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jueves, 1 de agosto de 2013

La interna de la inteligencia argentina



Por Hugo Mazzesi. 

La designación de César Milani frente al Ejército sembró la confrontación hacia adentro del kirchnerismo y entre los organismos de seguridad e inteligencia nacionales. El "tic" electoral marca el tiempo de la política K.

La confrontación más grave entre los sectores de los organismos de seguridad contrarios y próximos al Gobierno nacional tuvo su puntapié inicial con el fusilamiento por la Policía Bonaerense, el pasado 9 de julio, del agente de la Secretaría de Inteligencia Pedro Tomás Viale alias “Lauchón”, hombre de confianza del actual Director de Operaciones del organismo Antonio Stiuso alias “Jaime”.
El ascenso del General César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani a la conducción del Ejército y el asesinato del agente de la Secretaría de Inteligencia apodado "Lauchón" en un cada vez más confuso operativo de la Policía Bonaerense, pusieron en evidencia y potenciaron las disputas que existen por el control de los organismos de inteligencia.

A partir del paro de personal de las fuerzas de seguridad el pasado mes de octubre de 2012, diferentes reportes remitidos al Poder Ejecutivo Nacional alertaban acerca de que un grupo con presencia e influencia en organismos clave de la estructura del Estado estaría operando con el fin de programar acciones de desgaste político del actual gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Dichas acciones contemplan varios frentes. Por un lado estaría el seguimiento, escuchas e inteligencia sobre figuras públicas con el ánimo de obtener información sensible, sobre lo cual queda involucrada la reciente denuncia realizada por el Canciller Héctor Timmerman, al que los servicios de inteligencia de un país amigo le entregaron en la cumbre del Mercosur, realizada en Montevideo el pasado 12 de julio, un listado de figuras públicas con sus cuentas de correo electrónico personales y sus claves de acceso. Por otro lado, las acciones de este grupo también irían orientadas a promover causas judiciales contra funcionarios, a partir de su influencia entre personal influyente del Poder Judicial. Por ello, la reciente “cumbre secreta” de jueces revelada por el diario La Política Online a mediados de julio, en la que estaban presentes jueces federales con causas sensibles para el Gobierno, disparó todas las alarmas y apresuró la necesidad del ascenso del General Milani para equipar a un aparato de inteligencia propio orientado a desarticular a un grupo del que, paradójicamente, nada se ha investigado respecto de sus conexiones exteriores.

El grupo ejecutivo organizado por el Gobierno y que habría liderado Milani, lo integran Héctor Icazuriaga, Director de la Secretaría de Inteligencia, el espía Fernando Pocino y el actual Secretario de Seguridad Sergio Berni. Esta composición es la que explica la perseverancia del Grupo Clarín en imputar a Milani su participación en la represión de las Fuerzas Armadas durante el Operativo Independencia.

En el bando de enfrente se encuentran los sectores de la inteligencia argentina que desde la época de Isabelita en adelante, vienen condicionando la actividad de todos los gobiernos. Este grupo, cuyo líder es Antonio Stiusso, interrumpió todos los intentos de disolución del aparato paralelo de la inteligencia nacional, el más serio de ellos, el que propuso el Ministro del Interior de Néstor Kirchner Gustavo Béliz en 2004 y que le valió un exilio forzoso en EEUU y una causa judicial abierta.

Es importante aclarar que la tecnología, medios y formación de estos “operadores sucios” proviene casi en su integridad de los organismos de cooperación exterior de los Estados Unidos.
El poder concentrado de la ex SIDE

Desde la época de la triple A hasta ahora, la ex SIDE comandada por Stiusso viene sosteniéndose en base a las carpetas y la extorsión. A fines de la década del 70 y principios de los 80, la SIDE armó una serie de prostíbulos VIP que servirían como puntos de obtención de información privilegiada. Al principio, el objetivo era tratar de agarrar a ricos y famosos incautos y encarpetarlos, como en el caso Spartacus y Oyarbide o en el caso del Apart Hotel Anchorena; donde filmaron a políticos, funcionarios judiciales y policiales en situaciones comprometidas para poder extorsionarlos en el momento oportuno y sacar algún beneficio económico o impedir/promover determinadas medidas. Por ejemplo, a Stiusso se lo asocia a la confección de las coimas durante la votación de la Ley Banelco y a los sobornos del caso IBM, en pleno menemato.

Los anticipos

En la “cumbre” de jueces mencionada por La Política Online se habló de avanzar en primer lugar contra Jaime y luego contra el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en el plazo intermedio entre las PASO y las elecciones legislativas de octubre, pudiendo también reactivarse la causa por enriquecimiento ilícito del vicepresidente Amado Boudou.

Asimismo, corre un fuerte rumor entre los organismos de seguridad a los que tiene acceso Marcha en cuanto a que otra figura a la que en los próximos días puede tocarle una actuación de la Justicia federal es al actual Ministro de Planificación Federal, Julio de Vido.

La pregunta es porque armar un equipo con un milico con esos antecedentes durante el genocidio como Milani y no tiene alguien limpio para dirigir el ejercito argentino y tiene que tranzar con gente de mierda como Milani ?

Fuente: Marcha 

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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