La última encuesta otorga a Evo Morales una preferencia electoral al 56
por ciento, 39 puntos por encima del segundo (Doria Medina, de la
Unidad Demócrata). Evo prometió ganar con un 70 por ciento. La consigna
oficial es un pomposo “El MAS es Bolivia” y ya ha dejado planteada la
reforma de la Constitución para acceder a una cuarta presidencia en
2019.
El gobierno presenta como su logro histórico la reapropiación de la
renta petrolera -4.200 millones de dólares al año (2013), contra 1.600
antes de la nacionalización. El salto en la exportación de gas ha sido
de 485 a 6.000 millones de dólares en diez años. Bolivia ha recuperado
su condición rentística El ex ministro de Energía Andrés Solís Rada ha
denunciado que "no tenemos una reserva estratégica para hacer funcionar
las plantas de Bulo Bulo (amoníaco y urea) y de Gran Chaco (etileno
propileno), para la siderurgia del Mutún o para industrializar el litio
de Uyuni" (bolpress.com, 18/2. Hay una acelerada depredación de
reservas mineras, que no van más allá de 2022. Hubo una expansión
rapidísima de la soja transgénica y una casi nula reforma agraria.
En Bolivia, por esto mismo, un 60% de la población activa es informal y
casi un millón de niños es explotado (en una población activa que no
llega a los 5 millones). Morales defiende esta "cultura del trabajo",
que proporciona un elevado "ejército de reserva" infantil. El salario
mínimo es de 200 dólares contra una canasta familiar de 1.000. Los
planes sociales no suman más de unos insignificantes 300 millones de
dólares anuales.
Garantía a los capitales
La reserva de moneda extranjera se ha triplicado, oficiando de enorme
garantía ociosa para los capitales nacionales e internacionales y para
incrementar la deuda externa; las remesas de ganancias al exterior están
libres de cargas fiscales.
Evo Morales recoge el apoyo indígena a partir de la euforia de consumo
creada por los ingresos mineros-sojeros. Esta situación explica también
su clara delantera en Santa Cruz y los distritos opositores, donde pesa
por sobre todo el freno impuesto por el MAS a las reivindicaciones
agrarias.
A mediados de 2013, se desarrolló una huelga general por las pensiones,
acicateada indudablemente por los mayores recursos que dispone el
Tesoro. Dos años después de esta lucha, el gobierno ha concedido una
reducción de la edad para acceder a la jubilación. Es lo menos que
podría ocurrir cuando el promedio de vida de un trabajador de los
socavones es inferior a los 40 años.
La izquierda y el PT
La crisis de los años 2012/3, motivados por el intento de construir una
ruta que avasallaba derechos indígenas y por la cuestión de las
pensiones, provocó un movimiento interno en la Central Obrera para
fundar un partido de trabajadores. La burocracia cobista era una hija
desatendida de la cooptación del MAS. La operación contó con el apoyo de
toda la izquierda morenista del país. El PT terminó naufragando bajo la
presión del gobierno, quien no tuvo el menor problema en lograr que la
burocracia sindical archivara el intento. Las elecciones próximas no
cuentan con una alternativa de izquierda, ni siquiera en términos
potenciales.
1.Sobre la posición del PO frente a Bolivia y el PT, ver PO números 1.259, 1.262, 1.267, 1.268, 1.269, 1.272, 1.288, 1.291 y 1.298, todos
del año 2013.
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