La campaña del miedo, donde el kirchnerismo alerta respecto de las
medidas antipopulares de Macri en caso de llegar a la presidencia, ha
chocado muy tempranamente con sus propios límites. Una polarización real
con el macrismo obligaría a los K y a Scioli a levantar una orientación
social antagónica. Eso es incompatible con la historia del "modelo"
oficial, de un lado, y con lo que esperan los capitalistas de un
gobierno Scioli-Zanini, por el otro. Un episodio ilustrativo, al
respecto, es la promesa de Scioli de "establecer el 82% móvil para los
jubilados". Es claro que el candidato oficial sólo se refiere a que la
jubilación mínima se fije en el 82% del salario mínimo, muy lejos de la
reivindicación del mejor salario percibido en el último tramo de la vida
laboral. Respecto de la actual jubilación mínima, la promesa de Scioli
implicaría un aumento... de 282 pesos. Pero incluso ese aumento
miserable fue vetado por Cristina Kirchner, algo que se encargó de
recordar la propia Presidenta días atrás. La agitación de una agenda
popular contra Macri se le vuelve en contra al propio kirchnerismo,
porque saca a la luz su historia de agravios a esas mismas
reivindicaciones. ( Ejemplo la AUH paga menos que la Ciudadania porteña en la CABA que el PRO nunca elimino porque no es idiota sino un populismo de centroderecha chic y clerical , ademas es claro que estos planes se promueven desde el Banco Mundial por eso Macri promete la AUV asignacion unibversal para la vejez que terminaria con el regimen previsional una vez que vacian el anses para sostener al dolar desde el kirchnerismo )
El otro límite de la polarización o "campaña del miedo" está
determinado por las contradicciones internas del bloque oficial. El
gobierno bicéfalo entre el sciolismo y La Cámpora ha estallado mucho
antes de asumir, y la campaña por el balotaje, lejos de atenuar los
choques, los ha agravado. Poco después de que Carta Abierta sostuviera,
"desgarrada", el voto a Scioli, su candidato hacía suya la fascistoide
propuesta de Massa de introducir a las Fuerzas Armadas en la lucha
contra el narcotráfico -o sea, de militarización de los barrios. En el
plano económico, “Hannibal” Fernández acaba de acusar al vocero
sciolista Marangoni por "parecerse demasiado a (macrista) Melconian", en
una posible devolución de gentilezas por el boicot de una parte del
aparato pejotista a su candidatura a gobernador. Hasta ahora, la difícil
"campaña del miedo" ha aportado argumentos contra Macri, pero ninguno
en favor de Scioli-Zannini. En este cuadro, la convocatoria a "ganar las
calles para convencer a los votantes" es esencialmente una movilización
paraestatal, a cargo de la burocracia jerárquica del Estado, de las
universidades y las burocracias sindicales.
Macri
A la campaña del miedo, Macri le ha respondido con algunos actos
demagógicos cuyos límites son, también, muy claros. El mayor de ellos ha
sido visitar el acampe de los qom en la Capital. Pero la expulsión de
los pueblos originarios de sus tierras es un resultado de la alianza de
hierro entre los monopolios sojeros y el Estado. Esa alianza será
reforzada por la devaluación y la baja de retenciones prometidas por
Macri, que acentuarán la voracidad de tierras y la presión expulsiva del
modelo sojero contra los pueblos originarios. Lo mismo vale para las
promesas que los asesores de Scioli le realizaron a estos mismos
monopolios. Mientras tanto, María Eugenia Vidal, votada contra los
"barones del conurbano", ha comenzado a organizar su gabinete. En él, la
estratégica cuestión de la seguridad estaría en manos del duhaldista
Ritondo, justamente, para "que los intendentes del PJ puedan entenderse
con la gestión Vidal" (Clarín, 28/10). El gobierno bonaerense PRO
prepara un pacto de convivencia con los "barones", lo mismo que urde
Macri con la liga de gobernadores del Pejota. En la gira de Macri por el
norte, no se le escuchó un sólo planteo de choque con los Insfrán,
Capitanich u otros. El ajustazo que preparan tanto los Macri como los
Scioli exige una asociación con ellos, a pesar de que se encuentran
atravesados por la descomposición y el desprestigio popular.
Opciones del gran capital
En sus contradicciones políticas, la campaña del balotaje ha mostrado
desde el vamos el carácter rabiosamente capitalista de sus dos
alternativas. Votamos en blanco para reforzar el campo de la
independencia política de los trabajadores frente a la burguesía y
elevar la preparación de la clase obrera de cara a los ajustes y luchas
que se vienen.
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