Edición
Impresa #1371
| Por Pablo Heller
Estas fueron las palabras de Alejandro "Topo" Rodríguez, ministro de
Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires -una de las figuras del
riñón íntimo de Scioli-, al dirigirse a los productores agropecuarios.
Rodríguez sostuvo que de llegar Scioli a la presidencia se "eliminarán
las retenciones a las economías regionales", bajarán los derechos de
exportación al trigo y se removerán "todos los obstáculos que impiden la
exportación".
Por otra parte, este adelanto coincide con las afirmaciones en idéntico
sentido hechas semanas atrás por Miguel Bein, el economista favorito de
Scioli respecto de una rebaja en las retenciones.
Una de las prioridades sería la de las economías regionales, planteando
"una eliminación de las retenciones tanto en la cadena del azúcar como
la vitivinicultura, la cadena olivícola, el algodón, las peras y
manzanas, cítricos, té y yerba mate".
Esto, como ya lo había adelantado Bein, representaría de movida una
rebaja de unos 600 millones de dólares. El ministro extendió la escala
de los beneficios mediante un "programa integral" que incluirá "mejorar
la infraestructura, la logística, el transporte y los fletes, duplicar
la producción bajo riesgo” y "procesos como el adelantamiento del IVA a
los productores que exportan". O sea, subsidios millonarios y grandes
ventajas financieras.
Rodríguez extiende los beneficios al trigo. A diferencia de Bein, esta
vez el ministro fue extremadamente preciso. La disminución de las
retenciones "como mínimo irían del 23 al 13% en el grano, del 13 al 6%
en la harina y del 5 al 2% en panificados" y propone también "remover
todos los obstáculos que impidan la exportación" (ídem). Esto implicaría
un golpe brutal al bolsillo popular por el aumento del pan y de otros
alimentos de primera necesidad.
Vale recordar que las patronales del campo le reclaman definiciones al
candidato oficialista. La dirigencia de las principales entidades del
campo valoraron que "el sciolismo admitiera la necesidad de realizar
cambios en materia de política agropecuaria en el próximo gobierno",
pero no se privaron de seguir con el apriete y le reclamaron al ex
motonauta más precisiones, incluyendo que sus compromisos se hagan por
escrito. La entidades rurales, mayoritariamente (con la excepción de la
Federación Agraria, dividida internamente) tienen colocadas sus
preferencias hasta el momento en Macri -quien prometió una rebaja
generalizada de las retenciones, incluida la de la soja-, pero no dejan
de tender puentes y tener contactos fluidos con los círculos íntimos del
sciolismo. Los ruralistas conocen el paño y saben que hay terreno para
una aproximación, teniendo en cuenta la experiencia transitada con
Scioli en su mandato al frente de la provincia. El gobernador bonaerense
siempre ha retrocedido en chancletas frente a las protestas de las
patronales del campo, de modo tal que el inmobiliario rural está
calculado sobre valuaciones inferiores a una cincuenta ava parte de su
valor comercial, y la recaudación de dicho tributo apenas representa un
poco más del 1 por ciento de los ingresos de la provincia. Sin ir más
lejos, Scioli acaba de dar marcha atrás con el adelantamiento del pago
de las cuotas del inmobiliario rural, así como un adicional previsto
para 2015.
Una de las principales y más inmediatas demandas de los ruralistas es
ampliar los permisos para exportar (ROE) a todos los productos, suprimir
los cupos en cultivos como trigo y maíz y ampliar los beneficios para
la carne, empezando por la rebaja de retenciones, en momentos que el
sector experimenta un nuevo auge. Las entidades han festejeado con
algarabía "la reapertura del mercado norteamericano para nuestras
carnes” (La Nación, 4/7). El matutino porteño ha sintetizado la euforia
reinante entre los estancieros, destacando que "pareciera que no le
falta nada al negocio de la carne vacuna para despegar definitivamente
en un viaje de ida". Por supuesto, esto va de la mano con el
levantamiento del cepo y una devaluación en regla.
jueves, 9 de julio de 2015
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