La provincia de Buenos Aires, una batalla fundamental
La anulación, por parte de la Cámara Electoral, de la resolución del
juez prokirchnerista Durán, que acotaba a 25 boletas por mesa los envíos
del Correo, ha limitado sólo una de las tentativas de fraude que
enmarcan a las Paso del 9 de agosto. Es necesario tener en claro que se
ha montado toda una maquinaria dirigida a favorecer a los partidos "de
Estado", o sea, a aquellos que disponen de los recursos oficiales, del
aparato de punteros, de las corporaciones capitalistas y de la
burocracia sindical. Naturalmente, la principal perjudicada por este
régimen de fraude es la izquierda, que defiende su votación en base al
esfuerzo de sus militantes y simpatizantes.
Boletas y recursos
Un reciente artículo de La Nación da cuenta de que el kirchnerismo
gastó 43 millones de pesos para la impresión de boletas electorales en
la provincia de Buenos Aires. Cada candidato a gobernador -Aníbal
Fernández y Julián Domínguez- contará con un número de boletas
equivalentes a tres padrones electorales, lo que totalizan unos 72
millones de boletas. Semejante despliegue permitirá la clásica entrega
de boletas "casa por casa", que realizan los punteros utilizando los
recursos provinciales y municipales. Esta disponibilidad de boletas
multiplica por seis a las que contará el Frente de Izquierda. Junto con
ello, los fondos electorales han sido retaceados hasta los últimos días
de la campaña electoral, algo que no ocurre, naturalmente, con los
partidos que cuentan con las "espaldas" del presupuesto estatal o los
fondos empresariales.
Descomposición política
La manipulación de las elecciones por parte del Estado pone de
manifiesto el elevado grado de descomposición de los partidos históricos
del régimen -en particular, del justicialismo. Los "nacionales y
populares", que nacieron criticando el fraude patriótico de los años 30,
aceitan ahora los mecanismos para manipular la elección desde el
Estado. Lo mismo vale para la UCR, que se aseguró, con esas mismas
armas, el despojo de una banca en el Congreso nacional al Frente de
Izquierda de Córdoba, en 2013.
La fragmentación política de estos partidos, que se intenta disimular
apelando a las "primarias", convierten a estos comicios en el escenario
de una brutal lucha de punteros. Pero en medio de esa pelea intestina,
ninguno de ellos vacila en arremeter contra las boletas y el conteo de
votos de la izquierda. En las grandes concentraciones obreras y
populares del país, los resultados electorales del Frente de Izquierda
ponen de manifiesto el salto político de una fracción creciente de
trabajadores hacia la izquierda. La falsificación de la elección apunta
contra ese proceso político.
La batalla política de los fiscales
Esta caracterización nos conduce a redoblar, como nunca antes, la
batalla por reclutar, capacitar y organizar la concurrencia de fiscales
para la Lista Unidad del Frente de Izquierda. Es una tarea que
encararemos en común con todas las organizaciones que se han sumado a
nuestra lista en todo el país. En los locales del Partido Obrero, en
estos últimos diez días, convocaremos a reuniones con este objetivo:
explicar qué es lo que está en juego en la elección, familiarizar a los
compañeros con las planillas de escrutinio y asignar las escuelas del
distrito. Convocamos a los trabajadores y a toda la ciudadanía a sumarse
con energía a esta tarea decisiva, para hacer valer la voluntad de
todos aquellos que se pronuncien, con su voto, por una alternativa
política de los trabajadores.
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