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jueves, 28 de abril de 2016

10.000 periódicos, el significado de una campaña

#Prensa Obrera 1407 | Por Marcelo Ramal

La decisión de alcanzar una colocación de 10.000 Prensa Obrera en mano y a través de suscripciones ha sido objeto de un importante debate en el XXIII Congreso del PO, y continúa siéndolo en todos los comités y círculos. Ahora, en conexión con los planes precisos de colocación que estamos desarrollando. Es necesario darle a este debate toda su dimensión
 
De un modo extendido, la tradición revolucionaria de vertebrar la acción política en torno de un periódico regular -el “organizador colectivo” de Lenin- ha sido dejada de lado por la izquierda, incluso en un plano internacional. Este abandono nada tiene que ver con razones tecnológicas -por caso, la existencia de Internet, redes sociales o medios masivos de comunicación. Por un lado, porque todos estos recursos potencian y amplían el interés en nuestros planteos, que luego pueden dar lugar a un desarrollo político y organizativo. En los últimos meses, desde nuestra página web y desde las redes sociales, hemos logrado sensibles avances en este punto. El sitio www.po.org.ar, con contenidos diarios, ha registrado un franco avance en términos de números de visitas. Todo esto debe servir para reforzar la calidad y el alcance de nuestra prensa impresa.  
 
Periódico y programa 
 
Cuando el periódico deja de ser el eje de una acción política revolucionaria, lo que se ha abandonado no es una “modalidad de llegada”, sino la pretensión de atraer a los trabajadores en torno de los planteos estratégicos. Pero es esto lo que ocurre con la mayoría de la izquierda mundial -incluso la que proviene o reivindica al trotskismo-, a saber, que ha renunciado a desarrollarse en torno de un programa revolucionario, lo que quiere ser sustituido por diferentes planteos de carácter democratizante. Una de las expresiones más agudas de esta renuncia es el desconocimiento de las crisis -cada vez más intensas y recurrentes- como manifestaciones del capitalismo en declinación. La izquierda que ha perdido noción del carácter catastrófico de la época militar detrás de las “ondas” impuestas por la opinión pública, dominada, a su vez, por los diferentes rescatistas del capital. Esa militancia debe ser necesariamente episódica, y siempre adaptada al lenguaje y los alcances superficiales de quienes se han resignado a “transparentar” al actual Estado. Los que actúan sobre estas premisas suelen encontrarse, periódicamente, con los escombros de sus propias y endebles construcciones políticas. 
 
Periódico y debate
 
En la lucha revolucionaria, la pelea por una prensa, desde su redacción a la colocación, es una batalla “contra la corriente”; es decir, contra la opinión dominante que el régimen social vigente impone, incluso -y principalmente- sobre los trabajadores, sometidos a la sobreexplotación y al envenenamiento político y cultural que ejercen los medios masivos dominados por los monopolios capitalistas. Es natural, en ese cuadro, que una prensa revolucionaria se enfrente a esos prejuicios. La mera colocación de Prensa Obrera -ni qué decir de su lectura sistemática- plantea un choque, una contradicción entre el difusor y el lector. Esa contradicción debe ser superada por medio del debate, de la explicación y discusión de los contenidos. En torno de la prensa “explicada” (debatida), se plantea el salto del lector desde el interés o la mera curiosidad hacia la convicción. La campaña que lanzamos, por lo tanto, es un camino para interesar y ganar a nuestros planteos estratégicos a miles de trabajadores y jóvenes. 
 
Periódico orientado 
 
Por eso mismo, con la campaña por los primeros 10.000 Prensa Obrera orienta a dónde queremos progresar con mayor profundidad en la conquista de nuevos lectores sistemáticos y suscriptores -naturalmente, entre las grandes concentraciones de trabajadores y jóvenes. Para este objetivo, contamos con una autoridad y conocimiento popular muy superior al del pasado, lo que nos habilita a abordar a muchísimos compañeros, no ya como una opción combativa o de lucha, sino también como alternativa política. Ese papel debe valorarse en el conjunto de la crisis política, entre el derrumbe de la anterior experiencia nacionalista y las brutales limitaciones del macrismo para encaminar la bancarrota económica y la crisis de régimen. Ese es el escenario riquísimo bajo el cual la izquierda revolucionaria tendrá que desarrollarse como alternativa. El Partido Obrero y el Frente de Izquierda han conquistado tribunas masivas para esta lucha, las cuales nos permiten llegar a millones de trabajadores casi en forma cotidiana. En ese escenario, nos planteamos la tarea de comprometer a una porción cada vez mayor de ellos en torno de un programa y una estrategia . Vamos por este primer peldaño, por estas primeras 10.000 Prensa Obrera. 
 
 
 
 

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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