La Convención parió un acuerdo de crisis y, como todo acuerdo de estas características, es el prólogo de nuevas crisis.
La Resolución sobre Política Electoral deja absolutamente todo el
proceso de armado de la coalición electoral en manos de la Mesa
Directiva del Comité Nacional. El único concepto político que se
establece para la alianza es "constituir una alternativa electoral
competitiva que garantice la futura gobernabilidad de nuestro país" y
evite "la continuidad del populismo en cualquiera de sus variantes". La
misma Mesa Directiva queda facultada para elaborar en 60 días, en
función de los acuerdos, una Carta referida a los principios y el
programa que deberán suscribir en forma de declaración jurada todos los
candidatos de la UCR. Es decir, no hay programa hasta que los
"consensos" lo determinen.
Sin fronteras
Lo más significativo está, sin embargo, en el artículo 5. Se dice allí
"para lograr la mayor competitividad posible en las elecciones
provinciales y municipales, los acuerdos electorales nacionales...
deberán contemplar las condiciones políticas locales”. Al efecto, se
autorizará, de manera excepcional la adhesión electoral de las
categorías a cargos provinciales y/o municipales con otros candidatos
presidenciales que no integren la coalición
suscripta (bastardilla nuestra).
Es decir, la puerta abierta para colgarse de la candidatura de Massa y
el cambalache total. Pero el artículo puso un límite a las alianzas: los
cargos de legisladores nacionales o de parlamentarios del Mercosur
deben quedar en manos de la UCR o de la coalición política con el PRO y
la CC. Esta restricción abrió una crisis a menos de 48 horas de la
Convención. Gerardo Morales y otros candidatos a gobernadores pusieron
el grito en el cielo exigiendo libertad total para el armado de
coaliciones en las provincias, incluyendo la lista de diputados
nacionales y representantes del Mercosur. "La resolución de la
Convención es una gran noticia para el gobierno nacional porque
cristaliza un acuerdo restrictivo", planteó Morales. Como un eco, el
único gobernador de la UCR (Corrientes) sostuvo que el artículo 5 era de
imposible cumplimiento en la provincia en la medida que "su" frente
incluía a todo el peronismo no K y no podía sostenerlo sin libertad
total en materia de candidaturas.
Es decir, el cheque en blanco de la Convención de la UCR no fue
suficiente, y ha abierto una nueva fase de disgregación política. Por
otra parte, ¿se sostienen los acuerdos provinciales que Massa anudó con
los caciques provinciales? El punto es qué quedará del Frente Renovador,
habida cuenta de la diáspora que se vive en sus filas.
Lo más importante, sin embargo, es qué hará el adherente radical que
reivindica una raigambre popular y que ha sido llevado al desfiladero de
una opción política que hoy saluda el gran capital.
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