A medida que
van pasando los días, aparece con más claridad el bochorno que
representa el blanqueo. El gobierno bate el parche sobre los ingresos al
fisco que reportará la nueva ley. Pero el proyecto termina recortando
por todos lados la recaudación
La propaganda oficial omite que la valuación de los bienes blanqueados
se hará al tipo de cambio vigente al 31 de diciembre de 2015. La
cotización del dólar, a esa fecha, era menor a 13, lo que ya implica una
sensible quita.
Además, el blanqueo incluye la posibilidad de abonar el impuesto
especial con títulos públicos Bonar 17 o Global 17. En el dictamen de
mayoría, que sale con el aval del massismo y el PJ disidente, se ha
rebajado la penalidad o multa a quienes se inclinen por esta opción,
llevándola del 12 al 10%. Si tenemos presente que quienes compren o
posean estos títulos van a ir cobrando cupones por intereses, el costo
real del blanqueo terminará reduciéndose varios puntos más.
Pero el aporte podría ser nulo si se invierte en títulos en dólares que
emitirá al gobierno. Esos títulos vienen con un premio adicional, pues
permitirán a quienes lo compren, blanquear bienes por el triple del
valor del bono.
Pero la verdadera perlita que ha quedado relegada en los comentarios
periodísticos, es un artículo que incluye dentro de los beneficios del
blanqueo a “los bienes que se hubieran declarado con anterioridad a la
vigencia de la presente ley”. Un traje a medida de Macri, pues en esta
órbita entraría el depósito de 18 millones de Bahamas que declaró antes
de esta sanción. Dichos bienes blanqueados con “anterioridad” contarían
con la ventaja de gozar del blindaje legal e impositivo del blanqueo,
pero sin que tener que abonar un peso (un blanqueo de costo cero).
En el paquete, hay que incluir la moratoria de las deudas tanto
impositivas como previsionales. Se trata de una enorme licuación de las
deudas, que incluye la ya declarada. La ley condona multas y recorta intereses.
Pero además, la moratoria podrá cancelarse en 60 cuotas a una tasa del
1,5%, lo cual termina evaporando la deuda por inflación (una vara muy
distinta de la que se utiliza para los créditos hipotecarios, a los que
se les aplicaría el IVC -o sea, la variación de acuerdo a los precios
del consumidor).
El dictamen incluye una modificación de último momento: una moratoria
excepcional para el pago de las contribuciones patronales, de 90 cuotas.
La tasa de referencia será la pasiva del Banco Nación, que hoy está por
debajo de los intereses que cobra la Afip. Una nueva vuelta de tuerca
en el desfinanciamiento de la Anses.
Impasse económico
Existe una coincidencia entre los diferentes analistas de que el 80 por
ciento de lo que se blanquee quedará afuera del país. Un verdadero
fiasco por referencia a las expectativas oficiales.
El blanqueo es una confesión de que el horizonte idílico que el
macrismo auguraba a partir del arreglo con los buitres, está muy alejado
de la realidad.
Los pronósticos de inversión productiva están reducidos a una mínima
expresión. El capital no encuentra oportunidades de inversión lucrativa
en momentos en que se acentúa la recesión y se cierran los mercados
internacionales, empezando por el estratégico mercado brasileño.
En estas condiciones, el ingreso de capitales sólo ha redundado en una
nueva bicicleta financiera, tentado por las tasas usurarias. Aún así, no
ha impedido que siga la fuga de capitales que en los tres primeros
meses ascendió a la friolera de 3.700 millones de dólares: la entrada de
capitales tiene un carácter puramente especulativo y viene alimentando
la emisión monetaria y las tendencias inflacionarias en pesos y en
dólares, provocando un atraso en el tipo de cambio y nuevas presiones
devaluatorias. Estas contradicciones, que atizan las divisiones y
choques en la burguesía serían reforzadas por el blanqueo.
Lejos de tratarse de una ley de repatriación de capitales, esta amplia
amnistía impositiva y penal conduce al reforzamiento de un régimen
offshore. El blanqueo admite no sólo que los capitales blanqueados
continúen fuera del país sino que el proyecto oficial los termina
premiando, al liberar, de ahora en más, del impuesto a las ganancias el
resultado de la compra venta de acciones o títulos del exterior.
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