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lunes, 1 de septiembre de 2014

“Los beneficios del defol”

El PCR y los beneficios del Default


El PCR se ha dedicado en sus últimos dos números a reclamar el defol de la deuda. Es que si fuera declarado por el Congreso (y no escatima en dar detalles legales del asunto), el defol traería una serie de “beneficios” al país, como habría sucedido con la declaración de cesación de pagos de diciembre de 2001.
Según el PCR, en aquella ocasión “nos ahorramos” (¿quiénes?) el pago de la deuda y sus intereses por cuatro años (desde 2001 hasta la reestructuración de la deuda por los K en 2005). Parece demencial, pero una corriente de izquierda celebre la miseria descomunal, precisamente de ese par de años. Lo más nefasto, si cabe, es que un marxista ignore que el defol es una institución capitalista, para sacar al sistema de la crisis y descargar esta crisis sobre el pueblo. Es obvio que este partido está en contra de que “la crisis la paguen los capitalistas” y aún en contra de su propio slogan, bien sibilino, de que “la crisis no la paguen los trabajadores”.

En 2001, el PCR se declaró ausente de la rebelión del 19 y 20 de diciembre (avisó por teléfono, anticipadamente al PO, con el cual tenía pactada, en el marco de la unidad de acción de la Asamblea Nacional Piquetera, una movilización para el 20, junto a Luis D’Elia, que también mandó el aviso).

Esto no los privó de pactar una audiencia con Rodríguez Saá, poco después de la jura de este, que estaba pergeñando la emisión de un patacón para los salarios, esto mientras mantendría la paridad del peso con el dólar para los activos bancarios.

El PCR impulsa el defol con el propósito de pagar solamente las deudas “legítimas” (?) en jurisdicción nacional. Pero esto no sería ya un ‘defol’ sino una declaración de repudio (parcial) de la deuda usuraria. ¿Cómo supone el PCR que el repudio de la deuda, una medida parcialmente revolucionaria, va a ser votada por el Congreso, dominado por los representantes de los acreedores de esa misma deuda? Si en lugar de un repudio promovemos un defol, ponemos el tema de la deuda y de la propiedad capitalista de la deuda, en manos de la Justicia capitalista, no de los trabajadores.

Mientras CFK reivindica el “pago soberano”para defoltear e intentar un nuevo canje, el PCR reivindica el ‘defol’ para seguir pagando fuera de la decisión soberana de los trabajadores. En cualquier caso, ¿quién ha de decidir qué deuda es legítima o ilegítima?

¿Es entonces, el defol una “oportunidad”? Sólo en manos de la dirección política adecuada. La deuda externa es la dominación centralizada del capital financiero internacional. Para que el ahorro nacional que fluye al pago de la deuda externa vaya a las necesidades del pueblo trabajador, es necesaria la nacionalización de la banca y el comercio exterior, es decir quebrar esa dominación financiera centralizada. Un plan económico integral que use esos fondos para industrializar el país, mejorar su infraestructura, la educación y la salud públicas, solamente puede ser la obra de un proletariado políticamente independiente y muy activo.

La “jurisdicción nacional” parece haberse convertido en el nuevo slogan desde la izquierda ‘extrema’ (PTS) hasta el centroizquierda. La cuestión no es la jurisdicción sino la deuda, el hipotecamiento del patrimonio estatal y los ingresos de los trabajadores al capital financiero. La deuda externa entraña su propia jurisdicción colonial. Ya lo había advertido Lenin, en el imperialismo… que Argentina era un caso especial de dependencia, porque estaba sometida al capital internacional con jurisdicciones propias. La Corte Suprema, típica ‘jurisdicción local’, rechazó el reclamo de Ecuador contra Chevron, por daño ambiental, con el propósito de asegurar el éxito del pacto YPF-Chevron en Argentina.

Cata Flexer

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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