"LEY DE INCENTIVO AL EMPLEO"
¡Paro general y plan de lucha!
Tras el adelanto de Macri de un veto a cualquier ley que obstaculice
los despidos, el Frente Renovador de Massa se pasó de inmediato a una
“ley de incentivo al empleo para Pymes”, abandonando el mezquino
proyecto de prohibición que contenía, además, la opción de la doble
indemnización, un mecanismo que promueve la extorsión patronal a favor
de los retiros voluntarios, o sea despidos encubiertos.
Los dictámenes de las comisiones de Diputados y del Senado duraron así
24 horas hasta el ataque de Macri y sólo un día más hasta el arrugue
del massismo. Junto con Macri salieron a atacar toda disposición de
prohibición De Mendiguren y nada menos que Lavagna, ambos integrantes
del Frente Renovador. Esto importa mucho porque la base del “proyecto de
consenso” en Diputados salió de Facundo Moyano, integrante del
massismo.
Así las cosas, Facundo Moyano se sacó una foto visitando una Pyme con
De Mendiguren, Marco Lavagna y el propio Massa, para no dejar dudas de
que se pasaba al campo de la “ley de incentivo”. En verdad, el proyecto
inicial de Facundo sólo contemplaba la doble indemnización. Fue en el
tratamiento de Comisión donde se le incluyó una claúsula extraída
literalmente del proyecto del Partido Obrero que plantea la
reinstalación efectiva de todo despedido.
Nosotros presentamos dictamen de minoría –el único-, en oposición a un
dictamen de “consenso” que no comprende las suspensiones, un trámite por
el cual las patronales fácilmente vulneran la ley. Nuestro dictamen
establece el reparto de horas sin afectar el salario. Además, rechazamos
el recurso (menemista) preventivo de crisis, planteando la apertura de
los libros de esas empresas a comisiones electas de control obrero. Por
otra parte, incorporamos otro tema central: la expropiación y puesta
bajo gestión obrera de toda empresa que cierre, sin lo cual se habilitan
los vaciamientos o maniobras patronales de cambio de firmas para hacer
pasar despidos y caída de condiciones laborales, por caso Donnelley,
Paty o la más reciente Cresta Roja. Con nuestro dictamen propio,
desnudamos por un lado las limitaciones brutales del proyecto
consensuado, el cual, como nadie ignoraba, se aprestaba a ser todavía
más recortado en el Senado (por ejemplo, reduciéndolo a la doble
indemnización). Pero principalmente, y como ya lo hicimos cuando la
cúpula de las centrales obreras se había reunido con los bloques
opositores, subrayamos nuestra oposición a la política de la burocracia
sindical, que se ha valido del trámite parlamentario para mandar al
cajón cualquier plan de lucha para enfrentar la escalada de despidos.
Ahora, la burocracia sindical le hace un guiño a la “ley de incentivo
al empleo Pyme o primer empleo”. Es el pasaje directo a una ley
pro-despido, que está en el centro de la estrategia del macrismo y que
ya fracasó con el kirchnerismo con la falsa ley de “blanqueo laboral”.
Esa ley fue aprobada en 2014 por todos los bloques políticos a excepción
del Frente de Izquierda que la votó en contra y presentó una verdadera
ley de blanqueo redactada por el Partido Obrero. El resultado de aquella
disposición fue el aumento del trabajo en negro, que trepó al 40% en el
conurbano bonaerense y se mantiene en el 35% en todo el país. Resultó
un simple subsidio más a las patronales.
Triaca ya había anunciado la ley de primer empleo. Un tipo de
legislación antilaboral que se aplica en el mundo para flexibilizar a
los trabajadores con menores cargas sociales patronales, indemnizaciones
reducidas, condiciones laborales inferiores y, desde luego, menores
salarios. Thatcherismo puro, menemismo puro, que hoy mismo está
desatando enormes huelgas generales y enfrentamientos contra el gobierno
de Hollande en Francia.
Este tipo de ley promueve el despido de los trabajadores
convencionados, con antigüedad, con derechos adquiridos, con categorías y
salarios conquistados en años de luchas, para su reemplazo por el
“primer empleo joven”. Aunque siempre hay cláusulas restrictivas al
despido de los anteriores trabajadores, todos sabemos que funciona la
maquinaria del “retiro voluntario”, con el cual se han despedido en los
últimos años 1500 trabajadores en Peugeot de Palomar y otro tanto en
Siderca. Lo mismo se aplica en VW, Fiat, ocurrió antes del conflicto en
Lear y así de corrido en innumerables empresas.
En rigor, esta ley de “incentivo al empleo” integra el pelotón de
transferencias del bolsillo de los trabajadores a los capitalistas, que
comprende los tarifazos y la devaluación, el impuesto a las ganancias en
los salarios o la caída de retenciones a los exportadores.
Quienes votaron el pacto buitre, acompañan ahora el ajuste que le
corresponde contra la clase obrera. No saldrá de este parlamento
dominado por los lobbies empresariales la legislación para acabar con el
despido. Eso sólo puede ser resultado de la acción directa de la clase
obrera, por ello más que nunca planteamos el paro nacional y el plan de
lucha contra el conjunto del ajuste. Nuestro paquete de leyes obreras,
contribuyen a una agitación política entre los trabajadores para poner
en pie al movimiento obrero: prohibición de despidos y reparto de horas
sin afectar el salario, aumento de emergencia a los jubilados, abolición
de ganancias en los salarios de convenio y jubilaciones, pase a planta
de precarios y tercerizados. Por estas banderas, por el paro nacional,
por enfrentar en cada lugar de trabajo los despidos mediante los métodos
de la clase obrera, contra la fracasada orientación “parlamentarista”
de la burocracia sindical, nos movilizamos el 29 y realizamos el acto
internacionalista del 1º de mayo.
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