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martes, 4 de junio de 2013

La historia se repite, primero como tragedia ¿y después?


Por Agustín Fungi.

Se acercan las elecciones legislativas, la prueba previa del kirchnerismo y varios de sus jugadores de cara al 2015. Las disputas al interior de ese conglomerado. El "pueblo como único heredero".

El 12 de junio de 1974, ante una plaza colmada de manifestantes, el gral. Juan Domingo Perón anunció la frase que marcó a fuego la continuidad del peronismo para los próximos años: “mi único heredero es el pueblo”. El 25 de mayo, 39 años después de que el General diera su último discurso, Cristina Fernández de Kirchner, ante una plaza también repleta de militantes, cerró el acto diciendo “que no soy eterna” y que “es necesario empoderar al pueblo para que estas reformas y conquistas nunca nadie más pueda arrebatarlas”.

Suenan raras las palabras en alguien que siempre decidio sola y en un circulo de 3 personas como mucho todas sus acciones de gobierno  , empoderar es que el pueblo decida por lo cual a mi me suena un contrasentido con alguien que maneja el poder en forma tan cerrada y sin dar ninguna participacion al pueblo , nunca desde Alfonsin en 1984 y el Beagle se llamo a una consulta popular por un tema para que el pueblo decida su destino.

Las tensiones y los límites peronistas

Había pasado ya un mes y medio desde que Perón había echado a Montoneros de la plaza de Mayo, luego de dar su primer discurso tras 20 años de exilio. Las relaciones al interior del movimiento estaban cada día más tensas y los rumores sobre la enfermedad terminal de Perón hacían que las diferencias sobre la continuidad del legado se dirimieran a sangre y fuego. El resultado: una escalada de violencia entre la izquierda y la derecha peronista que tuvo su fin, al menos en la forma que se venía dando, con el golpe militar del 76.

Con el retorno de la democracia, y con el peronismo con la mayor parte de sus cuadros políticos asesinados o desaparecidos, al alfonsinismo le fue muy fácil llegar al gobierno. Con el transcurrir de los años, luego de los enfrentamientos entre Cafiero y Menem, con un Partido Justicialista unificado, el peronismo pudo volver al poder. Pero esta vez a Menem se le presentó un dilema: cómo lograr el consenso para la re-reelección cuando el conductor del PJ bonaerense no lo apoyaba. La dialéctica entre la Nación y la provincia siempre fue una relación difícil de sintetizar. Y así fue que Menem no pudo presentarse a elecciones y Duhalde se enfrentó a De La Rúa en el 99. El peronismo volvía a dejar el poder.

Pero como la vida siempre da revancha, en medio de la crisis y las rebeliones populares del 2001, Eduardo Duhalde logra asumir la presidencia con todo el apoyo del PJ de la provincia. Meses más tarde adelantará su salida a través de elecciones presidenciales en el 2003, luego de la masacre del Puente Pueyrredon, sin tener verse en el dilema de la sucesión presidencial.

La continuidad del modelo

Hoy la realidad es completamente distinta a la del 74. Cristina no está enferma ni los conflictos se resuelven a través de la violencia política; pero los problemas son similares a los que enfrentó el peronismo en aquella época: la convivencia de fuerzas políticas de las más variadas vertientes ideológicas que se están disputando el protagonismo y la apropiación simbólica del gobierno kirchnerista. A su vez, se le suma el problema histórico del peronismo de cómo garantizar la continuidad de un modelo político a lo largo del tiempo una vez venido el mandato.

El sábado pasado Cristina anunció que para el gobierno, al igual que para Perón, el único heredero es el Pueblo. No es la juventud de la Cámpora ni los gobernadores del norte argentino que posaron atrás de Cristina en el palco durante su discurso. No es la clase trabajadora ni el empresariado nacional o transnacional; es el Pueblo. Así se conformó el gobierno en sus orígenes y de la misma manera se encuentra ahora. El “pueblo” colmando la plaza y el “pueblo” llenando los palcos.

Pero el pueblo, al igual que el modelo, son símbolos que desde hace tiempo se encuentran en disputa al interior del kirchnerismo. Quiénes son los representantes del pueblo y del modelo kirchnerista es una pelea que, de manera similar que en otras décadas de la historia, tiene su round de pelea en la provincia de Buenos Aires, sede del principal candidato mas visible para suceder a Cristina que existe hoy en día: Daniel Scioli.

Desde Unidos y Organizados, los primero rounds de batalla los empezó a dar el vicegobernador Mariotto, criticando la política de seguridad bonaerense y la situación denigrante que viven los presos en las cárceles provinciales. En estas últimas semanas, otro que tomó la posta en la pelea es el Roby Baradel. No es casual que de repente el Secretario General de SUTEBA se haya vuelto el sindicalista más combativo de la provincia para defender los salarios de los docentes, más allá del paupérrimo aumento que otorgó la gobernación.

De esta forma, la política de Unidos y Organizados apunta a desgastar a los posibles candidatos por derecha que pueda tener el kirchnerismo, a la vez que van reacomodando su piezas por fueras y por dentro de las estructuras del PJ. Rompiendo a veces, y arreglando en otras, el progresismo krchnerista va tratando de hacer su propio camino en la interna tratando de ganar terreno. Pero la historia peronista brinda algunas enseñanzas: salvo que haya una participación y movilización popular que desborde o se contraponga a las estructuras del PJ, es muy difícil llegar al gobierno nacional por izquierda. Al progresismo kirchnerista se le presentan dos alternativas si pretende profundizar la tanta veces nombrada “década ganada”: tratar de disputar la conducción con un candidato propio que supere a las aspiraciones sciolistas o bien volcarse a la resistencia con otras fuerzas sociales y políticas que le permitan la construcción de una alternativa por fuera de la política tradicional, superando los márgenes impuestos por viejas alianzas políticas.

El jueves pasado, en un acto de campaña, Cristina empezó a desnudar esta encrucijada: “a mí no me defienden algunos dirigentes”, que “cuando dicen las cosas que dicen de mí o de mi compañero, miran para otro lado. Yo no me hago más la estúpida, no crean que soy estúpida”, en lo que fue un claro revés hacia el gobernador de la provincia por no bancarla y quedar siempre impoluto ante las ultimas denuncias de corrupción. Al parecer, Cristina está dispuesta a intervenir en la contienda. Un tirón de oreja a Daniel justo a tiempo, que impida que se quiebre el kirchnerismo, parece mejor opción que levantar a Zannini como candidato tal cual pretende Unidos y Organizados. Es mejor un kirchnerismo unido que pierda las elecciones en el 2015 a un kirchnerismo fragmentado que también sucumba en la derrota.

Fuente : Marcha

2 comentarios:

Daniel dijo...

No es la primera vez que emparentás lo plebiscitario como forma excluyente de expresión de la voluntad popular. Y el voto regular a los representantes, que es?
El tema Beagle fue totalmente amañado y propagandeado. Un fraude donde metieron de cabeza a la población.

Javier dijo...

OK si queres lo emparento con la militancia participoando de las decisiones ya que no te gusta que los hagan todos los argentinos , sobre todo cuando la democracia representativva con las nuevas tecnologias no deberia tener razon de ser si todos podrian dar su opinion y votar als leyes millones de argentinos y no solo 254

Que militante salio a pedirle a Cristina la estatizacion de YPF ? Cuando convoco ella a la gente a marchar a la plaza para recuperar el petroleo , supuestamente Nestor Kirchner le dijo a Pino Solanas si llenas la plaza yo la estatizo

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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