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viernes, 13 de noviembre de 2015

La segunda vuelta de los desalojadores

11 de noviembre de 2015 | #Prensa Obrera 1389 | Por Marcelo Ramal  

A pocos días del balotaje, la aguda crisis social que envuelve a la Argentina se hizo ver bajo una de sus manifestaciones más lacerantes -la penuria de vivienda. La toma de terrenos de Merlo ganó atención mediática. Pero sólo reiteró una escena que podríamos encontrar a diario en Chaco, Tucumán y muchas otras provincias, sin exceptuar, por supuesto, a la capital del país. El déficit habitacional es de 3 millones de viviendas, a los que se suman todos los años 40.000 nuevas familias sin techo. Esta crisis resume la furiosa polarización social que operó bajo el "modelo" pretendidamente popular.  

De un lado, la especulación inmobiliaria y los contratistas amigos de los Kirchner, Scioli y Macri, que acapararon los recursos del presupuesto y del suelo. La mayor transformación urbana que pueden exhibir los "jinetes del balotaje" son los barrios privados, en el caso del ex motonauta, y la extensión de Puerto Madero por parte del ex titular de Boca. Del otro lado está la población expulsada de los centros urbanos y empujada a los asentamientos y villas, en muchos casos pagando alquileres extorsivos a los punteros. Esta es la situación que padece la clase trabajadora precarizada y con salarios inferiores a los 6.500 pesos. En Merlo no sólo hay una toma, hay un retrato profundo de la Argentina trabajadora. 

Expulsión a dos bandas  

La respuesta de oficialistas y opositores a la crisis de Merlo tampoco ha sido novedosa: presentan a la toma como una conspiración política, y acusan a los punteros -y a los jefes de los punteros, como Raúl Othacehé- de la ocupación de tierras. 
Así, los cómplices eternos de Othacehé -de todas sus fechorías e incluso crímenes a lo largo de décadas- acaban de descubrir quién es a pocos días de su despedida de la intendencia. Naturalmente, el objetivo de estas acusaciones no es ir contra los punteros -a quienes seguirán protegiendo incluso bajo la nueva gobernación "pro"- sino arremeter contra las familias sin techo. Los funcionarios de Scioli anunciaron un censo de ocupantes, no para establecer sus necesidades de vivienda y darles una respuesta favorable, sino para persuadirlos de que, una vez censados, deben abandonar la ocupación. Es el mismo procedimiento que aplicaron Cristina Kirchner y Macri en el Parque Indoamericano (2010), luego de fracasar en un desalojo violento que terminó con la vida de varios vecinos.  

Aquel censo condujo al fraudulento compromiso de CFK y Macri de "aportar en partes iguales para la construcción de viviendas sociales". Ninguno de los dos puso un peso. En una crisis posterior, la del barrio Papa Francisco, Cristina Kirchner y Berni se pusieron a la derecha de Macri, reprochándole el "no haber reprimido a tiempo" para impedir que la ocupación de tierras se extendiera. Si Macri afrontó con represión todas las crisis habitacionales que se plantearon en la Ciudad, siempre contó para ello con la colaboración de los "nacionales y populares". Es bueno recordar que, bajo los años del "modelo", CKF Scioli y Macri Vidal gobernaron simultáneamente los más importantes distritos del país, y lo hicieron para proteger los mismos intereses sociales. Cristóbal López, Báez o Elsztein, en un caso; Caputo y Roggio, en el otro.  

Una lección a diez días del balotaje  

Durante la campaña hacia las elecciones generales, los Scioli-Macri disimularon sus objetivos ajustadores. Hoy, el agravamiento del derrumbe económico ha instalado forzosamente la agenda de la crisis -ajuste, devaluación, reendeudamiento internacional- aún cuando los dos bloques se empeñen en edulcorarla. La crisis de Merlo, sin embargo, ha arrojado otro baño de realidad sobre la campaña, al destapar sin vueltas el agravamiento de la crisis social. En Merlo se terminaron las palabras: "el rey (el candidato) está desnudo", y no hay sonrisas ni spots que valgan. Scioli y Macri destaparon su furiosa hostilidad hacia los explotados, la misma que pusieron de manifiesto en los momentos más críticos de todos estos años. 

Mientras Scioli despotricaba contra la protesta social que "le jode la vida a la gente", la Metropolitana de Macri consumaba en La Boca otro caso de gatillo fácil. Los acaparadores del suelo, los punteros y represores están en los dos campos de este balotaje. La lucha contra ellos, contra los Macri y Scioli, exige que votemos en blanco, por la independencia política de los trabajadores.

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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