Sin esperar el anuncio de la denominada "jornada de protesta rural" ya asistimos a un ‘paro’ no declarado que hace que 10 millones de toneladas de soja estén guardadas en los campos, a la espera de la devaluación.
El ‘paro’ fue la ocasión para crear una tribuna, en realidad casi un
tribunal, para que los candidatos de los distintos bloques políticos
rindiesen cuenta de sus compromisos con "el campo".
El programa de los ruralistas se concentra en tres puntos: dos
explícitos -eliminación o atenuación de las retenciones, derogación de
los ROE (autorizaciones de exportación en manos del gobierno) y uno
oculto: devaluación.
Desde el PRO, hasta los restos de Unen, pasando por la UCR, todos
coinciden en la desaparición de los ROE, la eliminación de las
retenciones al trigo, al girasol, a los cultivos de las economías
regionales, a la carne vacuna y a los lácteos. Todos hablan de
"reducciones paulatinas" para la soja, que aporta el 5% de la
recaudación general.
Sobre la devaluación, basta recorrer los reclamos de los "hombres del campo" de cada una de las fuerzas.
Un frente y sus contradicciones
El bloque del capital agrario hizo rendir cuentas a los candidatos,
bajo la promesa de un progreso nacional y social a partir del desarrollo
sojero.
La representación política más fiel de este bloque es el candidato del
PRO quien más aboga por una apertura comercial. La lista de legisladores
de la CABA confeccionada por él mismo incluye entre sus candidatos, "un
empresario de origen chino que tiene un papel destacado en la Cámara
Argentino China de Comercio" (Clarín, 6/3). En el debate en el Congreso
sobre los acuerdos con China, los parlamentarios del PRO hicieron
malabarismos para mostrar que su voto negativo obedecía sólo a razones
de forma.
El Estado y las corporaciones chinas condicionan una política de
mayores compras e inversiones a una apertura del mercado argentino a sus
exportaciones industriales, lo que sería ruinoso para otros sectores de
la burguesía industrial.
Massa viene respaldando también los reclamos agrarios aunque evitando
entrar en colisión con los sectores de la burguesía industrial que
revistan en sus filas. Economistas del Frente Renovador, como Lavagna,
han estado históricamente ligados a Techint, que, hoy, está siendo
demolido por la competencia china en aceros y no quiere que un nuevo
endeudamiento y una vuelta a los mercados internacionales signifique un
regreso a la plata dulce y el dólar barato y por sobre todo, un
levantamiento de las restricciones comerciales.
Federación Agraria
Si se le cree al cronista rural de La Nación, el gobierno "compró" la
no adhesión de la Federación por el cupo de 100.000 toneladas de trigo
para exportar a la cooperativa AFA y un aporte mensual de ésta de
400.000 pesos. Esto sería lo determinante y no la liberación de los
créditos del Banco Nación a los "pequeños productores".
La ruptura pasó casi inadvertida, lo que puede ser signo de que "el
protagonismo que tuvo en su momento la Mesa de Enlace se terminó de
agotar y ya no son muchos los que la lloran" (ídem, 7/3).
Entre los productores agrarios, hay conciencia que el ciclo
kirchnerista tiene plazo fijo de defunción. No es hora de levantar olas,
sino de esperar y negociar con las principales candidatos en presencia,
que tanto del campo oficialista como opositor, han tenido oídos
"receptivos" a sus reclamos.
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