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jueves, 6 de junio de 2013

La opinión al poder


Entrevistas  Por Fernando Bercovich.

Eduardo Fidanza, sociólogo y director de Poliarquía, tuvo una extensa charla con Marcha. En esta primera entrega habla de Cristina, de Scioli, y de la influencia que pueden llegar a tener los resultados de sus propias mediciones en la conducta de políticos y votantes.

Poliarquía es una de las consultoras de opinión pública que ha logrado mayor prestigio en los últimos tiempos por haber acertado los resultados de las últimas dos elecciones.

- ¿En qué medida pensás que las elecciones de octubre pueden condicionar al gobierno de cara a las presidenciales de 2015?

Diría dos cosas. Primero, hay un cambio, o la presunción de un cambio respecto a las elecciones. Hacia octubre o noviembre del año pasado comenzó una recuperación lenta de la imagen de la presidenta. Hacia febrero-marzo, uno podía pensar en una eventual victoria del kirchnerismo en las elecciones de octubre. Entonces hasta hace tres meses se podía pensar perfectamente que el gobierno nacional podía sacar una diferencia.

¿Qué sucede ahora? Hay una caída de la imagen del gobierno, de la evaluación de Cristina Fernández de Kirchner (CFK), y estaríamos viendo (uso el condicional porque no tenemos mediciones de intención de voto que hoy sean confiables, tenemos sólo estimaciones) un descenso de la intención de voto, que si la fijábamos, para la provincia de Buenos Aires, en torno a un 40%, ahora hay que calcular por lo menos 5 puntos menos. Y eso equilibra las chances y acerca a este escenario al de 2009.

- ¿Y cuáles serían las consecuencias de una eventual derrota o victoria del kirchnerismo?

Como consecuencias de estas elecciones se pueden suponer dos escenarios: uno donde de acá a las elecciones volviera a haber una recuperación de la imagen del gobierno y así estar en condiciones de ganar las elecciones de medio término.

Yo creo que gane o pierda, en una perspectiva de pensar en 2015, no creo que haya una influencia muy grande en términos políticos. Porque acá había un elemento que se podía introducir para cambiar la cuestión. Esto era una eventual reforma de la Constitución con clausula de re-re elección. , porToda la evidencia que nosotros acumulamos es que eso no puede ser. Si hubiera un triunfo espectacular del gobierno en octubre, esto sí puede dar lugar a una reforma. Pero esto no lo veo posible porque estamos en la probabilidad de una victoria ajustada del oficialismo o de una derrota. Lo que creo es que la presidenta entra en un ciclo o una fase final, que lejos del tono dramático, yo le digo "final administrativo". Porque tiene que ver con el cumplimiento de su período con imposibilidad constitucional de acceder a uno nuevo. Creo que ahí lo que pasa es que se abre una etapa de lo que llamaríamos una transición donde se verá qué pasa.

Por eso, una evaluación del gobierno siempre es en relación con las intenciones que tenga. Si la presidenta se propone, como a veces parece, completar su mandato y decidir quién podría ser su sucesor, con toda la fuerza política que tiene, que no es poco importante, yo diría que a la luz de la experiencia como analistas de opinión, la verdad es que no está nada mal sacar entre un 30% y un 40% de votos. Pero esa fortaleza relativa se puede convertir en debilidad si lo que se quiere para adelante es permanecer luego de 2015.

- ¿Qué es y qué características tiene lo que llamás el núcleo duro kirchnerista?

No sólo yo, muchos colegas hablan de ese núcleo duro. Eso sale porque cuando uno analiza las encuestas, ve que hay un núcleo duro kirchnerista que siempre ronda el 30% y nunca es menos del 25%. Y ahí hay algo interesante que es conectarlo con lo que pasó en la década de 1990. Finalmente Menem se quedó con su núcleo duro del veintipico por ciento y no le alcanzó. Ahora bien, hoy el kirchnerismo tiene más que eso. A pesar de que en este momento observamos una caída importante de la imagen de la presidenta.

- ¿Ese núcleo duro votaría a Scioli si CFK decide que él sea su candidato, como es uno de los escenarios que vos planteás?

Eso no lo puedo saber. Vos ahora tenés ese núcelo duro pero también hay otro del justicialismo que en algún momento era de un 20%. Cualquier elección presidencial, sacando la de 2003, que fue anómala, lo mínimo que sacó el peronismo fue un 38% con Duhalde en 1999. En 2003, que fueron fragmentados, si sumás los 3 candidatos peronistas tenés el 60% de los votos. O sea que tenés al núcleo duro del kirchnerismo, tendrías que sumarle lo que llamaríamos el voto cautivo peronista.

¿Si poyarían a Scioli? Bueno, yo creo que si CFK y Scioli confluyeran, lo cual parece difícil, y sí, yo creo que lo más probable es que ese núcleo duro se conserve y se sume parte de la otra porción del peronismo del que hablábamos. Lo que hay que ver es qué compondrían Scioli y CFK. Lo que yo creo es que sería una remake de Néstor y Scioli. Hoy las combinaciones son tantas que es muy difícil estimar.

- ¿Cuánto pueden incidir las encuestas de imagen e intención de voto en la conducta final de los candidatos y de los votantes?

La experiencia de Poliarquía es que las encuestas nuestras suelen tener una influencia bastante grande sobre todo en los políticos. Nosotros hemos salido a decir cosas como que CFK ganaba en el 2005 por veintipico de puntos, que Néstor perdía por 5 puntos, y en general lo que uno recibe es que los que aparecen en los primeros lugares se sienten reforzados en sus chances, y los que aparecen últimos se sienten aún más disminuidos. En general igual creo que no influye demasiado. Por ejemplo, una fuerza que tiene 10%, que se sepa que tiene ese porcentaje dos meses antes no creo que le impida llegar a 25%.

- Pero quizás alguien que iba a votar una fuerza de menor envergadura comienza a especular con los resultados que ve en la encuesta y vota en función de ella.

Sí, eso puede pasar. Pero es una influencia que no puedo estimar. No voy a decir que no existe. Nosotros como hemos tenido la suerte de hacer pronósticos acertados, estos son recibidos por la clase política como impactantes, sean o no los resultados que esperan. En general a los que les damos buenas noticias nos quieren más y a los que no, no nos quieren nada. Pero creo que es difícil hacer retroceder a la política a una etapa pre-sondeo.

Cuando uno dice, buen, que no haya sondeo los últimos 60 días y sí, se puede, pero me parece que la tendencia es algo parecido a cómo influyen las redes sociales hoy en las manifestaciones populares o hasta en la realidad amorosa de la gente. Son cosas que no podemos evitar que sucedan, porque la tecnología amplía el campo de las posibilidades y yo creo que lo que sí tenemos que seguir ejerciendo es la crítica a un elemento que esta siempre pendiente, desde los principios de la democracia en Atenas, que es la manipulación, la explotación. Y esa discusión sí la podemos instalar, es decir, hacemos encuestas, entonces tenemos que ser técnicamente buenos, tenemos que negarnos totalmente a servir a los intereses de quienes nos contratan si esos intereses consisten en que manipulemos los resultados, o a que hagamos operaciones de prensa.

La opinión al poder (2)

En esta segunda entrega, Eduardo Fidanza, director de Poliarquía, habla sobre De Narváez, Alfonsín, Binner y Carrió. Además, a contramano de casi todos los analistas, afirma: “Massa no tiene entidad ni estatura política”.

- Volviendo al escenario político ¿Ves alguna figura aglutinante del lado de la oposición al kirchnerismo?

Claramente no hay y hay que recordar algo: Cristina Fernández de Kirchner (CFK) sigue siendo la figura central de la política argentina. Porque saco el 54% de los votos, porque tuvo una popularidad de casi el 70% y porque cuando uno hace investigación cualitativa aparece como el liderazgo más nítido sea para defenderla o para cuestionarla. Hoy todavía en las encuestas si uno pregunta en forma espontánea quién le gustaría que fuese presidente y sigue apareciendo CFK en primer lugar con un veintipico por ciento doblegando a Scioli al segundo lugar.

¿Hay algún otro político en la Argentina que tenga un 25% como núcleo duro? Mi respuesta es no. Yo lo que advierto es que hay una fragmentación política que incluye al kirchnerismo. Porque CFK también retrocedió, pero está en el centro de la escena por ser la presidenta de la nación y porque tiene mucho carácter. Y claro, eso sólo no alcanza, pero en la oposición lo que se ve es una falta de liderazgo y no se avizoran liderazgos fuertes. Está De Narváez que tiene cierto capital político en la provincia de Buenos Aires, pero no es una figura nacional; Macri es por un lado el político reconocido en las encuestas nacionales como el principal opositor, pero por otro lado su imagen sigue cayendo y tampoco tiene un armado nacional; el radicalismo, por otro lado, tiene un capital simbólico menguado en torno al apellido Alfonsín que puede ser bien o mal usado. Bien usado es si Ricardo Alfonsín es un propiciador de otra figura y evita competir electoralmente enfatizando lo que su apellido representa: los valores de la democracia, la república, etc. Pero si Ricardo Alfonsín decide competir por la Presidencia de la Nación, ese capital simbólico se pierde. Binner tampoco se ha posicionado en los últimos tiempos como una figura opositora relevante. Y los casos como Carrió son raros porque es una de las pocas figuras políticas que logró estar en la conciencia espontánea de las personas durante mucho tiempo y dentro también de sectores populares. Ella sí es una figura de implantación nacional profunda pero tiene un nivel de rechazo muy alto. Lo que se ve en general es una falta de liderazgos, y pensado que la cultura política de la Argentina es de liderazgos fuertes, esto es un problema para ellos.

- ¿Y Massa que lugar tiene en estos escenarios que planteás?

Bueno, yo tengo una opinión un poco distinta a la de la mayoría acerca de Massa. Es un cierto misterio como analista de opinión pública. Para mí Massa no tiene entidad política. Me baso en la observación. No me parece que sea consistente y no me parece que tenga estatura política para una disputa nacional. Y es paradójico porque yo lo veo más a Scioli, lo que es casi un género dentro de la política, con un enfásis en la gestión, una apoliticidad, un mensaje vamos a decir ingenuamente positivo, pero digamos que le ha permitido atravesar los más diversos escenarios con una muy buena imagen con gobiernos de signo ideológico aparentemente contrarios. Me parece que Massa es una figura menor dentro de ese género, con énfasis en la gestión y en el fondo un fuerte conservadurismo. Políticas que reproducirían o mantendrían los hábitos políticos medios de este país y sobre todo las tramas, en fin, más cuestionables de la política.

- ¿Cómo ves que la ruptura del gobierno nacional con Moyano y el protagonismo de otros actores dentro de la política en el último tiempo?


Yo siempre dude de las intenciones del kirchnerismo de renovar la política. Pero yo recuerdo que Néstor lo había planteado, y si recordamos, hace diez años, el hablaba del peronismo como "pejotismo", y era crítico de ese peronismo que él llamaba el viejo peronismo, el de las estructuras más tradicionales. Esta fue la primera parte, pero cuando él tuvo que enfrentar a Duhalde y erigirse como figura principal, empezó a hacer alianzas con el peronismo tradicional, lo que yo llamo "los dueños de la casa peronista". Ahí entró su relación con Moyano.

Creo que con el moyanismo se termina rompiendo debido al estilo cerrado del kirchnerismo. Hay una escasa retribución de los K a sus socios políticos. Lo de Moyano tiene que ver por un lado con la muerte de Néstor y con esa falta de retribución del kirchnerismo con sus socios y también con la evolución de la situación económica. Yo creo que es un síntoma de debilidad política. Porque hay una diferencia entre la solidez de la organización política y de las alianzas del bloque histórico y la apreciación subjetiva de las personas. La masa electoral es extremadamente voluble. Entonces en 2011 hay una confluencia de indicadores políticos muy buenos, un liderazgo muy bien llevado por CFK y una debilidad opositora. Eso le da a CFK una base electoral extraordinaria. Y ahí está la interpretación subjetiva. Se piensa que la base electoral es la fortaleza y después puede pasar que también pierda la base electoral y yo creo que a CFK le pasa un poco esto que antes le pasó a Néstor. Hay una sobreestimación de la fuerza propia.

Cuando CFK ganó dije que este es un gobierno electoralmente fuerte y políticamente débil. Eso tiene que ver con una forma la forma de tomar decisiones, con la insatisfacción de muchos sectores que la apoyaban, entre otras cosas. Por eso siempre hay que distinguir entre fortaleza electoral e imagen mediático-encuestológica. Cuando CFK ganó las elecciones pensé que se entraba en una fase consagratoria, casi pos-política. Cuando uno está en esa fase, que de por sí es muy narcisista, puede estimar mal la relación con sus sectores aliados y entonces creo que ahí hay una falla de visión.

- Me llamó la atención el hecho de que en tus encuestas empezó a figurar el tema de la corrupción como una preocupación de la gente casi al mismo tiempo que se dieron a conocer las denuncias en el programa de Jorge Lanata. ¿Los medios pueden influir en la decisión de las personas?

Bueno, el gobierno entendió eso hace tiempo. Yo creo que hay que entender otra cosa que es la fatiga de ejercer el poder. Estamos ya en la década cumplida y Menem fue un poco más que una década en 30 años de democracia. Con esto quiero decir que cuando llegan los diez años hay que ver algo que se llama rutinización del carisma como lo expresó Max Weber. O sea, cómo se hace para mantener el amor después de diez años. Seguro que se puede, pero hay que tomar conciencia que una dominación política que ya tiene más de diez años está fatigada, entonces esa fatiga, ese desgaste es lo que en buena parte se está viviendo. Todavía hay un valor del salario relativamente alto si lo comparás con los ‘90, y hay una tasa de desempleo bastante razonable, pero ya no estás en el mejor momento económico de este ciclo y no se ven buenas perspectivas para 2014. CFK está reivindicando a Alicia en sus discursos porque Kirchner todavía es un apellido muy fuerte a pesar de los golpes que está recibiendo. Me parece que si Néstor se pudiese defenderse de esos golpes la cosa sería muy distinta.



Fuente: 
http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/119-entrevistas/3689-la-opinion-al-poder-1
http://www.marcha.org.ar/1/index.php/nacionales/119-entrevistas/3734-la-opinion-al-poder-2

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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