Edición Impresa #1371 | Por Miguel Del Pla
En 2011, el kirchnerismo ganó las elecciones en Santa Cruz con una consigna sencilla: "Nación, provincia, municipio". La idea era que los dineros provenientes del presupuesto nacional asegurarían una vida digna en estas latitudes. Fue en ese cuadro que el propio Eduardo Costa (empresario-candidato radical), repartía la boleta de Cristina.
Apenas asumidos en diciembre de 2011 intentaron eliminar las conquistas jubilatorias provinciales y una multitud (con gran protagonismo de los municipales) casi le puso fuego a la Legislatura, abortando ese golpe contra los trabajadores. Esa derrota del gobierno hizo estallar la interna, fracturándose "la nación" con "la provincia" y "la provincia" con la mitad de "los municipios". El famoso eje electoral no duró ni 20 días.
Casi cuatro años después la descomposición política se ha agravado. El gobernador, Daniel Peralta (PJ), buscó su tabla de salvación en un nuevo acuerdo con el Frente para la Victoria santacruceño (FVS) a través de la Ley de Lemas para gobernador. Hace días declaró que iba a presentar sus propios candidatos en todas las categorías. Sin embargo, a su candidato a diputado nacional lo tuvo que bajar de apuro ante la decisión del FVS de postular a Máximo Kirchner para ese cargo.
Las contradicciones del acto
Lo que primero era el acto de lanzamiento de Máximo, terminó siendo un homenaje en un local donde entraban 100 personas y otras 300 sufrieron frío en la puerta. Peralta fue invitado, pero no asistió. Para Scioli fue como el ritual de iniciación en el clan K.
Scioli llegó a la cuna de los K y se encontró con la municipalidad -donde inició su carrera Néstor- sitiada por los obreros que llevan tres meses de huelga. Por si fuera poco, cientos de municipales ocuparon los accesos del aeropuerto hasta enloquecer a Berni, quien se las tuvo que ingeniar por caminos secundarios para hacer llegar la comitiva hasta el centro de Río Gallegos.
En la ciudad no había agua y las clases estaban cortadas, mientras desbordaban cloacas y se amontonaba basura por todo Río Gallegos.
La Gendarmería, que llegó en un vuelo especial esa tarde, fue bloqueada en un piquete de mujeres municipales, que la obligaron a retirarse con sus colectivos. No surte efecto mover milicos cuando la gente no les tiene miedo.
Zannini acusó el golpe y recordó cuando Cristina atravesó a pie un
piquete en Río Turbio en el marco de una gran huelga minera en 1999.
Presidenta "coraje" se enorgulleció. Un "coraje" aplicado contra los
mineros y los municipales, Zannini vino a rescatar la esencia antiobrera
de los K, la versión original de este clan, acomodado últimamente a un
progresismo de ocasión.
Al relatar la historia de Néstor, Zannini recordó distintas épocas y
entre ellas mencionó los indultos. Lo que no dijo es que Kirchner y él
mismo hicieron el más absoluto de los silencios ante el indulto, e
incluso el ex gobernador Arturo Puricelli (que fue su ministro) lo apoyó
con patas y todo. Pocos años después Néstor le decía a Menem que era
"el mejor presidente de la historia".
Nunca olvidaré a Zannini en la Constituyente del ’94 en Santa Cruz,
defendiendo contra el PO a convencionales K, que habían sido intendentes
de la dictadura. En ese momento nos acusaba de descalificar
injustamente a estos agentes de lo que ahora "6,7,8" llama la dictadura
"cívico-militar".
Para Zannini, la habilidad de Kirchner era la de juntar a los
"distintos" para una acción común. En ese momento mencionó a los
distintos orígenes de quienes se incorporaron al FVS, pero no pudo
mencionar a la izquierda de la que él formó parte. El hombre se
avergüenza de su pasado.
La crisis no fue sólo con Peralta. El intendente de Río Gallegos, Raúl
Cantín, que es un kirchnerista de la primera hora, también fue marginado
del acto, y lo han dejado solo ante la crisis final del municipio.
Javier Belloni, intendente de Calafate, no estuvo, pero mandó varios
micros con militantes que en la puerta coreaban "Belloni gobernador"
mientras hablaba Alicia Kirchner. Ni siquiera pudieron lanzar la
candidatura de Alicia para la gobernación. ¿Se reservan incluso la carta
de Cristina gobernadora para recomponer su control en la provincia? La
sola idea de que esta alternativa pueda ser considerada ilustra la
crisis política fenomenal del kirchnerismo en Santa Cruz.
El acto fue tan autorreferencial que se realizó por completo a espaldas
de la crisis tremenda que está soportando la población. Como siempre,
el clan se mira a sí mismo.
El Partido Obrero comenzó esa jornada con una denuncia penal contra el
directorio de la empresa de Servicios Públicos por sobreprecios en las
licitaciones de energía (con gran repercusión) y luego marchamos a los
piquetes donde estuvimos toda la jornada junto a los trabajadores.
Paro provincial el martes 7
La CTA autónoma, a instancias de la Coordinadora Sindical Clasista,
resolvió un paro provincial por la solución de los reclamos pendientes y
el triunfo de las luchas en curso. Es un paro solidario y abiertamente
político, para dar respuesta a la crisis de las escuelas y hospitales
que están cayéndose a pedazos.
El desafío es que tenga continuidad en un plan de lucha. Un triunfo de
los municipales contra los topes salariales reabrirá la pelea de los
estatales, que vieron cerradas sus paritarias con salarios de miseria.
Está planteada la necesidad de un congreso de los trabajadores y la
izquierda para unir todas las luchas y discutir la salida política
contra el ajuste, apoyando a los candidatos del Frente de Izquierda en
agosto y en octubre.
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