De la Sota y Urbano fueron por lana y terminaron esquilados
La reacción obrera que ha producido el proceso de despidos y
suspensiones alcanzó otro episodio. Urbano, secretario general de la
UOM, convocó a un nuevo congreso -esta vez a 35 kilómetros de la
capital- para destituir al combativo cuerpo de delegados de la
autopartista Montich, por haber denunciado públicamente las extenuantes
condiciones de trabajo vigentes en la fábrica. Urbano convocó al
congreso en el camping de la UOM de Río Ceballos, luego de que fracasó
el que había convocado en la sede central, y el cual fue boicoteado por
una movilización de trabajadores de las fábricas y de los delegados
"autoconvocados".
El tiró le salió por la culata nuevamente. Los trabajadores enfrentaron
la maniobra: ochenta trabajadores de Montich, luego de marcar tarjeta,
viajaron hasta la localidad serrana para impedir el congreso trucho.
Urbano, solamente protegido por un nutrido cordón de la policía y la
mayor parte de la comisión directiva, terminó hospitalizado. Los
trabajadores ingresaron al predio y mantuvieron durante cinco horas como
rehenes a los burócratas, quienes finalmente pudieron salir gracias a
un cordón de la Infantería. El sector del cuerpo de delegados con el que
contaba Urbano para votar la destitución -en su mayoría de talleres
pequeños- no atinó a defender a su "jefe".
El proceso antiburocrático que recorre la UOM es inmenso. La salida
inmediata de Urbano del sindicato está a la orden del día. Los
trabajadores gritaban: "nosotros te pusimos, nosotros te sacamos", en
alusión a que esta comisión directiva es producto de una rebelión que
tiró al antiguo burócrata juecista Augusto Varas.
Los delegados autoconvocados y sus bases son la respuesta a salarios de
6.500 pesos, la mayor parte fuera del básico, a condiciones de trabajo
altamente insalubres y a una obra social destruida. Pero, sobre todo,
expresan la conciencia de que el poderoso gremio ha sido paralizado por
la burocracia. Este activo viene de frenar los despidos en numerosas
fábricas -mediante piquetes, tomas de fábrica, movilización y paros. De
La Sota ha fracasado en el intento de regimentar a la UOM y de expulsar
el activismo.
Impulsamos en la UOM un plenario del conjunto de los trabajadores
metalúrgicos, que vote un programa y un plan de lucha: un aumento
salarial del 50% indexado, el pase a planta de todos los precarizados,
la prohibición de despidos y suspensiones, el reparto de las horas de
trabajo, la estatización de toda planta que cierre o despida bajo
control obrero y la expulsión de la burocracia sindical. La
participación de una gran delegación de trabajadores en el Congreso del movimiento obrero y la izquierda, que se desarrollará el 28 de febrero en Córdoba, fortalecerá esta perspectiva.
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