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viernes, 30 de mayo de 2014

EL ACUERDO USURARIO CON EL CLUB DE PARÍS


Foto: EL ACUERDO USURARIO CON EL CLUB DE PARÍS
Por Jorge Altamira

Cristina Kirchner y Axel Kicillof acaba de suscribir un acuerdo con el llamado Club de París, que se inscribe en la línea de los arreglos usurarios que establecieron con Repsol, a pesar del gigantesco vaciamiento energético producido por este pulpo petrolero con la complicidad del gobierno kirchnerista.

El gobierno nacional está empeñado en transitar el último tramo de su gobierno con un feroz ajuste contra los trabajadores y concesiones sin precedentes al capital internacional. 

El acuerdo anunciado el jueves 29, convierte los u$s 6 millones de dólares, aproximadamente, pretendiamente adeudados al Club de París en una negociación anterior, en 2008, en una nueva deuda de u$s 9.700 millones, lo cual representa un aumento del 60%, a una tasa del 7% anual. El carácter usurario de la operación lo deja en evidencia la tasa del uno a dos por ciento anual que rigió en los mercados internacionales en este período. En lugar de obtener una quita, como corresponde a un país que ha pasado de un 'defol' a otro, K y K reconocen, al revés, un una prima abusiva sobre las tasas corrientes de mercado.

En plena crisis mundial, los 'nacionales y populares' vuelven a aportar al rescate de la banca internacional. 

Una gran parte de la deuda de Argentina con el Club de París corresponde a créditos de entidades públicas a compañías locales, que en otra buena parte fueron estatizadas durante la gestión de Cavallo en el Banco Central, hacia finales de la dictadura militar. K-K, como sus antecesores Alfonsín, Menem y De la Rúa admiten un endeudamiento nacional sin proceder a una investigación de su legalidad y legitimidad.

El convenio anuncia un “pago mínimo de u$s 1150 millones”, lo que supone que este pago en efectivo podría ser aún mayor. Esta cláusula ambigua significa que Argentina deberá compensar con pagos mayores a ese 'mínimo' cualquier crédito que llegara a obtener de las entidades públicas de los estados del Club, para evitar un aumento de la deuda global. La refinanciación se hace al corto plazo de cinco años, lo que impone una gravosa hipoteca a la salida de la crisis actual. 

Este nuevo incremento de la deuda pública con el exterior significa otra declaración de 'defol' de la deuda pública dolarizada que la Administración Nacional ha impuesto al Banco Central, la Anses y otros organismos autónomos o descentralizados, en su llamada política de 'desendeudamiento' con los acreedores internacionales. La 'generosidad' con los organismos internacionales que financiaron a la dictadura militar contrasta con la confiscación de los jubilados y del ahorro nacional.

El acuerdo incrementa los vencimientos de deuda, en 2015, que podría superar los u$s 8 mil millones debido a los Boden 15 y otros pagos, lo que obligaría a otra refinanciación. 

El aplauso entusiasta que las fuerzas tradicionales, sin importar el fragmento que representen, han brindado a este acuerdo, es una demostración de que, al igual que el gobierno, representan los intereses del capital financiero, sin importa lo usurarios que esos intereses sean. 

Las entidades empresarias saludan el arreglo porque les ofrece una margen mayor para incursionar en la 'bicicleta financiera' que han habilitado Kicillof y Fábrega, que consiste en tomar deuda en el exterior para re-prestarla en el mercado interno con un diferencial de interés que puede superar los veinte puntos – o sea un 200 por ciento.

El reendeudamiento internacional al que ahora apuesta el kirchnerismo acentuará los desequilibrios económicos, porque forzará a una nueva devaluación fuerte del peso para cumplir con el servicio de esa deuda. El FMI no solamente impuso su política sin la necesidad de hacerse presente: a partir de la inspección de las cuentas del Indec, desde junio próximo, podrá verificar la consistencia de las cuentas nacionales y de los balances financieros. 

Como representante político del Frente de Izquierda señalo que anularemos todos estos convenios usurarios y someteremos a sus ejecutores a la Justicia. Por Jorge Altamira

Cristina Kirchner y Axel Kicillof acaba de suscribir un acuerdo con el llamado Club de París, que se inscribe en la línea de los arreglos usurarios que establecieron con Repsol, a pesar del gigantesco vaciamiento energético producido por este pulpo petrolero con la complicidad del gobierno kirchnerista.

El gobierno nacional está empeñado en transitar el último tramo de su gobierno con un feroz ajuste contra los trabajadores y concesiones sin precedentes al capital internacional.

El acuerdo anunciado el jueves 29, convierte los u$s 6000 millones de dólares, aproximadamente, pretendiamente adeudados al Club de París en una negociación anterior, en 2008, en una nueva deuda de u$s 9.700 millones, lo cual representa un aumento del 60%, a una tasa del 7% anual. El carácter usurario de la operación lo deja en evidencia la tasa del uno a dos por ciento anual que rigió en los mercados internacionales en este período. En lugar de obtener una quita, como corresponde a un país que ha pasado de un 'defol' a otro, K y K reconocen, al revés, un una prima abusiva sobre las tasas corrientes de mercado.

En plena crisis mundial, los 'nacionales y populares' vuelven a aportar al rescate de la banca internacional.

Una gran parte de la deuda de Argentina con el Club de París corresponde a créditos de entidades públicas a compañías locales, que en otra buena parte fueron estatizadas durante la gestión de Cavallo en el Banco Central, hacia finales de la dictadura militar. K-K, como sus antecesores Alfonsín, Menem y De la Rúa admiten un endeudamiento nacional sin proceder a una investigación de su legalidad y legitimidad.

El convenio anuncia un “pago mínimo de u$s 1150 millones”, lo que supone que este pago en efectivo podría ser aún mayor. Esta cláusula ambigua significa que Argentina deberá compensar con pagos mayores a ese 'mínimo' cualquier crédito que llegara a obtener de las entidades públicas de los estados del Club, para evitar un aumento de la deuda global. La refinanciación se hace al corto plazo de cinco años, lo que impone una gravosa hipoteca a la salida de la crisis actual.

Este nuevo incremento de la deuda pública con el exterior significa otra declaración de 'defol' de la deuda pública dolarizada que la Administración Nacional ha impuesto al Banco Central, la Anses y otros organismos autónomos o descentralizados, en su llamada política de 'desendeudamiento' con los acreedores internacionales. La 'generosidad' con los organismos internacionales que financiaron a la dictadura militar contrasta con la confiscación de los jubilados y del ahorro nacional.

El acuerdo incrementa los vencimientos de deuda, en 2015, que podría superar los u$s 8 mil millones debido a los Boden 15 y otros pagos, lo que obligaría a otra refinanciación.

El aplauso entusiasta que las fuerzas tradicionales, sin importar el fragmento que representen, han brindado a este acuerdo, es una demostración de que, al igual que el gobierno, representan los intereses del capital financiero, sin importa lo usurarios que esos intereses sean.

Las entidades empresarias saludan el arreglo porque les ofrece una margen mayor para incursionar en la 'bicicleta financiera' que han habilitado Kicillof y Fábrega, que consiste en tomar deuda en el exterior para re-prestarla en el mercado interno con un diferencial de interés que puede superar los veinte puntos – o sea un 200 por ciento.

El reendeudamiento internacional al que ahora apuesta el kirchnerismo acentuará los desequilibrios económicos, porque forzará a una nueva devaluación fuerte del peso para cumplir con el servicio de esa deuda. El FMI no solamente impuso su política sin la necesidad de hacerse presente: a partir de la inspección de las cuentas del Indec, desde junio próximo, podrá verificar la consistencia de las cuentas nacionales y de los balances financieros.

Como representante político del Frente de Izquierda señalo que anularemos todos estos convenios usurarios y someteremos a sus ejecutores a la Justicia.

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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Politica Obrera