Ante una plaza colmada de trabajadores y de jóvenes, Jorge Altamira,
precandidato a presidente del Frente de Izquierda y los Trabajadores,
destacó la presencia significativa de comisiones internas y delegados de
numerosas empresas de la Ciudad y del gran Buenos Aires, así como de
docentes y de estudiantes tanto secundarios como universitarios, y la
participación de las organizaciones que acompañan al Frente de Izquierda
en la lucha electoral del año que corre.
Entre los conceptos fundamentales del discurso de cierre del acto,
Altamira planteó la necesidad de aprovechar la campaña electoral para
desarrollar una tendencia clasista de masas en el movimiento sindical, a
la cual consideró esencial para que los trabajadores impongan la agenda
del debate nacional, hoy dominada por los candidatos que obedecen al
capitalismo y la burocracia de los sindicatos. La agenda del capital,
denunció, está expresada en el trabajo esclavo a lo largo y ancho del
país. En oposición al ajuste económico contra los trabajadores, como se
desprende de los planteos de devaluación, tarifazos y endeudamiento
internacional que plantean los candidatos del sistema, Altamira subrayó
la necesidad que la crisis la paguen los capitalistas. En función de
esto planteó la abolición de los impuestos directos e indirectos al
salario; un impuesto progresivo a las grandes fortunas; un salario
mínimo igual al costo de la canasta familiar; la aplicación del 82%
móvil; la eliminación de la precarización mediante el control de las
contrataciones por parte de las comisiones internas; un plan de obras
para emplear a la totalidad de los trabajadores desocupados.
En relación al proceso electoral, Altamira destacó dos aspectos de
ella: de un lado el desarrollo de la izquierda como tercera fuerza
electoral y por otro lado el derrumbe del centroizquierdismo, que se ha
volcado hacia Macri y Massa, o en el caso del kirchnerismo hacia la
candidatura derechista de Scioli. Los sondeos electorales, manifestó
Altamira, apuntan hacia la formación de dos polos o alternativas
antagónicas: la que representan los “tres mosqueteros” del capital,
unidos en el propósito de una salida antiobrera al fin de ciclo, y por
otro lado el Frente de Izquierda. Altamira anunció la intensificación de
la campaña presidencial que lo tiene por candidato, para transformar
esa polarización objetiva en una polarización electoral.
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