La Cámara Federal de Casación Penal decidió rever el procesamiento de
los empresarios azucareros Carlos Blaquier y Alberto Lemos en las causas
en que estaban imputados por complicidad en el secuestro y desaparición
de personas durante la tristemente célebre "Noche del Apagón", ocurrida
durante la última dictadura militar en Jujuy. Los jueces de la sala IV
(Hornos, Riggi y Gemignani) admitieron que los empresarios prestaron las
camionetas de Ledesma en que fueron trasladados los secuestrados a un
centro clandestino de detención, e incluso la existencia de un conflicto
gremial y el desarrollo de tareas de espionaje, pero que no puede
probarse que conocieran o quisieran colaborar en la desaparición de
personas.
Sin embargo, en el proceso de primera instancia quedó fehacientemente
acreditada la colaboración de Blaquier con un régimen que lo
beneficiaba. "La cooperación en cadena de los imputados tuvo lugar, a su
vez, en el marco de una persecución político-sindical" (Página/12,
14/3), según el fallo del juez Paviña. Blaquier participó del grupo
Azcuénaga, defensor de la dictadura, publicó una solicitada de apoyo a
la Junta Militar en el primer aniversario del golpe, e incluso envió una
carta a Martínez de Hoz proponiéndole una campaña para diluir las
denuncias por violación a los derechos humanos.
Las organizaciones que participan del juicio anunciaron que recurrirán a
la Corte Suprema. La prensa oficialista ligó el fallo favorable a
Blaquier con la reciente absolución de Vicente Massot, el dueño del
diario "La Nueva Provincia" de Bahía Blanca, acusado por complicidad en
la desaparición de dos obreros gráficos, e incluso al rechazo judicial a
un pedido de indagatoria de Héctor Magnetto por Papel Prensa. Los
cañones apuntan al "partido judicial".
Amén de los vínculos del kirchnerismo con el "partido judicial" durante
todos estos años, lo cierto es que hace tiempo que el gobierno
nacional, que había fogoneado la causa en el cuadro de la disputa por
los biocombustibles, había abandonado el empuje de la misma. La
presidenta de la Nación, que se encolerizó con la ‘corpo' judicial por
los avances en la causa de Hotesur, se ha llamado a silencio en este
caso. Ocurre que Blaquier logra su absolución no sólo de la mano de un
fallo judicial, sino también de una campaña de presión que incluyó el
apoyo de los intendentes kirchneristas de Jujuy, que se encolumnaron con
Blaquier y organizaron marchas bajo el pretexto de la defensa de los
puestos de trabajo.
Blaquier supo ser, oportunamente, un empresario K: "soy cristinista y
nada me hará cambiar", como ilustró en un poema dedicado a la
presidenta.
En noviembre pasado, el kirchnerismo agitó la formación de una comisión
en el Congreso para investigar la complicidad empresaria con la
dictadura, pero nunca dio un paso. La naturaleza capitalista del
gobierno kirchnerista y del aparato estatal los inhabilita para
desarrollar una investigación consecuente de la clase social que instigó
el golpe y sigue rigiendo los destinos del país.
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