy. El mismo Maduro aseguró que más de 400 grupos de jóvenes han decidido dejar la criminalidad para sumarse al trabajo gubernamental en la campaña de desarme impulsada por el propio Chávez en los últimos años. La economía, sigue en la lista de temas 'calientes' para el nuevo gobierno, que prevé estimular la inversión, especialmente en el sector de la tecnología, donde ya habría tres empresas interesadas en instalarse en el país socialista. Y la construcción de un mundo multipolar, con Venezuela como potencia, entre otros temas.

El de las relaciones internacionales -sector en el que Maduro cuenta con la experiencia de seis años al frente de la cancillería de ese país-, es quizás uno de los ítems más requeridos en estas horas. El reconocimiento internacional de la victoria de Maduro descomprime la situación y limita el rango de acción del candidato opositor. Un factor clave, construido durante años por el gobierno de Chávez, para avanzar en el establecimiento de un ejecutivo sólido y con apoyo regional.

Así, en una noche de grandes sorpresas para el continente entero, la revolución bolivariana fue ratificada en Venezuela con una serie de grandes desafíos por delante. Primero de todos, su profundización, para evitar sustos como los de ayer. Fuente: Marcha

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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