Una de las principales resoluciones del Congreso del movimiento obrero y
la izquierda fue el pronunciamiento categórico en defensa del Frente de
Izquierda, como frente único de los partidos que lo integran y del
movimiento obrero combativo contra los partidos y bloques políticos que
responden a la clase capitalista. La ovación con que la multitud reunida
en el Luna Park aprobó esta caracterización de fondo sólo se repitió
cuando la misma resolución rechazó el faccionalismo al interior del
Frente de Izquierda.
Oportunamente destacamos que el éxito del Frente de Izquierda residía
en que había recuperado la política socialista en el terreno electoral.
Al presentar una lista unificada de la izquierda, al menos de aquella
que se reclama socialista, permitió enfatizar en la campaña electoral la
oposición de clase contra las otras listas. Una expresión de ello era
que los medios de comunicación ya no convocaban a la izquierda para que
discuta entre sí, un ejercicio a todas luces desmoralizante para los
luchadores, sino para confrontar con los candidatos de las fuerzas
patronales. En el llamado “progresismo”, las campañas electorales eran
pases de factura entre sus referentes.
Disparan contra el Frente
Sin embargo, desde el interior del Frente de Izquierda se torpedea el
frente único, ahora desde lo ‘teórico’. Esta actividad faccional tiene
su usina en la "Izquierda Diario", al que el PTS ha transformado en un
‘diario’ contra la izquierda. Ahí se rechaza el "frente único" aplicado
al Frente de Izquierda, pero a la vez postula la necesidad de un
"partido común" de las fuerzas que no tienen condiciones para un frente
común. ¿A quién se le puede pasar por la cabeza formar un partido con
alguien que ni siquiera acepta un frente único? Aunque tiene a mano
todos los planteos que se remontan al Manifiesto Comunista para postular
una correcta política de "frente único", el PTS abreva en el tercer
período stalinista, que postulaba el "frente único por la base" para
atacar a los partidos socialdemócratas, a los que calificaba de
“socialfascistas”. Trotsky mostró el absurdo de pretender un "frente
único" con los socialdemócratas... contra los socialdemócratas. El
‘diario' sostiene también que el frente único se aplica solamente entre
partidos grandes, reservando para los partidos "pequeños" un
faccionalismo de secta.
El ‘tercer período’ ultraizquierdistas del stalinismo condujo a la
derrota de la clase obrera alemana ante los nazis. Es pertinente para el
caso, porque la negación del frente único implica la negación de la
lucha contra un enemigo común y, lógicamente, postula que el enemigo se
encuentra en nuestras propias filas. El rechazo del frente único, para
lo que sea, es la reivindicación del faccionalismo, es decir de la
escisión sin principios. El faccionalismo aplicado a las Paso significa
reemplazar la denuncia de las candidaturas de los partidos patronales y
sus programas por los enfrentamientos en la izquierda. Las Paso no son
otra cosa que una versión más pérfida de la ley de lemas, que fue
diseñada para meter en un mismo vagón a partidos afectados por una
desintegración insuperable. Por eso la reclaman también los
izquierdistas que fracasaron en su trayectoria por el
centroizquierdismo, y no podrían superar el piso. Mientras los partidos
capitalistas van a las Paso para amucharse, los faccionalistas las
quieren para que nos disgreguemos. Con un agravante: el año pasado
recularon del reclamo de las internas cuando les advertimos que a los
resultados se les aplicaría la representación proporcional, que los
podía dejar afuera por completo en numerosos distritos.
No somos Macri, Scioli ni Carrió
Si lo hacen Macri, Scioli y Carrió, se interroga el ‘diario' ¿por qué
no la izquierda? Porque, precisamente, no somos ni Macri, ni Scioli ni
Carrió. Tenemos que aprovechar el faccionalismo que hace estragos en los
partidos tradicionales, no para copiarlo sino para destruirlos ante el
electorado trabajador. ¡El ‘diario’ nos propone un frente espejo al de
los Mauricios, Danieles, Sergios y Lilitas!
Ir por separado a las Paso impide que las listas que surjan de las
internas ofrezcan a todos los partidos una posibilidad de
representación. En este punto, es claro que hemos protegido los
intereses de los partidos menores al nuestro. No somos una secta, nos
subordinamos a un objetivo estratégico. ¿El ‘diario' quiere una
representación proporcional que podría dejarlo afuera? No. En 2013
propuso unas internas sin representación proporcional, como se encuentra
documentado en un intercambio de cartas públicas en esa ocasión.
Fue por esta concepción de los intereses reales de la clase que el
Congreso del Luna Park saludó la propuesta de los compañeros de
Izquierda Socialista, de acelerar el lanzamiento de la campaña electoral
con un acto público y proclamar la candidatura presidencial de Jorge
Altamira. Nosotros nos habíamos abstenido de hacer esto, precisamente
para acordarlo en frente único, como ocurrió en el pasado y como ocurrió
al designar al orador final de nuestros actos públicos.
De más está decir que el encolumnamiento del kirchnerismo detrás de
Scioli y el loteo de Unen entre Macri y Massa crean las premisas para un
nuevo salto del Frente de Izquierda. La condición para ello es que el
propio Frente de Izquierda se lance por entero a ese desafío.
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