Diez años atrás, en 2004, Prensa Obrera salía a la calle con este titular: "SIDE-CRACIA".
El entonces ministro de Kirchner Gustavo Béliz había reclamado el
alejamiento del jefe de los espías de la Side, el ahora célebre Jaime
Stiusso.
Decíamos: "Como ya ocurriera con Alfonsín, Menem y De la Rúa, nos
gobiernan los ‘servicios’. Detrás de la demagogia democrática, rige la
conspiración contra el pueblo" (Prensa Obrera N° 861, 29/7/2004).
Una década después, asistimos a un crimen de Estado que compromete a todo el régimen político.
Es la culminación de décadas de encubrimiento y entrelazamiento con los servicios de inteligencia locales y extranjeros.
El anuncio de la "disolución de la Side" es más que un fraude: el mismo
personal, el mismo servicio al Estado capitalista, la continuidad del
aparato de espionaje de ejército de Milani.
Estos aparatos no serán desmantelados ni por el gobierno ni por una
oposición cómplice de ellos, ni se pondrá fin a 30 años de impunidad en
los crímenes contra el pueblo.
Que se abran los archivos de todos los ‘servicios’.
Solamente un gobierno de trabajadores desmantelará los aparatos clandestinos al servicio del Estado capitalista.
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