El próximo 20 de octubre, cuando se cumpla el cuarto aniversario del
crimen de nuestro compañero Mariano Ferreyra, el Partido Obrero se
movilizará en todo el país para exigir la condena a prisión perpetua de
Pedraza y sus cómplices, y denunciar las maniobras de impunidad que se
tejen desde el poder político. Nos movilizaremos desde Barracas, el
lugar donde los compañeros fueron emboscados por la patota de la Unión
Ferroviaria y cayó asesinado Mariano, hasta el Congreso Nacional.
Levantaremos una tribuna de respaldo a todas las luchas obreras y
populares de todo el país.
En definitiva, ¿qué cambió desde el asesinato de Mariano y la condena a Pedraza a esta parte?
Los ferrocarriles continúan gestionados por los mismos empresarios que
lucraron con Pedraza y Schiavi. El rescate de los vaciadores por parte
del gobierno fue completo. Ahora operan tras la fachada de una empresa
estatal, Sofse. Randazzo no hizo otra cosa que asignar a cada empresa
que integraba Ugofe -Romero, Roggio- la gestión de una línea. Incluso
TBA, apartada de la gestión del Sarmiento luego de la masacre de Once,
está participando del negocio. Mientras los trabajadores de Emfer-Tatsa
enfrentan el vaciamiento y las represalias judiciales por haber
denunciado a los Cirigliano, el gobierno está empeñado a fondo en el
encubrimiento de los funcionarios responsables en el juicio oral por la
masacre de Once y mantiene una línea de provocaciones contra los
familiares y víctimas.
La Unión Ferroviaria sigue en manos de la burocracia formada por José
Pedraza, empezando por Sergio Sasia, su actual secretario general y
antes delegado de la Verde en el ferrocarril Mitre. La mayoría de los
nombres se repiten. El rescate del pedracismo fue operado directamente
desde los ministerios de Trabajo (Carlos Tomada) y del Interior
(Florencio Randazzo).
Las patotas de la burocracia gozan de respaldo oficial. Las amenazas e
insultos de Pignanelli remiten directamente a los que la Verde de
Pedraza profería contra las movilizaciones de los tercerizados. Las
patotas de Pignanelli y la Gendarmería conducida por Berni se completan
en el ataque contra los trabajadores de Lear, del mismo modo que la
patota que asesinó a Mariano tuvo en su momento el apoyo de la Policía
Federal y Aníbal Fernández. Cristina Fernández no perdió oportunidad de
ratificar su alianza con Pignanelli.
El asesinato de Mariano fue el resultado de un plan criminal en el que
participaron los burócratas de la Unión Ferroviaria, los funcionarios de
la Secretaría de Transporte y los empresarios de la ex Ugofe para
defender negocios compartidos. La investigación judicial que se inició
con el crimen fue desmembrada para limitar sus alcances. Esa operación
comenzó tempranamente, con la división de la investigación en varias
causas. La causa que se formó para investigar la relación comercial que
existía entre la UF y la empresa Ugofe nunca avanzó un centímetro. La
"causa de las coimas", que investiga a una parte del Poder Judicial, se
encuentra paralizada. Las escuchas y los allanamientos realizados en el
marco de esa investigación fueron pruebas clave en la condena a Pedraza,
y no dejan duda de sus negociaciones con los jueces para liberar a
Favale. Sin embargo, mas de veinte magistrados se excusaron de intervenir.
El más reciente fue Norberto Oyarbide.
En su alegato en el juicio oral contra Pedraza, la fiscalía soslayó el
alcance de los intereses económicos compartidos por Pedraza, empresarios
y funcionarios, y el papel de los policías, a los cuales acusó apenas
por abandono de persona.
Las condenas de Pedraza y de los principales responsables que llegaron a
juicio fueron el resultado de una movilización popular extraordinaria.
Ahora, esas condenas se encuentran sujetas a la revisión de los jueces
de la Cámara de Casación. Las defensas reclaman la absolución de todos
los condenados. Por nuestra parte, el TOC 21 no le permitió a nuestra
querella recurrir la calificación del hecho y reclamar la pena de
prisión perpetua a Pedraza, Fernández, Díaz, Favale y Sánchez por el
homicidio agravado de Mariano y las tentativas de homicidio agravadas de
Elsa Rodríguez y Nélson Aguirre.
Ese es el verdadero encuadramiento que se ajusta al plan criminal. Los
jueces del TOC 21 sí hicieron lugar a las apelaciones de la fiscalía y
del CELS, que -cabe recordar- desestimó el papel jugado por Aníbal
Fernández y Carlos Tomada en la trama criminal. Mientras los jueces de
Casación deliberan, Pedraza y Fernández maniobran para asegurarse el
beneficio de la prisión domiciliaria.
El crimen de Mariano marcó con sangre la diferencia estratégica que
separa al movimiento obrero del nacionalismo pequeñoburgués encarnado
por los K. El próximo 20 de octubre reivindicaremos la militancia obrera
y socialista de Mariano Ferreyra redoblando la movilización por el
castigo a todos los culpables y por el triunfo de todas las luchas.
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