Cuando la campaña electoral en la Capital habìa ingresado en su tramo final, el más
encarnizado, nuestra campaña se había multiplicado en
presencia callejera, en los lugares de trabajo y estudio. Decenas de
debates en colegios, visitas a hospitales y mesas de agitación dieron
cuenta de la presencia del Partido Obrero y del Frente de Izquierda en
la Ciudad. Por otro lado, los representantes locales de Macri, Sanz o
Scioli en la elección porteña pusieron en juego poderosos recursos
para polarizar la elección en torno de sus candidatos. Como ocurre en
otras elecciones distritales, las Paso sirven para disimular las
profundas grietas al interior de estos bloques. Ello se demuestra en un
PRO partido en dos candidaturas, en el estallido del Unen o en la
existencia de siete candidaturas a jefe de Gobierno por parte del
kirchnerismo. Pero la proliferación de listas es también un recurso para
aprisionar al elector en las internas de los partidos del régimen, y
forzar una polarización. Contra esta tendencia, el Frente de Izquierda
librará una lucha sin cuartel
Falsa polarización
La pretensión de que el macrismo podría encontrar un freno en alguno de
estos aspirantes al voto opositor está completamente desmentida por los
hechos. Ello vale, en primer lugar, para Gabriela Michetti, a quien
algunos pretenden votar en oposición a Macri-Rodríguez Larreta. Detrás
de Michetti está medio gabinete macrista -como el ministro de Seguridad
Montenegro, jefe de la Metropolitana y de sus brutales represiones en el
Borda y otras luchas. Después de sus elogios a Del Sel, expresión de lo
más retrógrado y mediocre del macrismo, a "Gabriela" se le ha caído la
careta de un macrismo más "humano" o "social". Lo que separa a Michetti
de Larreta es una disputa de grupos contratistas en torno del botín del
presupuesto de la Ciudad.
Del lado de la "oposición", Lousteau y Ocaña son fogoneados por la
misma UCR porteña que urdió el acuerdo nacional con Macri: los ex Unen
que se presentan "contra el PRO" irán con Macri a las Paso nacionales, o
sea que son estafadores del electorado porteño. La autoridad del
kirchnerismo para oponerse al PRO está mellada por los múltiples pactos
de estos años en la Legislatura, desde los acuerdos a favor de los zares
del juego hasta la entrega de las tierras ferroviarias, la mayor
privatización del suelo de la Ciudad en los últimos veinte años. En la
Legislatura, el Frente de Izquierda llevó adelante una denuncia
implacable de estos pactos y levantó el programa de los trabajadores de
la Ciudad.
El impulso de Salta
y de Mendoza
Las encuestas exhiben una mayor concentración del voto en las internas
que encabezan Larreta, Recalde y Lousteau. Pero al mismo tiempo, la
mayoría de ellas sitúan al Frente de Izquierda en el cuarto lugar, por
encima de los diversos desprendimientos que tuvieron lugar con el
estallido del Unen o de Proyecto Sur, y que hoy pretenden disputar el
voto de izquierda. Nuestro mensaje político de los últimos días es
claro: no dispersar ni "distraer" el voto. Por su carácter de
alternativa nacional en ascenso, ratificada en estos días con las
votaciones de Salta y de Mendoza, el Frente de Izquierda es la única
fuerza que puede enfrentar esa tentativa de polarización.
Llamamos al electorado de izquierda, progresista, o simplemente
hastiado de la gestión macrista, a concentrar su voto en el Frente de
Izquierda, para asegurar su paso a la elección general y abrir las
puertas de un nuevo desafío en la elección general: la consagración de
un bloque de diputados del Frente de Izquierda en la Legislatura. Con
ese propósito, encaramos los últimos días de campaña, reforzando la
presencia callejera, la lucha "hombre a hombre" por el voto y la
conquista de fiscales para todas las escuelas del distrito..
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