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jueves, 12 de mayo de 2016

LOS AMIGOS DE LOS BUITRES SE PELEAN


Es evidente que se ha cerrado la primera etapa del gobierno de Macri y que la que siigue deberá desembocar en una crisis política. Luego del trabajo sucio realizado por el oficialismo con una mayoría de la oposición, incluida la mayor parte del FpV y el conjunto de la burocracia sindical, o sea el pago a los fondos buitres mediante un endeudamiento internacional que duplica el monto de ese arreglo, a tasas de interés extraordinarias; luego de eso, pasaron al frente las contradicciones implacables de este período, en primer lugar las derivadas del ‘rodrigazo’, es decir, de la mega devaluación, de la eliminación de las retenciones a la mayor parte de las exportaciones y del tarifazo de los servicios públicos y el transporte. 

‘Rodrigazo 2.0’ 

Quebrando la jactancia de la “salida ordenada del ‘cepo’”, el Banco Central subió casi diez puntos la tasas de interés que le había dejado el kirchnerismo ¬ hasta un ‘hiperinflacionario’ 38 por ciento. Incluso con este blindaje usurario, la salida de divisas del primer trimestre de 2016 duplicó la del período equivalente anterior. La tasa de los precios subió en abril a un impresionante 7%. La producción industrial se redujo más del 2% anual; las ramas más afectadas han sido la construcción, el petróleo y las industrias del automóvil y del acero. La especie de que la espiral de los precios se encontraba ‘contenida’, más allá de unos ‘ajustes puntuales’, nunca tuvo asidero en la realidad, porque esos aumentos han afectado los costos de producción (nafta, gas, luz) y, en consecuencia, el nivel ulterior de los precios, más allá del golpe que asestó a la economía familiar. Juan Luis Bour, un insospechado economista de la empresaria Fiel, acaba de señalar, en Ámbito (8.5), precisamente, que esa “inflación núcleo” (despojada de esos aumentos ‘excepcionales’) sigue una curva ascendente. Una parte significativa de la burocracia sindical, como la macrista de Comercio o las kirchneristas de la Uocra y Suterh, se subieron al ‘ajuste’ pactando aumentos salariales de alrededor del 20 por ciento. El argumento de que se trata de acuerdos por seis meses es una falacia, esto porque representan menos de las dos terceras partes de la inflación de precios pasada. Bancarios y Aceiteros, en cambio, impusieron subas del 35/40 por ciento, aunque en dos ramas que tienen ganancias extraordinarias. La mayor parte de las paritarias arrancan en mayo/junio y se enfrentan a una carestía del 40% anual. 
 
Ley de despidos 


La colaboración imprescindible para consumar el arreglo con los buitres creó el espacio necesario para que el peronismo, en sus infinitas escisiones, saliera a despegarse del gobierno, con el ojo puesto en los intereses afectados de distintos sectores capitalistas, sus propios apetitos, sus internas y las parlamentarias del año que viene. A ese objetivo de delimitarse del gobierno en función de intereses propios, responde el dictamen del proyecto de doble indemnización para despidos (no tiene en cuenta las suspensiones), que con mucha mala fe, incluso en la izquierda, se ha bautizado de “anti¬despidos”. El dictamen apareció para disimular la capitulación de la burocracia sindical y los ultraK, que aceptaron que el impuesto a los salarios fuera tratado el año que viene. Del mismo modo, el dictamen constituye una coartada para que la burocracia no movilice a los sindicatos contra los despidos y los derive a la justicia laboral. Este aspecto convierte al proyecto en anti¬obrero. La “vía parlamentaria” para los despidos mostró enseguida su limitación tradicional: el Senado redujo la vigencia de la ley a 180 días. 
 
Para acentuar la inocuidad del proyecto, Héctor Recalde, el vocero del ultrakirchnerismo, explicó a Página 12 que los capitalistas no tenían nada que temer por este proyecto de emergencia, porque siempre pueden descargar la crisis sobre los trabajadores apelando al “concurso preventivo de crisis”, que habilita a las patronales a suspender personal y reducir salarios. Todo este manoseo parlamentario demuestra que los despidos sólo se paran con la lucha y la acción directa. La primera responsabilidad de la izquierda es refutar el cretinismo parlamentario.

Las ‘modificaciones’, sin embargo, siguieron, en un caso para incluir un subsidio a “las pymes” (que incluyen a empresas de ochenta empleados). En definitiva, los despidos han sido el pretexto para una pulseada política que no atiende para nada la necesidad de enfrentar las cesantías. Así quedó demostrado enseguida en Chubut y Neuquén, donde tienen lugar despidos masivos de petroleros y de la construcción, incluso cuando el gobierno ha permitido un precio interno de la nafta que duplica el internacional y subsidia la exportación.
 
El ‘dictamen’ en cuestión es una extorsión del camionero Moyano, que no consiguió meter a su gente a la cabeza del ministerio de Transporte, y otra de los gobernadores para cobrar la coparticipación federal que se estaba derivando a Anses. La caja de los jubilados se acerca como nunca al desfinanciamiento. El macrismo no la tiene fácil ni con el grupo Clarín, que le exige una definición frente a la competencia de Time¬-Warner para la transmisión de los espectáculos nacionales e internacionales más rentables. En cierto modo, Macri enfrenta una situación similar a la de Néstor Kirchner, en 2003, cuando desde todos lados se le reclamaba ‘diálogo’, o sea condicionar a un gobierno que había llegado con una escasa cantidad de votos en la primera vuelta. En el caso presente, la dirigencia pejotista lo ve como una maniobra necesaria para aglutinar aparatos en un PJ fantasmal, e incluso enfrentar la ‘competencia’ de Masa. Es una también una forma de ‘dorar la píldora’ al kirchnerismo con el cuento de sumar a ‘la resistencia’. El ‘Chino’ Navarro fue brutal al advertir, en La Nación (25.4), que es necesario seguir al pejotismo, porque “con el frente ciudadano, dijo, no llegamos a 2017”. Los principios del ‘Chino’ son, como se puede ver, fungibles ¬ tiene para todos los gustos, en especial si se trata de recaudar dietas. No está solo con estos ‘principios’, sin embargo, porque los radicales también advierten que lo mismo les puede pasar a ellos en las provincias si no ponen límites al ‘rodrigazo’. Como lo admiten los ‘cristinistas’, el llamado “frente ciudadano”, como lo planteó CFK, es un pasaporte para el PJ. 
 
El veto que ha anunciado Macri a una ley de despidos es un recurso último para recomponer el frente que votó el pago a los buitres y para defender su régimen de coaliciones parlamentarias alternativas. Para el macrismo, un recule en estas circunstancias, equivale a ponerle fecha al fin de su gobierno, como ocurrió con De la Rua, dos años después de llegar al gobierno. 
 
Bombas de tiempo
La crisis que se ha desatado en el frente de los “pagadores buitres” se traslada al interior de cada uno de sus integrantes y del propio gobierno, como lo demuestran los roces entre Prat Gay, por un lado, y Sturzenegger, por el otro. Ocurre que el endeudamiento del Banco Central a tasas de interés altísimas es una bomba de relojería: lo obliga a pagar $200 mil millones de intereses al año, por una deuda de $520 mil millones, que se ha duplicado en los últimos seis meses. Desmontar esa deuda y esas tasas interés es una tarea cuesta arriba cuando el BCRA aún debe financiar (emisión) al Tesoro, este año, por $200 mil millones. Por otro lado, el ingreso de capitales golondrina para invertir en los papeles del Banco Central también produce mayor emisión de moneda, salvo que el Banco deje caer el dólar, perjudicando la exportación.

El patrón de Fiat, una eminencia gris en este gobierno, ya anunció que quiere un dólar de 17/20 pesos, para evitar el derrumbe de la industria automotriz ¬ lo mismo que pide Techint y varios exportadores de productos regionales. Cuando esta contradicción explote, la deuda del Banco Central dejará de encontrar compradores, y desataría un rodrigazo al cuadrado. Está en gateras el desplazamiento de Sturzenegger por el secretario de Finanzas, Luis Caputo. Para conocimiento del lector, digamos que las letras del Banco Central son usadas como garantía de contratos de dólar futuro, lo cual además de representar un beneficio adicional para el especulador (se asegura una tasa del 15/20% en dólares), lo incentiva a dejar de renovar la deuda del Banco Central, en el momento oportuno, y especular con otra mega devaluación del dólar (cuyo precio ya tiene asegurado). 
 
Refuerza esta tendencia el hecho de que los dólares que ingresan a la bicicleta financiera son deudas tomadas el exterior, aprovechando las tasas de interés muy bajas, por lo que cualquier suba de ellas provocaría una salida abrupta de ese capital, algo que se puede hacer de inmediato. Como el ‘cepo’ pasó a mejor vida, se produciría en tal caso un ataque demoledor contra las reservas internacionales del Banco Central. Con este panorama financiero: ¿quién apuesta un mango a los ‘planes de infraestructura’ del macrismo, que deberían impulsar la ‘reactivación económica’? En cuanto al financiamiento internacional para esos planes, baste señalar que la inversión mundial en infraestructura es poco más que nula ¬ salvo China e India. 
 
A esta caracterización de la situación política hay que añadir dos ‘imponderables’: los Panamá Papers y la ruta del dinero K. El gobierno macrista tiene planeado un blanqueo de capitales, que debería consumarse antes de fin de año, porque en esa fecha entran en vigencia acuerdos de intercambio de información impositiva que involucran a los paraísos fiscales más importantes ¬ en primer lugar Suiza. Pero tampoco es fácil, debido a la legislación internacional que pena el lavado de dinero, en especial por el narcotráfico y el terrorismo. La “judicialización de la política” deberá cobrar bríos aún mayores, involucrando las cuentas del macrismo ‘off shore’, por un lado, incluido el Presidente, y los negociados de la ex Presidenta, por el otro. Argentina asiste al edificante espectáculo de denuncias de latrocinio de un lado que son respondidas por la denuncias de afanos del otro.

América Latina
Estamos en los primeros escarceos de una crisis política que plantea un enfrentamiento social y político de conjunto. La posibilidad del macrismo y de sus mandantes capitalistas de reunir los recursos políticos y económicos para el triunfo de su ofensiva antiobrera, través de un proceso indoloro, se encuentra en vías de agotamiento. La crisis política que en apariencia transcurre por arriba, en la superficie de la lucha de clases, hunde raíz en las contradicciones de la salida al agotamiento del kirchnerismo y en la magnitud de la crisis mundial. Lo hemos señalado desde que se produjo la victoria electoral de Cambiemos. En este sentido, Argentina guarda similitud con la crisis en Brasil, Venezuela, incluso Chile, Ecuador y Bolivia ¬ es una crisis de dominación política de alcance continental. La tarea es construir, desde la vanguardia de la clase obrera, una transición que, a término, plantea alternativas revolucionarias.


Jorge Altamira

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Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

Coordinadora Sindical Clasista - Partido Obrero

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