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lunes, 19 de octubre de 2015

Mariano Ferreyra, cinco años

19 de octubre de 2015 | digital - 19 de Octubre del 2015 | Por Christian Rath 
 
La extraordinaria movilización política por el asesinato de Mariano quebró el intento de montar un relato oficial, el cual partió del gobierno y se complementó con el silencio de los representantes políticos más promocionados de la burguesía: quisieron responsabilizar del crimen a quienes estaban luchando por la causa de los trabajadores. 
 
A horas del asesinato, la presidenta pronunció una frase siniestra: "yo creo que algunos desde hace mucho tiempo están buscando un muerto en la Argentina". De ese modo, arremetió contra los trabajadores sometidos a la tercerización en el ferrocarril Roca y que habían participado de la manifestación que terminó con el asesinato de Mariano, acusándolos de demorar sus testimonios ante la justicia supeditándolos a su reincorporación. Esa acusación fue destruida por una simple constatación de días y horas.
 
Crimen político  
 
El asesinato de Mariano fue un crimen político contra la clase obrera, responsabilidad de un régimen social que protege y profundiza la tercerización laboral, que se apoya en la burocracia sindical y se vale de las fuerzas de seguridad y del espionaje contra el movimiento obrero y contra la juventud. Pedraza, el jefe máximo de la Unión Ferroviario, ponderado por CFK como un ejemplo de "sindicalismo constructivo", fue siempre un aliado del gobierno, al igual que los concesionarios ferroviarios que hicieron negocios enormes con los subsidios del Estado. 
 
A cinco años del asesinato de Mariano, el gobierno K sigue gobernando con la burocracia sindical y sus patotas. Esa burocracia divide sus favores entre los tres "jinetes del ajuste", pero con el mismo propósito de trasladar a los trabajadores el peso de la crisis nacional. No hace mucho la presidenta respaldó, en discursos públicos, el ataque de la patota del Smata a los trabajadores de Gestamp y de Lear. Su agente -y posible funcionario de Scioli- Sergio Berni, apuntaló con la Gendarmería a la burocracia de Pignanelli, así como lo hizo la Policía Federal y su responsable político, Aníbal Fernández, en el momento del asesinato en Barracas. 
 
La tercerización del trabajo, lejos de ser erradicada, se ha intensificado siguiendo el mandato del capital. No se había cumplido un mes del asesinato de Mariano cuando la Conferencia de la UIA fue sacudida por una toma de posición de Paolo Rocca, el CEO de Techint: "los empresarios tienen que poder contratar empleados tercerizados, porque los costos laborales... son excesivos". Fue la voz de orden de una campaña que admitía repudiar que un trabajador ferroviario cobrara un tercio del salario de su par por las mismas tareas, pero llamaba a defender las "buenas" experiencias de la tercerización. Curiosamente, las "buenas" carecían de ejemplos.
 
La lucha debe seguir, para erradicar la tercerización, expulsar a la burocracia de los sindicatos y arrancar el juicio y castigo a los responsables políticos e intelectuales del crimen, que siguen afincados en el corazón del aparato estatal. El genuino homenaje a Mariano es continuar la lucha por los objetivos por los que él peleó en vida. 
 
Victoria política  
 
Por primera vez, las dos cabezas máximas de un sindicato fueron procesados y detenidos como autores intelectuales de un asesinato político: es el caso de José Ángel Pedraza, ex secretario general de la Unión Ferroviaria, y de Juan Carlos Gallego Fernández, su secretario administrativo. Fue el resultado de una movilización política masiva que acaudilló el PO y que conmovió al país, bajo el compromiso de llevar a la cárcel a Pedraza, y perseveró en ese objetivo hasta arrancarlo. Pedraza no sólo está preso, se ha desbaratado una maniobra por su excarcelación. Esa misma Justicia, sin embargo, ha rechazado seguir el hilo de las responsabilidades empresariales y políticas.
 
La extraordinaria movilización por el crimen de Mariano fue un episodio crucial en la lucha por la independencia política de los trabajadores respecto de los agentes políticos y sindicales de la burguesía, y estuvo presente en la constitución del Frente de Izquierda. Mariano Ferreyra se ha convertido en el símbolo de la lucha por una alternativa obrera y socialista.
 

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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