Entre el "fraude PRO" y la disolución del Unen
Edición Impresa #1352 | Por Marcelo Ramal
Al momento de inscribirse las alianzas y candidatos, las elecciones de la Ciudad se han convertido en otro flanco de la crisis política. En estas horas, el macrismo podría descartar la introducción del voto electrónico, para volver a la boleta tradicional. Aunque pretextan la falta de tiempo para instalar el nuevo sistema, el verdadero motivo es la feroz interna instalada al interior del macrismo. Al mantener la votación convencional, Macri y su delfín Rodríguez Larreta podrán utilizar el aparato oficial para garantizar el "control" de las urnas con los 7.500 fiscales necesarios" (Clarín, 21/2). En buen castellano, lo que sugiere el diario es que el candidato de Macri podrá apelar a las clásicas maniobras de punteros -robo de boletas, manipulación del escrutinio- a expensas de la lista rival de Gabriela Michetti. La determinación de Macri muestra hasta qué punto llega la defensa de la camarilla de negocios que, desde el actual gabinete de la Ciudad, maneja desde hace siete años los recursos del presupuesto y del suelo. En materia de manejos conspirativos y asociaciones con una claque empresarial, el macrismo no tiene nada que envidiarle a los K. La cabeza de esa sociedad entre funcionarios y capitalistas es el constructor Nicolás Caputo, a quienes muchos llaman el "Lázaro Báez" de Mauricio Macri. En esta puja, el grupo de Gabriela Michetti sólo representa intereses rivales. La maniobra de volver a la boleta tradicional retrata a la supuesta ‘derecha moderna’, que no vacila en apelar al fraude patriótico de los años ’30.
Demolición del progresismo
Mientras esto ocurre, la demolición del Unen -que le peleó la elección
2013 al macrismo- tiene en la Ciudad uno de sus puntos más altos. Por un
lado, la candidatura a jefe de gobierno será dirimida entre partidos y
candidatos que no disimulan sus vínculos con el macrismo. Lousteau está
sostenido por la fracción radical que, en el plano nacional, propugna
una fórmula presidencial común con Macri. No sorprende, entonces, que el
ex ministro de Economía kirchnerista se postule para impulsar una
"relación de colaboración" (sic) con el PRO. A su interna, se sumó la
también ex kirchnerista Ocaña, quien le ha votado al PRO las leyes más
importantes durante 2014. La novedad política es la extinción de Unen.
Ocaña y Lousteau han anotado una coalición propia. Libres del Sur va por
su lado. Solanas ¿cierra con Massa? (Surgen FR) En tal caso, la fuerza política que
en 2011 disputó la jefatura de gobierno en nombre del progresismo
podría ser ahora la espada del ex jefe de gabinete de Cristina. El jefe
de campaña de Pino, ¿será también “Juanjo” Alvarez, el ex Side que
lidera a los asesores de Massa? El loteo de Unen entre el macrismo y el
massismo retrata el final de una experiencia política en la Ciudad, y el
completo sometimiento del progresismo a los bloques del gran capital.
El kirchnerismo, por su parte, ofrece una larga lista de candidatos sin
peso, condenados a transitar el tercer lugar en la elección porteña.
Con el Frente de Izquierda
En el campo de la izquierda, la inscripción de listas exhibirá una
diseminación de listas que, en su mayoría, revistaron en el
centroizquierda, y que hoy pagan el precio de ese seguidismo con un
marcado retroceso. En esa dispersión, el Frente de Izquierda debe
sobresalir como expresión de un polo político de alcance nacional, que
suma fuerzas para un reagrupamiento anticapitalista y por la
independencia política de los trabajadores. Con esta comprensión,
inscribimos nuestra alianza en la Ciudad.
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