La Corte Suprema acaba de emitir un fallo completamente reaccionario.
Al establecer que sólo los sindicatos tienen derecho a declarar huelgas,
cercena el derecho a la libre organización de los trabajadores. Se
sienta el principio fascistizante de que es el Estado el que establece
la forma en la cual se organizan los trabajadores, siendo que
innumerables veces éstos deben defenderse y hasta enfrentar al propio
Estado en pos de la defensa de sus reivindicaciones.
No cabe duda que el fallo es el pago del gobierno a la
burocracia sindical de la CGT, a cambio de que ésta no hiciera ninguna
medida de acción directa o paros contra el veto de Macri a la ley de
prohibición de despidos.
La medida implica una reversión de fallos judiciales previos, que
consideraban que los trabajadores podían adoptar medidas de acción
colectiva sin contar con la aprobación de la organización sindical de su
rama de actividad. Era el caso del trabajador del Correo Argentino
Francisco Orellano, que había sido despedido por la empresa al
participar de una acción de lucha sin el aval del sindicato. Tanto la
Justicia de primera instancia como la Cámara del Trabajo habían
considerado el despido como inválido e intimado a la empresa a que
reincorporara a Orellano, pagándole además una indemnización por daño
moral. Ahora, con este fallo, la Corte Suprema niega estas medidas de
protección del trabajador para defender el despido de la patronal.
El fallo busca un reforzamiento de la burocracia sindical, que viene
exigiendo que la Justicia rechace las medidas de acción colectiva
realizadas por los trabajadores que no tengan su aval. La circunstancia
tampoco es fortuita. En la medida que Moyano, Caló y Barrionuevo han
cerrado filas con el gobierno macrista, el fallo viene a allanar la
aplicación a fondo del ajuste. En la misma línea de esta medida se puede
prever que la Corte Suprema también buscará revertir la jurisprudencia
que les otorgó tutela gremial a los trabajadores que asumieron tareas de
defensa de los trabajadores aun sin ser delegados.
El gobierno de Macri reclamó este fallo. El ministro de Trabajo, Jorge
Triaca, ya había anticipado que no otorgaría reconocimiento a los nuevos
sindicatos formados por los trabajadores, ni tampoco la personería
gremial a quienes revisten como “simplemente inscriptos”. El pejotismo,
que actúa como expresión política de la burocracia sindical, también
apoya el fallo.
Denunciamos el fallo de la Corte Suprema por su carácter reaccionario y
hasta fascistizante, emitido en función de proteger a la burocracia
sindical comprometida. Es un traje a medida del ajuste macrista y sirve
como prenda de cambio para que los Moyano, Caló y Barrionuevo dejen
pasar el ajuste contra los trabajadores.
Fuente: http://www.po.org.ar/prensaObrera/online/politicas/la-corte-suprema-contra-el-derecho-de-huelga
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