Lo de Lanata y Curto no son exabruptos, son funcionales a una política. Ahí están los cientos de casos de crímenes de odio de género, que además pasan completamente impunes. Las condenas por crímenes homolesbotrans son virtualmente nulos. Las patotas y las fuerzas represivas hacen el “trabajo sucio”.
Solamente el PO y el Frente de Izquierda, que desde la agrupación 1969 apoyamos e impulsamos, han defendido verdaderamente una salida para la población trans con la presentación de proyectos por trabajo genuino, como en el caso de Córdoba, por ejemplo, además de llevar adelante una lucha sistemática contra los despidos y el ajuste.
La solución a la enorme penuria que atraviesa nuestra población trans pasa por ligar su lucha con la del conjunto de los explotados por una reorganización de la sociedad sobre bases socialistas.
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