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viernes, 12 de diciembre de 2014

Legislatura: Pino Solanas ayuda al PRO a votar leyes expulsivas

| Edición Impresa #1344 | Por Marcelo Ramal

En la pasada sesión de la Legislatura se votaron leyes relacionadas con villas, asentamientos y complejos habitacionales. La primera “agiliza” los trámites para la escrituración en viviendas o barrios administrados por el Instituto de Vivienda. La segunda es la subdivisión de tierras en una villa -Cildañez- con vistas a una futura escrituración.
Ambos proyectos forman parte de una definida estrategia del macrismo: después de la “titularización”, el Estado deja a estos barrios librados a su suerte. En el caso de los complejos habitacionales, se saca de encima la tarea de refaccionar o incluso reconstruir edificios semidestruidos, en los que no puso un centavo durante décadas. En las villas, la “titularización” no viene acompañada por la transformación de la villa en un barrio; por el contrario, el macrismo se opone cerradamente a cumplir las leyes de urbanización votadas por la Legislatura.
En ese cuadro, la entrega de títulos consolida las relaciones sociales que la villa viene sancionando en los últimos años, con propietarios ‘de hecho’ que construyen viviendas para alquilar, por un lado, y miles de inquilinos expoliados, por el otro. Los narcos son uno de los principales inversores de este negocio, construido a partir de la penuria de vivienda en toda la Ciudad. Los inquilinos villeros, en muchos casos, vivían en departamentos, pensiones u hoteles, y dejaron de hacerlo al no poder pagar alquiler o no poder reunir las garantías necesarias.
Pero la “titularización sin urbanización” tiene otro propósito estratégico: a futuro, la escrituración selectiva le permitirá al Estado, o a privados, comprarle los lotes a los propietarios villeros, y reorientar el destino del suelo en función de emprendimientos inmobiliarios de otro carácter. La negativa a urbanizar está relacionada con este propósito final, pues el hacinamiento y la ausencia de servicios esenciales termina empujando al villero a desprenderse de su lote y a comprar una vivienda muy lejos de la Capital. Esta estrategia expulsiva está muy presente, sobre todo, en la Villa 31, que se asienta sobre los terrenos más codiciados de la Ciudad. La política de “titularización” aceita la cooptación selectiva del Estado sobre ciertos núcleos villeros: por esa vía, los partidos capitalistas reclutan a los elementos mafiosos y ligados al narcotráfico y otros negocios, y los convierten en sus agentes al interior de las villas.
Todo esto lo señalamos en nuestra intervención en la Legislatura: a la política del macrismo, le opusimos un planteo integral de urbanización de villas, que asegure el derecho a la vivienda para el conjunto de sus habitantes y, en ese cuadro, la titularización.
El kirchnerismo, que circunstancialmente se opuso a estas leyes, comparte esa orientación de fondo: “nada que ver con construcción”, dijo recientemente la Presidenta al referirse a un plan de supuesta urbanización de cien villas y asentamientos a escala nacional, y donde la “integración al tejido urbano” supone solamente obras de carácter cosmético, por caso.
En la votación de estas leyes, el PRO contó con el apoyo de Unen pero, principalmente, del partido de Pino Solanas, que preside la comisión de vivienda de la Legislatura y fundamentó a favor de estos proyectos expulsivos. El sometimiento al macrismo del progresismo antikirchnerista, al cual contribuyeron a inflar varios ‘izquierdistas’ en 2011, es cada vez más ostensible.

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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