Plebiscito por un nuevo sindicato en prensa
“Sindicato de los trabajadores, ni con los gobiernos, ni con los patrones”.
Con este canto, surgido de las gargantas de los presentes, se celebró
la excepcional participación del gremio de prensa en el cierre del
plebiscito convocado por el Plenario de Delegados de Prensa Escrita,
Radial y Televisiva.
Fueron más de 2.100 los votantes. Solo 72 lo hicieron por el NO. Dos
mil, por el SI, respaldando la decisión del plenario de abandonar la
Utpba, poniendo fin a 30 años de dominio de un grupo de parásitos. El
registro de votantes fue excepcional.
Para comprender la dimensión de lo sucedido basta comparar las cifras
de votación con el último registro electoral en Utpba que data del
lejano 2010. En esa oportunidad, votaron 840 trabajadores en empresas
periodísticas de la Capital, con la mala fortuna (para la burocracia),
que perdió 470 a 370. El padrón trucho que gentilmente aportara al
sindicato Sabbatella y otros de su especie, no pudo ocultar el principio
del fin, esto es, que en las empresas, donde existen trabajadores
reales, la burocracia centroizquierdista de la Utpba era profundamente
odiada.
La derrota electoral de la burocracia fue un golpe mortal a su dominio
hegemónico. El gremio fue reorganizado con el surgimiento de nuevos
delegados. Se arrancó una paritaria con paritarios y mandatos electos y
discutidos en asamblea y, luego de 20 años, volvieron los plenarios de
delegados, el día del gremio y los planes de lucha que arrancaron la
escala salarial y el primer aumento paritario.
La burocracia de la Utpba olfateó, entonces, su defunción. Para
evitarla, organizó las elecciones gremiales más truchas de la historia,
intentando usar de padrón la “guía telefónica”. El “compañero” Tomada
hizo la vista gorda, pero la justicia suspendió las elecciones el año
pasado frente a tamaño fraude. Desde septiembre de 2013, la burocracia
viene recibiendo la bendición de la cartera laboral quien gentilmente,
les renueva trimestralmente los mandatos vencidos.
El plebiscito no solo le fue impuesto a la burocracia de la Utpba, sino
también, y fundamentalmente, a las patronales. En su inmensa mayoría,
las urnas funcionaron dentro de las empresas, viviéndose un clima de
fiesta y de alegría al sentir que de una vez por todas, se termina el
dominio de unos zánganos que han sido agentes de las patronales
oficialistas y opositoras.
La masividad del voto refleja también un profundo cambio en la
conciencia del gremio de prensa. En ocasión de la Ley de Medios, el
kirchnerismo logró una victoria no menos importante en su lucha contra
Clarín al recibir el apoyo de centenares de trabajadores de prensa para
quienes Magnetto representaba y representa el “eje del mal” por los
despidos y la persecución sindical en el diario. La percepción en el
tiempo, de que la ley es un engaño, que ha operado como un simple
reparto de la comunicación entre grandes monopolios y además, el regalo a
las telefónicas con la ley de Telecomunicaciones - sumado a orfandad en
la que ha dejado a los medios alternativos con sus reclamos del 33% que
les pertenece por la Ley de Medios - y, más en general, el dominio de
la escena por los Milani, los Berni, los Chevron, la defensa de Tomada
de la burocracia de la Utpba, el ajuste y cía. han terminado con toda
expectativa, colocando al gremio en otra dirección.
La Naranja de Prensa ha sido pionera en la lucha por este nuevo
sindicato que nace. Lo hicimos con la convicción de la necesidad de un
único gremio que represente a todos los trabajadores de prensa. No hay,
ni ha habido, paralelismo sindical alguno. La Utpba ha sido y desde el
18 de diciembre lo es más, un gremio vacío. Lo prueba que el 95 % de los
delegados son opositores a la burocracia. Simplemente, el Plenario de
Delegados decidió poner fin a una anomalía poniendo las cosas en su
lugar. Nos esperan meses excepcionales.
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