Foto: Ignacio Smith
Las cinco centrales sindicales convocan a una concentración en el
Monumento al Trabajo que, según los organizadores, será multitudinaria.
Moyano habló de cien mil personas. Mencionó como sus motivaciones
promover una ley antidespidos, otra contra el impuesto a las ganancias
sobre los salarios de convenio y otra por el 82 por ciento móvil. La
convocatoria se produce en medio de la reacción ante la política
antiobrera del gobierno MM, que se expresa en las huelgas provinciales
de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Mendoza y Santiago del Estero, los
paros bancarios, la huelga de seis días de la AGD-UBA, los paros del 19
de abril de estatales y de los Suteba combativos.
Pero aclaró que no se trata de un plan de lucha, ni siquiera un primer
paso en esa dirección. Justamente lo contrario. Moyano consideró que
todavía era prematuro “que el movimiento obrero entrara en escena para
frenar los 150.000 despidos que ya ha sufrido la clase obrera en estos
cuatro meses de gobierno macrista”. Por eso, sin matices, reconoció que
no movilizan ni a Plaza de Mayo ni al Congreso.
Declarar que lo que está a la orden del día es paralizar al movimiento
obrero es una indicación a la clase capitalista de dónde se ubica la
“unidad de las CGT”, cuando el gobierno salió con los tapones de punta
sumando a Massa a una ley a favor de los despidos y del subsidio a las
patronales y cuando Macri amenazó con el veto de cualquier normativa que
ponga la menor limitación a los capitalistas para cesantear a su
antojo.
La inflación y los despidos son los instrumentos principales de los que
se vale la clase patronal para descargar la crisis sobre las espaldas
de los trabajadores.
A menos de tres días del acto cegestista, el vocero más brutal del
pensamiento cegetista -como suele ocurrir- fue Venegas: “Tenemos que
cuidar el trabajo, esto ha fracasado antes. Hay empresas que no quieren
despedir, pero sí saben que tiene que pagar doble indemnización dentro
de un mes o veinte días van a despedir gente”, dijo en declaraciones
radiales. El colmo fue que sugirió invitar al acto al ministro de
Trabajo.
En esa misma línea han pasado paritarias a la baja, muy por debajo de
la inflación prevista, en los principales gremios, lo que condujo al
ministro de Trabajo Jorge Triaca a elogiar la actitud de entrega
salarial de los burócratas: todos han sido, señaló, muy conscientes, muy
adecuados.
¿Y sobre el 82 por ciento móvil? El mismo Triaca da la respuesta cuando
reconoce en un reportaje que se viene una reforma previsional, que le
dé sustentabilidad al sistema, reduciendo los beneficios jubilatorios y,
para los que no puedan completar los aportes -los cientos de miles de
despedidos-, “instaurar una pensión para la vejez” (Clarín, 24/4). Es lo
que está ocurriendo en las provincias con las jubilaciones estatales y
docentes, como en Tierra del Fuego y Córdoba.
En cuanto al impuesto al salario, Macri y los gobernadores patean cualquier modificación para el año próximo.
Lejos de querer abrir un proceso de lucha, las CGT, en un momento de
giro en el humor de los trabajadores contra el gobierno macrista, buscan
con la concentración del viernes reforzar a la burocracia como un actor
fundamental en la contención del movimiento obrero y en un futuro pacto
de gobernabilidad, frente a la reacción creciente de la clase obrera al
ajuste capitalista en curso.
En esta movida, la Iglesia está en primer plano, como lo demuestran las
reuniones de los curas con las cúpulas cegetistas y la bendición del
Papa a la unidad de las CGT. Según La Nación, la sorpresa de la jornada
sería un mensaje grabado de Francisco ese día por el Día del Trabajador. puaj
A esta política reaccionaria se suman con fervor los kirchneristas de
Hugo Yasky, que acusaban de burócrata a Moyano cuando hacía paros contra
Cristina, y la CTA fantasmal de Pablo Micheli.
Paro nacional y plan de lucha
Detrás de esta consigna, importantes sindicatos, seccionales y
comisiones internas, del clasismo y de la izquierda, convocan a marchar
en una columna independiente de todas las burocracias, denunciando que
los despidos, las paritarias, el impuesto al trabajo y la defensa del 82
por ciento móvil no serán el resultado de ninguna maniobra
parlamentaria de los Moyano y compañía, los mismos que votaron el pacto
colonial con los fondos buitre, sino de poner el pie al movimiento
obrero mediante un programa y el paro nacional.
El Sindicato de Aceiteros de la Ciudad de Buenos Aires, la AGD-UBA, el
Sutna San Fernando, los Suteba combativos de Escobar, Tigre, Ensenada,
La Plata, La Matanza, las comisiones internas gráficas de Interpak I,
AGR-Clarín, Morvilo e Ipesa, de Unilever (alimentación), Adiunt, Junta
Interna ATE-Agroindustria de Buenos Aires, entre otros, llaman al
conjunto de los sectores combativos y antiburocráticos a encolumnarse
detrás del siguiente programa: basta de despidos, reincorporación de los
censanteados y pase a planta permanente de todos los trabajadores
precarizados y en negro; no a las suspensiones, reparto de las horas de
trabajo sin alterar el salario; ocupación contra los cierres y
vaciamientos; que el Estado garantice la continuidad, salario y
condiciones de trabajo; salario mínimo igual a la canasta familiar;
aumento de emergencia a los jubilados; por el 82 por ciento móvil;
abolición del impuesto al salario; trabajo genuino; pase a convenio de
todos los planes de empleo.
Se movilizarán también el Sipreba y ATE Sur.
La Coordinadora Sindical Clasista del Partido Obrero pone todo su
esfuerzo para engrosar esta columna obrera, y plantear una alternativa
independiente en lo que seguramente será una gran movilización de los
trabajadores.
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