Los títulos de la prensa adulteraron en parte el discurso de Paolo
Rocca en el 56 Congreso de la Asociación Latinoamericana del Acero
-Alacero. El "pacto con el diablo" no fue una referencia exclusiva a la
relación con China. El presidente de Techint se refirió a un "modelo"
caracterizado, además, por la captura por el Estado de retenciones,
dividendos e impuestos a una escala “insoportable”.
Rocca criticó el intervencionismo del Estado en toda Latinoamérica y el
aumento del gasto público, en particular en Argentina. Esa masa de
recursos, según Rocca, se transformó en aumento del consumo y en
subsidios, en "un diseño económico pero también político populista, en
algunos casos con rasgos autoritarios, como se puede encontrar en
Venezuela y Rusia" y en relación al cual se debe dar vuelta la página.
Concretamente, "el Estado no va a poder gastar lo mismo que en los
últimos años" y lo que está en juego es la "calidad" de ese gasto, que
debe ser volcado a la infraestructura.
¿Cuál es, para el presidente de Techint, el único país que se protegió
del "pacto con el diablo"? Nada menos que México. A 18 años del Tratado
de Libre Comercio de América del Norte, México compite con China en
ofrecer un reservorio de mano de obra barata y descalificada, en función
de la tercerización en beneficio de los grandes pulpos norteamericanos.
Rescate
Durante la "década ganada" la política invariable del grupo Techint fue
pedir medidas en defensa de la "industria nacional" (lo que Rocca
agradeció a su modo planteando que "Argentina, con un comercio muy
regulado, logró acotar la desindustrialización").
Pero la crisis mundial ha puesto al grupo en jaque. Un año atrás, en el
mismo escenario de su discurso actual, Rocca había cifrado sus
expectativas en Vaca Muerta, al punto de no proferir una sola crítica al
gobierno. Rocca planteó allí que el precio del crudo oscilaría entre 60
y 70 dólares y que "la dinámica del desarrollo de Vaca Muerta va a ser
un estímulo muy importante para nosotros". Pero ese horizonte venturoso
para Techint/Tenaris, principal fabricante de tubos para las petroleras,
nunca se concretó. El derrumbe del precio del crudo hundió las
perspectivas de Vaca Muerta.
Sobre llovido, mojado. Con la descomposición del gobierno CFK, auxilio a
las reservas del Banco Central mediante, se concretaron los acuerdos
con China, que establecieron la adjudicación directa de obras sin pasar
por una licitación y cláusulas tales como la posibilidad de importar
insumos sin aranceles. Techint y todo un sector del empresariado se
declaró en rebelión por el temor a quedar fuera en el reparto de las
obras y contratos públicos.
Los que hoy denuncian a la "economía de subsidios", sin embargo, no
renuncian a reclamar un rescate estatal en su favor, que incluya un
retome del Compre Nacional y el acceso a las grandes obras de
infraestructura. El problema es que, en relación a la cuestión china, el
frente pro-devaluación que conduce la UIA -y que comandan Arcor y
Techint- no es homogéneo. Arcor forma parte de COPAL, la cámara
alimenticia que saludó los acuerdos con China, destino creciente de sus
productos. Techint, en cambio, ha denunciado a estos acuerdos como parte
del “pacto con el diablo".
¿Un presidente "chino"?
La posibilidad de una victoria de Cambiemos ha trasladado esta división
de la burguesía al interior del PRO. Macri fue un avanzado en la
relación con China, al punto de colocar en su lista de legisladores a un
prominente empresario de ese origen. Contradictoriamente, este vínculo
pareció desmentirse cuando dirigió una carta al embajador chino tomando
distancia de los acuerdos llevados adelante por el gobierno CFK por "no
haber logrado amplios consensos"
El balotaje y la sucesión presidencial no resolverán la intensa
deliberación al interior de la burguesía, como resultado de la quiebra
que deja el kirchnerismo y del agravamiento de la crisis regional e
internacional.
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